Con este trabajo damos por concluído el tercer reglón importante de nuestra alimentación. En una próxima entrega presentaremos un material referente a los alimentos de origen mineral y las vitaminas.
Las grasas son moléculas orgánicas grandes, algunas de mayor tamaño que los carbohidratos. Al igual que estos, las grasas se descomponen y liberan energía para nuestro cuerpo. De hecho las grasas liberan más energía por moléculas para nuestro cuerpo que los carbohidratos, por lo general nuestro cuerpo obtiene su energía de los carbohidratos ya que conforman la parte más grande de nuestra dieta alimenticia.
Sólo en caso de emergencia, cuando el suministro de carbohidratos es muy bajo, nuestro cuerpo recurre a sus reservas de grasa para obtener energía. El tejido adiposo también tiene la función de protegernos de frío. En países de inviernos muy largos, generalmente consumen alimentos cargados de grasa, como por ejemplo el bistec de foca.
La próxima vez que entres a la cocina y abras el refrigerador observa todos los alimentos que consumes que poseen alto contenido de grasa; estamos seguros que en tu lista incluirás los siguientes:
Mantequilla, margarina, quesos madurados y no madurados; los quesos madurados o envejecidos generalmente contienen más grasa que los quesos frescos. Por el contenido de grasa de ese tipo de queso, no son recomendables para personas que quieren adelgazar.
Otros productos que encontrarás en el refrigerador son las carnes, helados, bizcochos. La despensa es otro lugar de tu cocina donde encontrarás grasas, ¿cuáles grasas encontrarás en ese lugar? Grasa vegetal, aceite de maíz, aceite de oliva, nueces y otras.
¿Qué cantidad de grasa necesita nuestro organismo?
Muchos nutricionistas pensaban que el 30% de las calorías que necesitabamos debían proceder de las grasas. Actualmente algunos piensan que esa cifra debería ser de un 20% o menos; parece que este grupo tiene la razón.
Nuestro cuerpo necesita cierta cantidad de grasa, pero su exceso puede ocasionar sobre peso y grasas saturadas, las cuales se encuentran en las carnes, los productos lácteos y algunos aceites tropicales y además aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Las consecuencias de su consumo, serían un estrechamiento o angostamiento de las arterias, lo cual impide el suministro adecuado de la sangre a los músculos cercanos al corazón. He ahi la causa por la cual hay tantas personas obesas o con sobrepeso, que no han cumplido los cuarenta años de edad y ya han tenido que visitar al cardiólogo y algunos también se han visto en la necesidad de somerterse a algunos procedimientos, cosas que se pueden evitar con una alimentación sana y muy bien balanceada.
Las grasas no saturadas, que se encuentran en aceites vegetales, son mucho más saludables para nuestro organismo, aún con esas características, hay que consumirlas con mucha moderación. Veamos algunos ejemplos:
El aguacate contiene grasas no saturadas, por lo que es recomendable su consumo, mientras que el helado y el pescado blanco contienen grasas saturadas. El contenido de grasa que contiene un alimento debe ser tomado en cuenta antes de consumirse para determinar que tán beneficioso puede resultar a nuestro cuerpo.
Por ejemplo: 31 gramos de aguacate, producen más del 75% de calorías de grasa. 1/2 taza de helados, equivalen a 7 gramos, aportan aproximadamente de 40 a 50% calorías de grasa.
Así cuando vayamos a consumir algún alimento por primera vez, debemos observar la etiqueta, con el propósito de crear conciencia de su contenido y saber que tan beneficioso o perjudicial puede ser para nuestro organismo.
Debemos cuidar nuestro organismo, la agresión alimenticia nunca debe proceder de nosotros