Últimamente la forma de manejar la alimentación ha cambiado radicalmente, algunos alimentos que creíamos buenos para la salud han resultado no serlo y de igual forma otros elementos que considerábamos un tabú en nuestra dieta en realidad han demostrado ser de vital importancia para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Tal es el caso de los lípidos o grasas.
Anteriormente y aún hoy en día, tenemos expertos en nutrición que todavía tratan a las grasas como algo que debemos evitar a toda costa, si es que queremos tener una vida saludable, pero muchísimos hechos y estudios, cada vez más, desmienten ésta ya vieja creencia. En primer lugar las grasas están consideradas como uno de los tres macronutrientes que nuestro cuerpo necesita. Estos macronutrientes son los carbohidratos, las proteínas y los lípidos, cada uno igual de necesario que el anterior. Pero si ese es el caso, ¿Entonces cuál es el papel de las grasas?
Junto a los carbohidratos representan una fuente de energía, que siendo del tipo correcto puede aprovecharse fácilmente. También regulan las hormonas, ayudan al correcto proceso celular, y a la absorción adecuada de vitaminas y minerales.
Las grasas pueden clasificarse en dos grupos, las insaturadas y las saturadas, siendo las primeras las más saludables. Las grasas insaturadas se encuentran principalmente en vegetales y pescado, las grasas saturadas aparecen en productos de origen animal, como la carne roja.
Aunque debemos aprovechar ambas, hay algo que debemos tener en cuenta, la cantidad que podemos consumir de cada una. Las grasas saturadas solo son recomendables una vez a la semana, ya que su exceso puede llevarnos a sufrir varias enfermedades, sobre todo de tipo cardiovascular. Las insaturadas de hecho funcionan como un contrapeso para las grasas saturadas debido a que minimizan sus efectos, reduciendo el colesterol en la sangre y la posibilidad de sufrir alguna de las enfermedades del corazón. Podríamos decir que las grasas insaturadas son mucho más amigables, por ello conocidas como las “grasas saludables” y debemos consumirlas con regularidad.
Algunos alimentos que son ricos en este tipo de grasas saludables son:
- Aceite de oliva
- Almendras
- Cacahuates
- Semillas
- Pescado
- Huevo
- Garbanzos
- Maíz
- Lentejas
- Chocolate oscuro
- Aguacate
En algunos casos podemos encontrar grasas saludables incluso en la carne roja, lamentablemente esta carne, producida de un modo diferente a la de los supermercados (alimentada con pasto y no con granos), es un tanto difícil de conseguir.
Estas son las famosas grasas trans, tipo al que se le asocian los problemas de obesidad, enfermedades del corazón y diabetes. Se encuentran en casi todas partes, en los restaurantes de comida rápida y en los estantes de las tiendas, es por ello que tenemos que aprender a evitarlas, solo elegir aceites de cocina que digan “virgen” o “prensado en frío”, no comer o reducir al mínimo los alimentos fritos como: papas, pollo o croquetas de pollo, reduce también tu consumo de leche entera y opta por la leche descremada.
Recuerda que las dietas extremas son nocivas para tu salud, acércate a un profesional de la salud, modérate. Realiza sutiles cambios que se traduzcan en bienestar.