Revista Cultura y Ocio
-¿Refutación o crítica? Decidan ustedes.-
Género. Ensayo.
Lo que nos cuenta. Análisis de los orígenes y devenires políticos (y casi ideológicos por momentos) de las Guerras Napoleónicas, usando las fuentes históricas disponibles con el objeto de desmontar una supuesta teoría (sigan leyendo para más aclaraciones) de la unificación de Europa como sustento de las actividades de Napoleón.
Mi opinión. Llamativa obra que trata de oponerse a una teoría que seguramente existe entre algunos historiadores, politólogos o comentaristas de salón pero que ni es mayoritaria ni pareciera necesitar un libro de 740 páginas para ser refutada, la de Napoleón como el primer europeísta (sí, en serio), pero que más allá de las razones que impulsan su escritura y publicación resulta que ofrece una interesantísima revisión del fenómeno que supusieron las Guerras Napoleónicas desde perspectivas políticas, económicas, sociales y militares pero globales y relacionadas, mientras ofrece una visión muy crítica del corso (que no estrictamente negativa siempre ni tampoco culpable de todos los conflictos, aunque los aceptase) y también de las actitudes (y problemas propios) de muchos otros países y naciones que se vieron inmersas en esos doce años tan convulsos, lleno de datos, fuentes, citas y material de solido interés (incluyendo las opiniones propias del autor, bastantes y jugosas independientemente de que se esté o no de acuerdo) para los más aficionados al tema y el periodo, que además son los que más disfrutarán este libro ya que aproximarse a él sin conocimientos previos seguramente provocará que no se le saque el máximo partido y posiblemente que el lector se pierda en algún momento.
Destacado. Si bien lo militar es totalmente crucial en la descripción de los hechos de la época, no es la parte del león del libro.
Potenciales Evocados. Si tuviésemos la misma cantidad de fuentes a nuestra disposición, podría ser equivalente a un ficticio “Alejandro Magno: refutación de su carácter paneurásico” o a un “Genghis Khan: refutación de su fama como un segundo Marco Aurelio”.