Una publicación de American Journal of Clinical Nutrition suma evidencia que respalda la relación entre la falta de sueño y el incremento de peso.
Hay algunas explicaciones posibles detrás de esta relación entre el sueño y la alimentación, teniendo en cuenta que estudios previos ya demostraron que las personas que duermen poco queman menos calorías.
Una es que el sueño parece jugar un papel clave en cómo el cuerpo maneja las hormonas que controlan el apetito (cantidad de hambre que tenemos, cuándo tenemos hambre y qué tipos de alimentos deseamos)
Otra explicación es que cuando las personas están cansadas tendrían más problemas para tomar decisiones alimenticias saludables. Esto debido a que es posible que cuando uno duerme poco sea más susceptible a cumplir los deseos en lo que respecta a la comida.
También es posible que la relación se dé en ambos sentidos y que comer mucha cantidad de ciertos tipos de alimentos pueda perjudicar el esquema de sueño de una persona, o que alguien con un trabajo estresante duerma muy poco y coma demasiado como resultado.
Descansar mal también se ha relacionado con otros problemas de salud, como la enfermedad cardíaca y la diabetes, que tienen sus propias asociaciones con el peso, lo que complica aun más el panorama, agregó. Los resultados muestran que “el sueño debería ser una prioridad”, señalan los expertos.
“Si usted está intentando controlar su peso, sería útil no privarse de dormir”