El desarme de la sociedad pasa, entre otros aspectos, por ridiculizar la lucha de clases. Muchos de los problemas de la gente normal, la que paga hipotecas, la que le reducen o le quitan simplemente su sueldo, mucho de los problemas de la mayoría de los trabajadores surgen de que hemos olvidado que somos trabajadores y que en el sistema capitalista la moneda de cambio no es el trabajo sino el capital, la acumulación y la especulación del capital. Por eso nos olvidamos muy a menudo que sólo con la confrontación se ganan los espacios. El caso de los trabajadores de los transporte públicos de la Comunidad de Madrid es un caso claro de unidad frente a la agresión, la agresión de los que no quieren respetar los acuerdos con los trabajadores. No me cabe la menor duda que la Señora Aguirre ha comenzado la caza de brujas contra los trabajadores públicos y especialmente contra los sindicatos. Ya lo hizo "su admirada Thatcher" y ella sigue los mismos pasos. Comprendo que la ciudad queda paralizada, pero solo con la solidaridad de todos podremos aplicar el "hoy por tí mañana por mí". Las huelgas no son juego florales y los servicios mínimos son abusivos.