Las ilusiones perdidas; retratos de una sociedad

Lucien es un joven poeta en la Francia de finales del siglo XIX, prometedor y lleno de energía emprende una relación amorosa con una noble mucho más mayor que él, lo que le llevará a Paris, en principio en busca de vivir plenamente ese amor, sin embargo las tramas palaciegas de los nombres acabarán por truncar ese amor y convertirle en un periodista de un diario sensacionalista. Así comienza “Las ilusiones perdidas”, magnífica adaptación de la obra de Balzac que podemos disfrutar en cines. Las ilusiones perdidas; retratos de una sociedad

Lo cierto es que nos encontramos ante una película sorprendente, por un lado contiene varias historias dentro de ella; una historia de amor imposible, una crítica social de la nobleza, un estudio sobre la prensa y por supuesto una reflexión sobre el efecto de nuestros actos y en cierto modo, el karma. Vista en el 69 Festival de Cine de San Sebastián, una de las triunfadoras del Festival de Venecia tuvo una acogida más que notable. Las ilusiones perdidas; retratos de una sociedad

Y es que si bien “Las ilusiones perdidas” comienza como esa historia de amor imposible que contamos, tal vez su parte central sea lo más reseñable e interesante, aquella en que Lucien se ve inmerso en el mundo de la prensa lucrativa, esa prensa que sólo busca el beneficio propio y la confrontación para obtener beneficio. Es curioso como algo que ocurría en el siglo XIX puede ser tan actual, tanto en prensa como en medios sociales donde muchos buscan esta confrontación, incluso negando la realidad, para conseguir notoriedad y con ello dinero y fama. Las ilusiones perdidas; retratos de una sociedad

La película está magníficamente realizada, tal vez abuse de la voz en off, con verdaderos momentos destacables y una realización técnica impecable que nos retrotrae al Paris de finales de 1800. Todos y cada uno de los personajes están perfectamente perfilados y encarnados, la mayoría de ellos por actores desconocidos al gran público. Llamando especialmente la atención el magnífico manejo del ritmo, ya que teniendo en cuenta la temática y la omnipresente voz en off la película es muy dinámica y no se hace para nada pesada, y eso que dura cerca de 150 minutos.

En definitiva, nos encontramos con “Las ilusiones perdidas” con una película impecable que trata varios temas y todos ellos de manera más que correcta, hablando de aspectos personales y sociales que parece mentira que sigan estando tan de moda a pesar del paso de los años, una delicia para los sentidos y una historia que engancha.