Las increíbles técnicas del sexo

Las increíbles técnicas del sexo no se trata del mejor libro de Kamasutra que hay en el mercado y tampoco de los ejercicios que debes practicar para estar horas y horas practicando sexo, se trata más bien de esas técnicas interesantes que hacen algunos animales poniendo en peligro incluso su propia vida para seguir perpetuando la especie.
A diferencia de nosotros (también animales) ellos no buscan el sexo por placer (hay excepciones) sino con un objetivo más específico, que no digo que algunos lo busquemos por esa razón.
Sin irme demasiado del tema, estas técnicas del “sexo” de los animales viene de Patris Caos en su artículo “el sorprendente comportamiento sexual de los animales” en Entre el Caos y el Orden donde explica algunas de estas curiosidades como que los puercoespines se orinan en la hembra antes de la cópula, las tortugas cuando no quieren aparearse cierras las patas e incluso la existencia de la homosexualidad en el reino animal.
Con esto no pude evitar recordar el apareamiento del escorpión cuando lo estudié en la Universidad, por esta razón en este post os quiero explicar algunas técnicas que tienen algunos animales para reproducirse, siempre y cuando haya algo de acción, por supuesto.

Lo más conocido con esta “acción” podemos decir que son las cópulas de las mantis religiosas, en las que las hembras durante esta época segregan feromonas con las que atraen al macho.
Además se vuelven agresivas y acaban por comerse a su compañero de “cama” durante o después del apareamiento empezando por la cabeza, y evitando en todo momento evitar dañar las zonas del sistema nervioso encargadas de la reproducción.

Si queréis saber más sobre Mantis Religiosas pinchar aquí
Como he mencionado antes, fue el escorpión el que me dio la idea de este post y no lo voy a dejar muy atrás.
Cuando nuestra pareja se encuentran y “deciden” reproducirse, se agarran entre sí de las pinzas y comienza un “baile” que a veces puede llegar a durar horas.
Este “baile” no es para conquistar a la hembra para que luego haya una noche de pasión sino más bien para llevarla hacia su espermatóforo (a veces a lo largo de varios metros) que es como un “recipiente” donde los machos depositan el esperma. Una vez estén en lugar, el macho tira de la hembra para que pueda ser fecundada al romper este “recipiente” por presión.
Durante el “baile” también se clavan el aguijón venenoso aunque no se sabe si el macho le inocula el veneno.

Luego tenemos a las arañas lobo, conocidas como las tarántulas de España en la que el juego sexual va acompañado de la personalidad de la araña, según el estudio en la Estación Experimental de zonas áridas en España, el comportamiento a veces extraño de estas arañas (se comen a los machos antes de la cópula) es que las arañas con personalidad tranquila (atacan menos ágilmente a sus presas que las más activas) son las que se comen a los machos antes de copular basándose en las características físicas, es decir, se comen a los menos deseables, y los deseables solamente después de copular. 
Sin embargo, las arañas más agresivas se comen a todos sin distinción alguna.
Menos mal que esto no se aplica a nosotros porque todo el mundo sabe que no todos somos dignos de una mujer (sin ánimo de ofender a nadie)
Lo extraño de estas tarántulas es que no se fijan en la perpetuación de su propia especie, siendo las más aptas para conseguir comida.
Por lo tanto, todo este proceso dependerá de la personalidad de cada araña, siendo las más dóciles las que se reproducen más fácilmente.


Ya tenemos romance, acción y drama pero ¿por qué no añadir un poco de inteligencia y sigilo?
Realmente es lo que más me gusta, no eso de ir con toda la carne en el asador a por todos como en un asalto, y para esta demostración están las sepias.
Las sepias macho grandes y fuertes pueden buscar un territorio y unas rocas apropiados para que las hembras puedan realizar la puesta y rodearse de varias de ellas, defendiendo dicho territorio frente a otros machos que quieran fecundar a las suyas.
Pero algunos machos más pequeños y más inteligentes pueden usar sus cromatóforos y sus espectaculares cambios de color para parecerse a las hembras y pasar desapercibidos internándose en el feudo de otro macho más grande y fuerte.
El nivel de engaño es tan elaborado que incluso pueden llegar a realizar juegos y caricias con el macho dominante para engatusarlo.
Cuando no hay peligro revela su verdadera apariencia frente a alguna de las hembras que se deja fecundar por él, huyendo del lugar inmediatamente después.

Todo un Don Juan sin duda.
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