Las lágrimas de África de Amparo Climent

“Las lágrimas de África” es un relato visual lleno de emoción y de sensibilidad, un proyecto que surge de sus numerosos viajes en solitario a Melillay a los campamentos de Bolingoy del monte Gurugú, en donde conoció la vida de los cientos de africanos y africanas que esperan el momento de cruzar a Europa a través del mar o saltando la valla de Melilla.

Pases en Artistic Metropol:Viernes 2 de octubre 22h Sábado 3 de octubre: 20h Domingo 4 de octubre: 20h [venta anticipada de entradas, a partir del martes 29 de septiembre, en www.artisticmetropol.es]

Un día si y otro también vemos en la televisión a esas personas que se juegan la vida, por empezar desde cero, en un lugar mejor al de su origen. Vemos caras de mujeres, hombres y niños llegando a España, siendo devueltos o en bolsas de plástico cerradas, porque no han conseguido su deseo, su anhelo, su sueño, pero desconocemos lo que hacen antes de saltar hacía territorio español.
No solo África vierte lágrimas, el espectador que posea un poco de conciencia, con un poco de corazón , también llorará de rabia, de impotencia, de tristeza, es un documental que te va desgarrando lentamente el alma.
Amparo Climent, te prepara para lo que viene lentamente, primero adentrándote en el mundo de los llamados porteadores y porteadoras, gente con estudios o gente analfabeta que por unos euros,se dejan la  espalda y en algunos casos la vida y la dignidad, para poder comer. El viaje está en marcha, con imagenes que dan escalofríos y te agobian por momentos, la directora nos abofetea directamente, empiezas a sentirte mal, empiezas a pensar como aportar ese granito de arena para cambiar un poco el mundo y ayudar a esta gente.
En una siguiente parada, al monte Gurugú ,en este lugar olvidado de la mano de dios,somos testigos de  historias estremecedoras contadas con una gran emoción, que te tocan dentro, que te reconcomen, que se van haciendo un hueco en tu interior y sientes una gran opresión en el pecho. Entonces llega el destino de Bolingoy , y si en Gurugú no había mujeres y niños, y sentías curiosidad de saber donde estaban, Amparo nos lo muestra y aquí es cuando te derrumbas, porque aunque les veas en la precariedad, sin tener apenas nada, se les ve con ilusión, se les ve planeando cosas, pero también una sombra llamada "policía" se cierne sobre ellos y ellas minando la moral.
Con una narración poética y evocadora, llena de contrastes de edificios elegantes y de pobreza extrema. Amparo Climent  que convivió con ellos en el Gurugú, nos narró en la charla posterior a la película,como se hacen las redadas que más arriba os comentaba, como van con minando no solo la moral de los inmigrantes, también va quitandoles sus sueños.

Es increíble que la sociedad y el gobierno no haga nada para dejarlos en paz y para que lo ocurre no solo en estos montes y lugares, sino también en las fronteras sea no solo denunciado, sino también juzgado y condenado. Parece ser que quien podría hacer algo, mira hacia otro lado, nadie excepto unos pocos se acercan a estos seres humanos, a darles mantas, comida, bebida e incluso a animarles...es mejor taparse los ojos y decir, como el problema está en Marruecos o está en Ceuta y Melilla y no nos toca muy de cerca, pasando.
Lloras al escucharles que saben que en España hay crisis y no hay empleo, pero ellos quieren ir más allá de nuestro país, algunos incluso quieren ir a Canada.
Es un documental muy duro, pero todos lo deberían ver porque muchos derechos humanos se están violando, mucha gente se está aprovechando de personas que buscan mejorar y ayudar a sus familias, porque no vienen aquí a "armar jaleo", ellos buscan la libertad, empleo, también buscan intentar salvarse porque muchos de los que cruzan todo el desierto, huyen de conflictos bélicos y sociales y ¿Por qué hay inmigrantes de primera y segunda categoría? A esta última pregunta, responderme cuando veáis Las lágrimas de África
Me alegraría que este documental fuese a los Goya, que la gente en vez de ver cine más comercial, se sumergiesen en la realidad, porque una pequeña dosis, no mata a nadie. Las lágrimas de África de Amparo Climent es inspiradora.