Título: Las legiones malditas
Autor: Santiago Posteguillo
Edición: Ediciones B, Barcelona 2008
«Publio Cornelio Escipión, que pasaría a la historia con el sobrenombre de Africanus, sólo tenía veintiséis años cuando aceptó comandar las tropas romanas en Hispania. Heredero de las cualidades militares de su padre y su tío, el joven Escipión también había heredado algunos de sus feroces enemigos, como Asdrúbal, el hermano de Aníbal, o el general púnico Giscón, quienes planeaban derrotar a su ejército en el campo de batalla. Sus opositores lo acechaban asimismo en el senado de Roma, donde el todopoderoso Quinto Fabio Máximo, acérrimo enemigo de los Escipión, logró forzarlo, una vez concluida la campaña en Hispania, a aceptar la tarea de liderar las legiones V y VI. Eran éstas unas legiones malditas, constituidas por los soldados supervivientes de Cannae, la más humillante derrota de Roma ante Aníbal. En el exilio en Sicilia, las legiones habían perdido el sentido del deber, la disciplina y toda esperanza de regresar a la patria. Con esta maniobra Quinto Fabio Máximo creía abocar al último Escipión a una muerte segura. Lo que no podía prever era que el joven militar y sus legiones malditas estaban llamados a cambiar el curso de la historia» (de la contraportada; por cierto, un resumen bastante malo).
Segunda entrega de la famosa trilogía. Igual que me pasó con el anterior, éste también se me ha hecho largo y a ratos he leído en diagonal. En este segundo volumen, Posteguillo insiste más en los encuentros amorosos de los distintos personajes, cosa que, en mi opinión, le resta puntos respecto al primero. En cualquier caso, tiene momentos muy logrados, en especial la batalla final en África (después de leerla me entraron ganas de estudiar algo de estrategia militar, aunque se me pasaron en seguida). No tengo pensado leer el tercer libro: resuelto el problema de Aníbal y de Quinto Fabio Máximo (¡menudo bichejo!) no hay ningún hilo argumental abierto que me anime a seguir con la trilogía.