Revista Salud y Bienestar

Las lenguas de Europa

Por Pedsocial @Pedsocial

EU lettersEsta semana 400 millones de habitantes de éste continente tendremos la oportunidad de elegir nuestros representantes en lo que, poco a poco, se está convirtiendo en una de las organizaciones más poderosas del mundo: la Unión Europea.

Un sueño de hace 60 años de unos pocos visionarios se ha consolidado en los aspectos mercantiles, los de la libre circulación de las personas, las políticas agrícolas comunes y una miríada de regulaciones y leyes que deben servir para proteger a los que habitamos este continente.

Por lo que se espera de participación, es posible que se pueda pensar que todavía hay mucha gente que no acaba de entender lo que representa, o bien que le interesa más bien poco. Una de las razones es que los responsables de hacerlo no lo han explicado con suficiente claridad. La distancia y la complejidad contribuyen al desconocimiento. Pero no es menos cierto que, menos los llamados euroescépticos, una gran mayoría coincide en considerar que la Unión Europea les conviene y que no desean que nadie se lo quite.

Incluso, y aquí más cerca, se postula con vehemencia que una posibilidad de quedarse fuera de la Unión Europea sería la mayor de las desgracias.

En parte se debe a las dificultades para entenderse. En la unión se consideran oficiales hasta veinticuatro lenguas distintas. A estas se añaden las lenguas semioficales que son las reconocidas como tales en algunos estado miembros pero no por la propia UE. tal es el caso de las lenguas cooficiales del reino de España como el catalán, el euskera, el gallego o el aranés. Algunas lenguas oficiales pertenecen a países con población muy pequeña. mientras que otras que no han alcanzado la oficialidad como el catalán, lo hablan millones de ciudadanos de UE. Varios estados comparten lenguaje con otros colindantes como sucede con el francés, hablado en Francia y en Bélgica, el holandés hablado en Bélgica y Holanda, o el inglés que se habla en el reino Unido y en Irlanda. El más hablado, o el que habla más gente es el alemán porque son más, aunque el inglés es el utilizado por más habitantes y, también por la mayor parte de los representantes políticos.

En resumen, una babel excelsa que se gasta cada año más de 1000 millones de euros en traducir toda la documentación y mantener un sistema de traducción simultánea en los organismos centrales de la UE.

No se hace falta mucho más para convencernos que lo normal es que la gente utilice más de una lengua para entenderse en este mundo en el que vivimos y que el monolingüismo viene a ser como una especie de discapacidad, como es la que padecen una buena parte de los políticos españoles.

Porque lo que está bastante claro es que quienes dominan más de una lengua desde pequeños les resulta mucho más fácil adquirir otras.

Los niños europeos son los destinatarios de esta realidad. Y los que nos ocupamos de su atención y cuidado tenemos la obligación de vigilar y mantener las opciones a la pluralidad de lenguas por un futuro mejor.

X. Allué (Editor)

 

Leer también http://pedsocial.wordpress.com/2011/09/18/bilinguismo-y-aprendizaje/


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