Para Ángela.
Las madres pobres
Me llamo Ángela y soy pobre. No, no el concepto antiguo de pobre de necesidad, no pasamos necesidades, pero no nos sobra nada.
Soy pobre y feliz. A veces.
Tengo 43 años, y llevo 20 en la misma empresa, de limpiadora.
Tengo una pequeña malformación de nacimiento una cadera mas alta que otra, que me provoca una ligera cojera, y ciertas inseguridades... Cuando me hicieron fija tuve claro que me jubilaría aquí.
Y con el panorama actual lo reafirmo, pese a mi sueldo mínimo, de apenas 800 euros.
Mi marido también trabaja, lleva toda la vida en la misma ferretería. Su padre también trabajo allí, que tiempos aquellos!
Llegaron a ser 8. Hoy son dos, el dueño y el, y su sueldo a veces llega, la mayoría de veces no.
La ferretería está en venta y el día que llegue un comprador cobrara los últimos dos años de sueldos.
Hay crisis.
Para todos.
No es culpa de nadie.
No tenemos hipoteca pero si un bonito alquiler, y luz, agua, gas, guardería y un crédito.
El que nos trajo a nuestro pequeño Santi hace ya dos maravillosos años.
Años de infructuosa búsqueda, y varias fecundaciones fallidas en la seguridad social.
Fue una gran inversión ir a una clínica privada.
Pero la mejor de nuestras vidas.
A día de hoy no nos sobra nada. Nada.
Tenemos un coche de mas de diez años que es una necesidad, porque cada día tengo que ir a un puesto de trabajo distinto y el desplazamiento corre por mi cuenta.
Ahora tendremos vacaciones. Al pueblo de mis padres, para ahorrar. Cuando en la ferretería le dan algo ayudamos a mis suegros, en paro desde los 60, hoy con 67 cobra una pensión mísera, después de toda la vida trabajando.
Un móvil en casa, de regalo en nuestra compañía. Un ordenador portátil con la pantalla rota que me regalaron, si lo arreglas funciona, vaya si funciona, y sin arreglar.
No tenemos internet en casa, robamos la señal del bar de abajo. Aunque no es robo, nos conoce y todos los domingos cuando bajamos a tomar un café nos da la clave de la semana. Hace unos meses robaron y le destrozaron el local.
Pasamos el domingo limpiando y ayudando a que pudiesen abrir de nuevo el lunes. Son cosas de vecinos. Hoy por ti, mañana por mi
Pero pese a todo no me quejo. No lo toméis como un lamento. Lo cierto es que no necesito mas.
Tengo una maravillosa familia, abrigo, comida, amigos.
Qué mas puedo pedir?
Antes de que Santi naciera hicimos muchas cuentas.
Decidimos ya desde el embarazo que daría el pecho.
Elección? No. Economía.
No me arrepiento, la verdad, seguimos con la bendita teta, y la de botes de leche que nos hemos ahorrado, y la maravillosa experiencia...
Me encanta buscar en las tiendas de segunda mano, siempre encuentro cositas preciosas para mi pequeño, además tengo mano para coser, así que algunas cosas puedo arreglarlas y llevarle como un pincel.
Soy muy tradicional, los domingos guapos y bien peinados!
En algunas de estas tiendas también encuentro juguetes, que voy guardando para navidad y para su cumpleaños. Qué dure siempre la magia!
Aunque creo que las posesiones no dan felicidad, merece vivir la ilusión mi príncipe.
Como cualquier niño.
Suelo ver los anuncios de carritos increíbles, el nuestro es un regalo, herencia de la hermana de mi mejor amiga.
Me encantaría probar una de esas mochilas ergonómicas, para ir de excursión al campo los domingos, pero son caras y cuando ya tengo algo guardado en el rinconcito, siempre surge otra cosa más importante
Reviso todas las semanas los precios de los pañales, y voy al supermercado donde los encuentre mas económicos, conocemos todas las marcas blancas y las toallitas solo las compro para la guardería y para salir. En casa usamos agua y jabón, como toda la vida.
Pensé usar pañales de tela, pero el desembolso inicial, era muy grande, así que nunca me animé.
Con la silla del coche estuvimos mirando una de segunda mano, pero leí por todas partes que no era recomendable, nada seguro.
Compramos la que podíamos permitirnos.
No era la mejor. Y ya supuso un sobre esfuerzo.
De esas evolutivas que con la misma haces toda la infancia.
Sí esas que no recomienda nadie.
Ahora dicen que se recomiendan a contramarcha y yo no puedo ni plantearlo. Son precios abusivos, prohibitivos.
Lo se, es por la seguridad de mi hijo, el es lo primero, ya. Y su comida... Y sus pañales... Y el agua que bebe...
No me juzguéis por priorizar. Soy una mala madre?
En la guardería hace unos días lo hablábamos.
Una de las mamas me dijo que si algún día me ocurría lo peor, me arrepentiría de no haberme abrochado el cinturón.
La crueldad no sabe cinturones que la alberguen.
Pagamos lo mismo de guardería, porque ella se acoge a ser madre soltera, sigue censada en casa de su familia y así recibe ayudas...
Pese a que no lo necesitan.
Lecciones de madre...
Por supuesto elegiremos educación publica, y cerca de casa hay dos colegios, nos tocará el que nos toque, pensar en educación alternativa es impensable. Así que tendremos que amoldarnos al sistema.
No se que nos deparará el futuro, Si acabará la crisis, Si cambiaran las cosas.
En caso de no hacerlo, seguiremos siendo felices.
Pobres, pero felices.