Revista Diario

Las madres y la tecnología

Por Desmadreando @desmadreando

Hay un blog que especialmente le tengo cariño. Es un blog curioso: lo mismo te habla de la maternidad, como te habla de política, de actualidad, de historias inventadas o de surrealismos reales. Es un blog donde me siento como en casa- como alguna vez ella, su dueña, comentó en una de mis entradas.

Los posts de Dolega lo mismo me hacen reír, como llorar o me dejan pensativa. Sin embargo, su último post de “Gracias Señor Miyamoto” me hizo recordar la primera relación tecnológica que tuve con mi madre: Super Mario Bros.

Las madres y la tecnología

Tendrán claro quién era quién. Yo era Mario- el guay, el que salva a la princess, el que siempre va primero; y mi madre era Luigi. Nunca entendía por qué pero nadie quería ser Luigi. ¡Pobres madres sacrificadas lo que nos toca hacer por los hijos!

Fueron horas inolvidables donde compartimos “momentazos”…luego llegó el Gameboy y la cagamos. El cordón umbilical se volvió a cortar. Cada quién tenía el suyo y se perdía horas acomodando la L del Tetris.

Debo confesar que ya no tuve otra consola. A mi eso del Nintendo 64, el Sega, el Xbox no me emocionó, ya eran movidas “modernas”. Aún no he podido adaptarme a esa realidad multidimensional. Me marea.

Sin embargo la llegada del internet abrió otra vez la posibilidad de contacto. Primero fue con mi padre. Yo tenía 18 años cuando marché a vivir a Florencia y empezamos a cartearnos vía mail sobre la vida.

Mi madre trabajaba. En casa. Y ahí los ordenadores no llegaban. Es hasta hace poco- para ser exactos cuando muere mi padre- cuando se compra un portátil pues me vengo a vivir a España y ella quiere verme por Esquipe (Skype).

Se inscribió a clases de computación. Y se abrió una cuenta de correo. Electrónico.

De toda la vida mi madre nos escribía cartas a puño y letra. En manuscrita. Leerlas era lo más difícil pero cuando lograbas descifrarlas el corazón quedaba espachurrado.

Yo pensé que el tener una cuenta de correo significaría horas y horas de “sabiduría maternal”.

Me equivoqué. El correo ha significado horas y horas de presentaciones pagüerpoin. De las emotivas. De las que hacen llorar. De las que súplicas que los 155 correos restantes no sean con la música de Tchaikovsky con árboles, pájaros en vuelo y pidiéndote que lo envíes a 135 contactos para evitar que la maldición del Iphone caiga sobre ti.

La maldición del Iphone ha caído sobre mi. Hoy ha muerto.

Critter ha arrojado el Iphone al WC con todo y los 155 correos de su Yaya por leer. Se han inundado 985 fotografías sin “copia” de resguardo. Ha matado al pájaro twittero, los whatsapps de la vecindad de los amigos mexicanos, ha hundido los sueños rotos de Horacio.

El Iphone se ha llevado mi rostro. En su facetime. Y me ha devuelto el silencio.

Uno no valora lo que tiene hasta que lo ve perdido, y hoy agradezco a la tecnología que me haya vuelto a poner en contacto con mi madre mediante el correo, el guassap, el paguerpoint, el esquipe y el blog.

¿Cuál será la tecnología que me una con Critter?

¡Gracias jefa! por ser tan moderna y siempre buscar vías de contacto pero sobre todo gracias por NO ABRIRTE CUENTA DE FACEBOOK. Eso ya sería demasié….

P.S. Si aún tienes “enchufe” directo con Santa Claus dile que el Iphone 5 está en mi Top Ten de regalos esta Navidad. Y si se puede que también incluya el estuche para inmersiones acuáticas. Te prometo que si logras que me lo regale responderé uno a uno los 155 correos que me has “forwardeado” para evitarte la maldición gitana.

 


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