Presos del prejuicio, algunos de los espectadores que asistimos a la proyección de Las marimbas del infierno en el último BAFICI supusimos que la película de Julio Hernández Cordón tendría pocas chances de estrenarse en la ciudad de Buenos Aires más allá del apocopado festival porteño de cine independiente. Craso error: el docudrama de origen guatemalteco se exhibirá en las pantallas del Gaumont y del Cosmos UBA, en principio a partir el próximo jueves 16 de junio.
Según el sitio Otros Cines, para la misma fecha está previsto el desembarco de pesos pesados como La doble vida de Walter (quizás el más esperado por quienes apuestan al reencuentro de Jodie Foster y Mel Gibson después de Maverick), De dioses y hombres (premiado dos veces en el último Festival de Cannes), Una misión en la vida (largometraje del mismo director de La novia siria y El árbol de lima, cuyos derechos compró la hace poco mencionada Distribution Company) y quizás-quizás la opera prima de Juan Minujín, Vaquero (título de apertura y cierre del mismo BAFICI) y las tantas veces anunciada El laberinto (que compitió por un Oscar en febrero pasado).
Las marimbas… ganó el premio del gran jurado en la última edición del Festival de Cine de Miami. Pero esta distinción difícilmente consiga distraer al público pendiente del polentoso recambio en la cartelera comercial.
Es una pena porque, además de contar las desventuras del marimbista Don Alfonso, Hernández Cordón propone un retrato piadoso de la Latinoamérica popular, profunda, sumida en el olvido de dirigentes y medios. Los personajes son la clave de este film por momentos conmovedor, por momentos rayano al absurdo (combinación tan habitual en nuestro continente).
Ojalá los porteños busquen más allá del marketing cinematográfico, y se den el gusto de descubrir Las marimbas del infierno. Seguro después queda tiempo para asistir a los títulos promocionados con bombos y platillos.