Las marionetas sicilianas: ¿Una usanza en vías de extinción?

Internet, la televisión, el cine y los espectáculos en 3D nos brindan siempre nuevos productos que se caracterizan por un acabado casi perfecto y un gran realismo. Por ende, es normal que tanto adultos como niños prefieran los productos hiper tecnológicos y esto hace que muchas tradiciones vayan quedando en el olvido, como las marionetas sicilianas (pupi siciliani).
Lo cierto es que en todo el mundo existen marionetas pero estas son muy peculiares tanto por su exquisito acabado como por el tema que abordan.
Las marionetas sicilianas se inspiran en la figura de Carlo Magno y sus paladines por lo que siempre encontrarás caballeros con resplandecientes armaduras delicadamente trabajadas y perfectas en su realismo. De hecho, para realizar una de estas marionetas se requiere hasta dos meses de trabajo. No obstante, por su tamaño y peso (las marionetas de Catania pueden medir hasta 1.30 metros y pesar 35 kilos), realmente estas marionetas son difíciles de maniobrar y no presentan una gran libertad de movimientos (si bien las marionetas de Palermo son mucho más ligeras).

Las temáticas que se abordan en este teatro son esencialmente reelaboraciones de las historias contenidas en los poemas del ciclo carolingio. No obstante, para poner punto final al espectáculo, se realizaban representaciones de tono burlesco que en ocasiones no eran muy bien aceptadas por las autoridades locales.
Esta usanza se viene practicando desde la segunda mitad del siglo XIX y todavía hoy existen pequeños teatros donde se presentan. Obviamente, en la era de la multimedia siempre son menos las personas que acuden a estos espectáculos. No obstante, en Sicilia aún existen familias que se han dedicado a la construcción de marionetas y su manejo durante generaciones y que todavía mantienen viva esta pasión.
Recientemente la UNESCO ha declarado el Teatro de las Marionetas como parte del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Hoy puedes recorrer el Museo Internacional de la Marioneta que se encuentra en Palermo y donde viven casi 3.000 marionetas.