Siempre nos han insistido desde las instituciones escolares en la importancia de la lectura en los niños. De tal manera que los padres siguiendo estos consejos les leemos multitud de cuentos a nuestros hijos, historias de fantasía, de sentimientos, de aventuras… de nuestra mano los niños van disfrutando cada una de sus páginas guardando en su recuerdo esta experiencia como algo especial, un momento de calma muchas veces previo al sueño en el que mama o papa sentados a su lado se convierten en piratas de voz ronca, hormigas de voz chiquitita, tortugas que hablan muuuuuuuyyyyyy despaaacioooo…
Pero ¿qué sucede con las matemáticas?, es que ¿ los números no son divertidos?. En este caso los problemas, las sumas, restas, multiplicaciones… quedan reducidas a los ejercicios que les mandan desde el colegio en los que los papas los ayudan y corrigen pero en donde su componente lúdico es muy limitado o inexistente.
Hay muchas maneras de acercar las matemáticas a nuestros hijos. Cuando viajamos en coche a mi hija de siete años le encanta que le plantee sencillos problemas de cálculo mental, preguntas sobre monedas, sobre relojes... Con el pequeño de tres años también lo hago adaptándolo a su nivel: “si tienes tres caramelos y mama te regala uno más ¿cuántos tienes? ”,” si papa tiene tres galletas y mama tiene mucho hambre y se come tres ¿cuántas le quedan?” este último caso es el que más le mola porque entonces llega su momento de cantar ... “cero patatero, cero patatero”… (un consejo si lo probáis con vuestros hijos que no sean ellos los que se queden sin galletas, porque seguro que lo de "cero patatero" no les hará tanta gracia y pueden pillarse un gran mosqueo).
El libro infantil que os quiero recomendar hoy es “Enigmas para antes de ir a dormir” de Laura Overdeck. Según cuenta la autora, la idea surgió para de acercar los números a los peques de manera divertida.
En cada capítulo se trata un tema que sin duda despertará la curiosidad de los niños (el hombre bala, a punto de explotar…) y admitámoslo nuestro propio interés. Tras la explicación aparecerán problemas para "niños pequeños", "niños medianos" y "niños grandes". Según la edad, pero sobretodo la capacidad de vuestros hijos podréis plantearles unos u otros. Con mi hija comenzamos cuando tenía 6 años, ella resolvía sin problemas los de "niños pequeños" y algunos de "niños medianos" (en función de si las sumas eran de uno o dos dígitos). La gustaba también leernos ella los problemas para "niños grandes" y que nosotros los resolviéramos (tranquilos las respuestas están cerquita en caso de necesitar ayuda).
Lo importante es que sea una actividad positiva, divertida y reforzante. Para ayudarles podéis darles todas las pistas que necesiten, emplear el libro como hacéis con los cuentos, NUNCA como una evaluación. No olvidéis, nuestra intención es motivarles.