El intento más reciente de la Reserva Federal por reanimar la economía estadounidense podría darle nuevos bríos al auge de los mercados emergentes y las materias primas. Eso es, al menos, lo que creen muchos inversionistas.
Otros, sin embargo, avizoran problemas en el horizonte. Les preocupa que demasiados inversionistas se estén subiendo al carro de los mercados emergentes y dudan de la capacidad de estos mercados para seguir escalando si la economía estadounidense continúa estancada.
El relajamiento de la política monetaria de la Reserva Federal a través de la compra de deuda del Tesoro de Estados Unidos sugiere que "el boom de los mercados emergentes tiene margen para continuar", considera David Rolley, estratega de inversiones globales de la empresa de fondos de inversión Loomis Sayles.
En lo que va del año, un récord de US$60.000 millones ha ido a parar a fondos especializados en invertir en acciones y bonos de los mercados emergentes, según los datos de la firma EPFR.
Los inversionistas esperan que la Fed destine por lo menos US$ 500.000 millones al denominado programa de "alivio cuantitativo". Es probable que parte de esos fondos acaben en los mercados emergentes, que ofrecen retornos más jugosos y mejores perspectivas de crecimiento. Los dólares que entrarán a los países emergentes contribuirán a seguir devaluando la moneda estadounidense.
El intento más reciente de la Reserva Federal por reanimar la economía estadounidense podría darle nuevos bríos al auge de los mercados emergentes y las materias primas. Eso es, al menos, lo que creen muchos inversionistas.
Otros, sin embargo, avizoran problemas en el horizonte. Les preocupa que demasiados inversionistas se estén subiendo al carro de los mercados emergentes y dudan de la capacidad de estos mercados para seguir escalando si la economía estadounidense continúa estancada.
El relajamiento de la política monetaria de la Reserva Federal a través de la compra de deuda del Tesoro de Estados Unidos sugiere que "el boom de los mercados emergentes tiene margen para continuar", considera David Rolley, estratega de inversiones globales de la empresa de fondos de inversión Loomis Sayles.
En lo que va del año, un récord de US$60.000 millones ha ido a parar a fondos especializados en invertir en acciones y bonos de los mercados emergentes, según los datos de la firma EPFR.
Los inversionistas esperan que la Fed destine por lo menos US$ 500.000 millones al denominado programa de "alivio cuantitativo". Es probable que parte de esos fondos acaben en los mercados emergentes, que ofrecen retornos más jugosos y mejores perspectivas de crecimiento. Los dólares que entrarán a los países emergentes contribuirán a seguir devaluando la moneda estadounidense.
Los inversionistas apuestan a que, en general, los países asiáticos y latinoamericanos no podrán impedir el alza de sus monedas contra el dólar, aunque adopten controles de capital y realizan otros esfuerzos para contener el flujo de dinero.
A Rolley le gustan los bonos mexicanos. Dice que aunque los rendimientos de los bonos denominados en pesos mexicanos están en mínimos históricos, aún no hay muchos inversionistas listos para comprarlos.
Eric Stein dice que él y otros gestores de portafolio del fondo Eaton Vance Global Macro Absolute Return han estado apostando a la apreciación de las monedas de Indonesia, Malasia y Corea del Sur.
Algunos inversionistas, no obstante, divisan problemas para los mercados emergentes si no se reactiva la economía estadounidense.
Ramin Toloui, copresidente de mercados emergentes de Pacific Investment Management Co. (Pimco), es partidario de los bonos emitidos en moneda local, que les permiten a los inversionistas beneficiarse de cualquier incremento del tipo de cambio del país. "Implícita en esto está la postura de que la efectividad de los países emergentes para resistir la apreciación de sus monedas será limitada", explica.
Las grandes fluctuaciones cambiarias comenzaron a fines de agosto cuando el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dio a entender por primera vez que era posible un mayor relajamiento monetario. Bernanke reiteró el viernes que estaba preparado para iniciar una nueva ronda de estímulo.
Un factor que le podría echar más leña al fuego podría sería que China sucumba a la presión internacional y permita una apreciación más acelerada del yuan en relación al dólar estadounidense.
Los inversionistas creen que una mayor flexibilidad por parte de China podría traducirse en mayores avances para otros países de la región como Singapur y Corea del Sur, porque el debilitamiento de sus monedas estimularía las exportaciones. El yuan ha avanzado 2,7% frente al dólar desde junio.
La perspectiva generalmente optimista respecto a los mercados emergentes contrasta con la cautela general respecto a las acciones y bonos de Estados Unidos, cuyos precios ya pueden haber descontado el impacto de un alivio cuantitativo adicional de la Fed.
El Promedio Industrial Dow Jones acumula un alza de más de 10% desde el 26 de agosto y cerró la semana en 11.062 puntos. Muchos inversionistas, en todo caso, dudan de que los esfuerzos de la Fed para dar un significativo impulso a la economía de EE.UU. surtan efecto.
Los inversionistas apuestan a que, en general, los países asiáticos y latinoamericanos no podrán impedir el alza de sus monedas contra el dólar, aunque adopten controles de capital y realizan otros esfuerzos para contener el flujo de dinero.
A Rolley le gustan los bonos mexicanos. Dice que aunque los rendimientos de los bonos denominados en pesos mexicanos están en mínimos históricos, aún no hay muchos inversionistas listos para comprarlos.
Eric Stein dice que él y otros gestores de portafolio del fondo Eaton Vance Global Macro Absolute Return han estado apostando a la apreciación de las monedas de Indonesia, Malasia y Corea del Sur.
Algunos inversionistas, no obstante, divisan problemas para los mercados emergentes si no se reactiva la economía estadounidense.
Ramin Toloui, copresidente de mercados emergentes de Pacific Investment Management Co. (Pimco), es partidario de los bonos emitidos en moneda local, que les permiten a los inversionistas beneficiarse de cualquier incremento del tipo de cambio del país. "Implícita en esto está la postura de que la efectividad de los países emergentes para resistir la apreciación de sus monedas será limitada", explica.
Las grandes fluctuaciones cambiarias comenzaron a fines de agosto cuando el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dio a entender por primera vez que era posible un mayor relajamiento monetario. Bernanke reiteró el viernes que estaba preparado para iniciar una nueva ronda de estímulo.
Un factor que le podría echar más leña al fuego podría sería que China sucumba a la presión internacional y permita una apreciación más acelerada del yuan en relación al dólar estadounidense.
Los inversionistas creen que una mayor flexibilidad por parte de China podría traducirse en mayores avances para otros países de la región como Singapur y Corea del Sur, porque el debilitamiento de sus monedas estimularía las exportaciones. El yuan ha avanzado 2,7% frente al dólar desde junio.
La perspectiva generalmente optimista respecto a los mercados emergentes contrasta con la cautela general respecto a las acciones y bonos de Estados Unidos, cuyos precios ya pueden haber descontado el impacto de un alivio cuantitativo adicional de la Fed.
El Promedio Industrial Dow Jones acumula un alza de más de 10% desde el 26 de agosto y cerró la semana en 11.062 puntos. Muchos inversionistas, en todo caso, dudan de que los esfuerzos de la Fed para dar un significativo impulso a la economía de EE.UU. surtan efecto.
(fuente:wsj)