La descripción musical de las bandas sonoras requiere que en ocasiones se hagan referencias a cómo se relacionan con la narración, por lo que algunos de estos comentarios pueden incluir información relevante sobre el desarrollo de los personajes y las historias.Elliot Goldenthal. Music for Film - Elliot GoldenthalSilva Screen, 18/10/2024Duración: 72mnsDentro de un panorama de Festivales de Música de Cine cada vez más dedicados a rentabilizar la inversión a través de conciertos que tengan repercusión popular, y en los últimos años realmente son pocos los músicos de bandas sonoras que son conocidos fuera de los círculos más cinéfilos, los World Soundtrack Awards que se celebran en el contexto del Festival de Cine de Gante permanecen como uno de los pocos que mantienen todavía ese espíritu de dedicación a los grandes músicos de cine, y posiblemente el único que sigue editando las grabaciones de sus homenajes, lo que es de agradecer. Este año, el compositor Elliot Goldenthal (1950, Nueva York), retirado de la creación de música para el cine, ha sido el receptor del premio especial por su trayectoria. Ganador de un Oscar por la película Frida (Julie Taymor, 2002), su carrera no experimentó un mayor impulso después de haber sido uno de los compositores más reclamados por las grandes producciones de Hollywood, como se muestra en las doce bandas sonoras que forman parte del album Elliot Goldenthal. Music for Film (Silva Screen Records, 2024). De hecho, la última película en la que trabajó fue hace cuatro años, The Glorias (Julie Taymor, 2020), aunque no se incluye ningún fragmento en esta grabación que está interpretada, como es habitual, por la Orquesta Filarmónica de Bruselas bajo la dirección de Dirk Brossé. La selección realizada por el propio Elliot Goldenthal no solo incluye algunos de los trabajos más conocidos de sus cuarenta bandas sonoras, sino que se abre y se cierra con dos suites para concierto que no se habían grabado anteriormente. "Grand Gothic Suite", de 21 minutos, fue creada para la Gala de Clausura del Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife (FIMUCITÉ) de 2014, incluyendo música de Batman forever (Joel Schumacher, 1995) y Batman y Robin (Joel Schumacher, 1997), y realmente suena tan espectacular como debería. Una de las dificultades de los trabajos musicales del compositor es su complejidad, que a veces requiere de grandes orquestas, lo que quizás es una de las razones por las que ha sido menos requerido por una industria que prefiere moverse por terrenos más convencionales. Después del explosivo sonido de esta suite, el tema "The homecoming" de la película Cobb (Ron Shelton, 1994) es una hermosa pieza de corte clásico que describe el orgullo del protagonista en una banda sonora que Elliot Goldenthal definió como el reflejo de la contradicción interior de Ty Cobb (Tommy Lee Jones) y su enfoque científico hacia el béisbol como entrenador. La suite que incluye "Born to darkness" y "Louis' revenge" de Entrevista con el vampiro (Neil Jordan, 1994) ofrece muestras de uno de sus mejores trabajos, que sigue manteniendo ese tono atemporal que la convierte en una gran banda sonora. "Of helplessness" es una pieza para vientos y cuerdas de la película Heat (Michael Mann, 1995), que quizás es menos representativa de una banda sonora que se apoyaba sobre todo en el uso de guitarras y percusión, mientras que "Still life" de su único Oscar, Frida (Julie Taymor, 2002), ofrece una delicada pieza romántica para piano solista.
Junto a su esposa Julie Taymor, a la que conoció en los años ochenta, Elliot Goldenthal ha colaborado tanto en cine como en teatro, pero posiblemente su mayor logro sea el de Titus (Julie Taymor, 1999), adaptación de la obra de Shakespeare que ofrece una de las aproximaciones más experimentales del compositor neoyorquino en el campo cinematográfico. Considerada por el propio músico como la culminación al trabajo que había ido desarrollando a lo largo de la década anterior, es una banda sonora contundente de la que se incluyen dos temas separados: "Arrows of the Gods", un poderoso scherzo para cuerdas y "Titus Finale", una de las composiciones más destacadas en la carrera cinematográfica de Elliot Goldenthal, que suena cuando el joven Lucio (Osheen Jones) camina de espaldas, en cámara lenta, hacia el amanecer, tras la tragedia sucedida anteriormente, un final de la película que adquiere una gran trascendencia emocional con la música. La banda sonora de Titus incluía algunas versiones de composiciones anteriores de Elliot Goldenthal para Alien 3 (David Fincher, 1992), de la que se interpreta una parte de la Suite para concierto que estrenó en el Festival de Cracovia en 2012. Una pieza de casi diez minutos que comienza con "First attack", para instrumentos de viento como las flautas, oboe, clarinetes, trompetas y trombones, y recoge cuatro de los temas de la banda sonora. De su música para Esfera (Barry Levinson, 1988), se incluye el tema "The gift", mientras que de Enemigos públicos (Michael Mann, 1992) escuchamos la composición "JD Dies", un hermoso tema que describe de forma épica, en un majestuoso crescendo, el final violento del gángster John Dillinger (Johnny Depp). La última composición pertenece a la película Final Fantasy: La fuerza interior (Hironobu Sakaguchi, Motonori Sakakibara, 2001), una de las mejores partituras del compositor, que se presenta en la Suite Final Fantasia que estrenó en el Festival de Cracovia en 2018. Se da la circunstancia de que la grabación de la banda sonora original fue interpretada precisamente por la Orquesta Filarmónica de Bruselas bajo la dirección de Dirk Brossé, por lo que se trata de una conclusión muy apropiada. Por alguna razón, se ha quedado fuera del álbum las músicas de Michael Collins (Neil Jordan, 1996) y Across the universe (Julie Taymor, 2007) que se habían anunciado como otras de las piezas interpretadas en este disco. Pero en definitiva se trata de un buen recopilatorio de algunos trabajos representativos de un compositor que hace unos tuvo un accidente doméstico que le dejó en coma durante algunos minutos, perdiendo la capacidad de hablar, que tuvo que recuperar posteriormente. Elliot Goldenthal ha aportado un acercamiento intelectual y experimental que se encuentra con dificultad en la música cinematográfica, pero en los últimos años se ha dedicado más a las composiciones para concierto. Su ausencia del cine es un reflejo sintomático de cuál es el camino que ha seguido éste en los últimos años. La habitación de al lado - Alberto IglesiasQuartet Records, 18/10/2024Duración: 60mnsPremios Goya '25: NominadaPremios Feroz '25: Nominada
La colaboración entre Pedro Almodóvar (1949, Calzada de Calatrava) y Alberto Iglesias (1955, San Sebastián) ha dado lugar a una de las mejores relaciones director-compositor de la reciente historia del cine, y de alguna forma ha acompañado a la etapa más reflexiva del realizador manchego. Son en total trece largometrajes y dos mediometrajes, desde La flor de mi secreto (1995) hasta esta última colaboración durante treinta años de fidelidad profesional. Alberto Iglesias ha trabajado en otros proyectos como sus nominaciones al Oscar con El jardinero fiel (Fernando Meirelles, 2005), Cometas en el cielo (Marc Foster, 2007) y El topo (Tomas Alfredson, 2011), mientras que el cine de Pedro Almodóvar siempre ha estado ligado a su música, casi como una necesidad para terminar de definir a los personajes y sus historias. La aportación de Alberto Iglesias al cine de Pedro Almodóvar también pasa por una diferencia en la que el director ha tratado la conexión de la banda sonora con las imágenes, en una primera temporada de manera algo separada de los propios diálogos, pero a través de la aportación de Alberto Iglesias la música se ha vinculado cada vez más a los diálogos, los colores y las emociones. La primera incursión del director en la construcción de una película no hablada en español, ensayada anteriormente en La voz humana (2020) y Extraña forma de vida (2023) reúne dos actrices sobresalientes com Tilda Swinton y Julianne Moore para abordar de forma más directa uno de los temas recurrentes de la última filmografía del realizador, en torno a la reflexión sobre la vida y la forma de afrontar la llegada de la muerte. Tratando el tema de la eutanasia, lo hace quizás transmitiendo cierta sensación de distancia, pero confrontando a dos protagonistas cuyas personalidades son muy diferentes, lo que se convierte en uno de los principales motores de la estructura de la banda sonora, desde el tema inicial ("Opening Titles"), que nos introduce en la ciudad de Nueva York mientras las imágenes se enfocan en una librería. A pesar de la trascendencia del tema, la música refleja a la película como una historia que aporta energía, se sitúa desde el principio en esa clave de cierta luminosidad, situándose en un lugar de reflexión que no busca ser sombrío. Es una banda sonora que recorre muchas emociones y estados de ánimo, pero siempre con tendencia a esa búsqueda del optimismo. Hay una tonalidad poética que representa a la ciudad de Nueva York, casi en tono melancólico, con predominio de los violines ("Rizzoli"), y que se enmarca también en sonoridades de jazz que marca uno de los flashbacks de la película ("The war in my head"). Las protagonistas de la historia son Ingrid (Julianne Moore) y Martha (Tilda Swinton), dos amigas de la universidad que se dedican a la escritura de manera profesional y por tanto se enfrentan a la vida desde una cierta intelectualidad. Martha ha sido diagnosticada con cáncer y está decidida a no seguir un tratamiento, sino acabar con su vida de manera voluntaria, y le pide a Ingrid que esté presente en ese momento. Ambas tienen personalidades muy diferentes que el compositor refleja a través de la música: Ingrid pasa por diferentes momentos emocionales y tiene dudas sobre la propuesta de su amiga ("Ingrid doubts"). La música que se le asigna surge desde el momento en que ambas asisten a una proyección de la película Te querré siempre (Roberto Rossellini, 1954), con un ritmo de vals sostenido en cuerdas armoniosas. Mientras que a Martha se le dedica una música más de mayor estabilidad, que muestra su determinación ("Martha's lesson").
Ambas son mujeres que en cierto modo podrían parecen alejadas del universo de Pedro Almodóvar, pero mantienen una conexión mucho más cercana de lo que parece. Cuando comienza a nevar citan la película Dublineses (Los muertos) (John Huston, 1987): "La nieve cae sobre los vivos y los muertos" ("Snow is falling upon the living and the dead"). Pero uno de los personajes importantes de la película está sin embargo ausente, pero recoge la importancia de su influencia asignándole el tema principal ("Michelle"), así como la completa simbiosis con su madre Martha, desde la propia elección del reparto. Distanciadas desde hace años, Michelle nunca ha perdonado ser la hija de una madre soltera después del abandono de su padre. La presencia de Martha es una constante a lo largo de la película, incluso en los momentos en los que está ausente ("Letter to the beyond"), que es una composición compleja en instrumentaciones pero que recoge la esencia de la música de Alberto Iglesias para la película, transmitiendo esa sensación de luminosidad que mencionábamos antes a través de las sonoridades de los instrumentos de viento como flautas y clarinete, para desembocar en uno de los temas principales de la banda sonora. El compositor señala algunas influencias destacadas en su composición, como la 4ª Sinfonía (1900) de Gustav Mahler y el compositor francés Olivier Messiaen. La propia música es la que consigue impulsar que finalmente los dos personajes se vinculen completamente en su camino y se comprendan mutuamente, a pesar de las diferencias iniciales. La banda sonora de Alberto Iglesias funciona de manera excelente como una definición clara de los personajes, pero también como un impulso hacia el progresivo acercamiento de sus caracteres. Él mismo definía su trabajo en una entrevista en Radio 3 afirmando "la música se adhiere a la narración, trata de no revelar ni adelantarse a la trama, siempre es muy instantánea con lo que ocurre, hasta el punto de poder estar con los diálogos de manera que de los diálogos se extrae la fuerza del significado y también la musicalidad de la voz". Cónclave - Volker BertelmannBack Lot Music, 25/10/2024 (Digital) / 17/1/2025 (Vinilo)Duración: 44mnsCritics Choice Awards '25: NominadaSatellite Awards '25: NominadaGlobos de Oro '25: Nominada
Desde el comienzo, el carácter litúrgico de la reunión de cardenales está descrito a través de un instrumento principal, el órgano de cristal Baschet (Marc Chouarain), un invento de los hermanos François Baschet y Edward Baschet en 1952 del que ya hablamos en nuestra reseña de la banda sonora de Jérôme Rebotier para la película El conde de Montecristo (Matthieu Delaporte, Alexandre de La Patellière, 2024). La especial sonoridad etérea de este órgano está presente en las escenas que reflejan el carácter religioso ("Overture of Conclave") y los encuentros íntimos con la oración ("Prayer", "Evening prayer"), y a veces puede recordar a las sonoridades electrónicas que James Horner introdujo en El nombre de la rosa (Jean-Jacques Annaud, 1986). O en el primer día de votación, en el que se muestra en escena la liturgia repetitiva del acto de votar ("First day") y que en los sucesivos días se irá haciendo progresivamente más oscura ("Second day"), como si el carácter espiritual fuera invadido por las cuerdas que reflejan las intrigas y la confrontación entre poderes más terrenales. A lo largo de la película hay un secreto que afecta a uno de los candidatos que podría acabar con su designación, pero también se establece el enfrentamiento entre las ideas más progresistas y las que pueden suponer un retroceso hacia una iglesia más conservadora. La banda sonora no expresa estrictamente esta confrontación, sino que se mantiene en un plano más externo, solo otorgando más o menos oscuridad a determinadas escenas. En algunos pasajes la sonoridad litúrgica que proporciona el órgano Baschet está acompañada por cuerdas que muestran cierta frustración ("Now that we had hoped"). La película de Edward Berger funciona principalmente porque no se limita a establecer una partida de ajedrez más o menos intrigante, sino que aborda el cónclave como una especie de reflejo de las incertidumbres de nuestra sociedad, esas que nos provocan miedo. La amenaza que suponen algunos ataques terroristas en el exterior es un elemento de distorsión del propio cónclave, como lo es la homilía del padre Lawrence (Ralph Fiennes) en la que menciona la duda como una cualidad positiva para el próximo Papa ("Walk of doubt"), y que se refleja en la música interpretando el tema principal, no por el órgano sino por violín y viola (Karina Buschinger). La composición que desarrolla el voto final ("Innocent") utiliza también las cuerdas como un elemento de liberación, desarrollando el tema principal a través de los violonchelos (Laura Wiek, Daniel Brandl, Moritz Benjamin Kolb) y eliminando las notas de intrigas, hasta desembocar en los créditos finales, una variación del tema litúrgico, ya completamente absorbido por cuerdas triunfantes ("Postlude of Conclave"). Resulta curioso que la idea principal de esta banda sonora es parecida a la de Sin novedad en el frente, y el desarrollo (o la falta de él porque su función es establecer el tono) es similar, pero aquella fue especialmente menospreciada por cierto sector de la crítica, mientras que ésta ha sido más valorada.

Pueden resultar algo exageradas las declaraciones de Hans Zimmer (1957, Alemania) respecto a que su trabajo para esta película terminó siendo una banda sonora terrorífica y oscura, casi insoportable de escuchar, porque en realidad no es así, al menos tal como se ha editado, pero ni siquiera dentro de la película, donde es cierto que se mantiene un trasfondo de sonoridad electrónica y metálica que consigue transmitir la amenaza constante de los aviones de guerra que bombardean la ciudad de Londres durante los ataques nazis en la 2ª Guerra Mundial. Hay por tanto una cualidad atmosférica que consigue mostrarse a través de lo que podríamos calificar como una mezcla de música y efectos sonoros permanentes, una intimidación invisible que está especialmente reflejada al comienzo de la película ("September 1940"), antes del viaje que realiza el joven George (Elliott Heffernan) cuando su madre Rita (Saoirse Ronan) decide separarse de él para que sea evacuado de una ciudad devastada. Blitz (Steve McQueen, 2024) supone la tercera colaboración del director con Hans Zimmer y la segunda en la que trabaja junto a Nicholas Britell (1980, Nueva York) después de 12 años de esclavitud (Steve McQueen, 2013). Pero en este caso ambos se han mantenido separados en cometidos diferentes: mientras el músico alemán se ha encargado de la parte instrumental, el neoyorquino ha compuesto algunas de las canciones que muestran el esplendor de Londres a principios de los años cuarenta, roto por los bombardeos, pero mantenido en parte en el club nocturno del Hotel Ritz, que se convirtió en un lugar de encuentro como pudimos ver en el episodio Ritz (T6E8) de la serie The Crown (Netflix, 2016-2023). Nicholas Britell ha compuesto temas diegéticos como "Winter coat", que está basado en un poema escrito por el padre de Steve McQueen, y que interpreta Saoirse Ronan durante una transmisión de BBC Radio en una visita a la fábrica en la que trabaja, o el más representativo "Brighter days" que en la película se puede escuchar en una versión instrumental al piano interpretado por el padre de Rita, y en su versión cantada, en una escena en el interior de una estación de metro que sirve como refugio antiaéreo. También hay dos temas instrumentales que suenan en uno de los bailes en un club nocturno de la ciudad ("Get jumpin'", "Snake hip swings"), y más de fondo en un momento posterior ("It's time"), que muestran la efervescencia del jazz y el swing en la época. Pero sobre todo destaca una canción importante, "Oh Johnny, Oh Johnny, Oh!" (1917), que escuchamos en el club Café de París, uno de los más populares de Londres, que fue bombardeado en 1941. La secuencia del bombardeo está mostrada (sin mostrarlo realmente) en un excelente plano secuencia, con la cantante Celeste (a la que también podemos escuchar en el tema principal de la serie Chacal (SkyShowtime, 2024-)), interpretando la canción, que era la que estaba sonando cuando se produjo el bombardeo real. Pero también es uno de los pocos momentos en los que la parte diegética está conectada con la música incidental, cuando el esplendor del baile da paso a una panorámica del mismo club destruido tras el bombardeo, mientras suena una versión de la canción en un solo de trompeta lejano (no incluida en el álbum), dando paso al momento en el que Albert (Stephen Graham) y su banda están desvalijando a los muertos.
Uno de los problemas de la película es que se siente algo dispersa, con dos protagonistas principales, la madre y el hijo, pero con otras ideas que el director ha querido mostrar como reflejo de Londres durante los bombardeos que sin embargo no terminan de tener la coherencia narrativa necesaria. Y ni siquiera la música incidental de Hans Zimmer consigue hilvanar estos diferentes fragmentos, porque se mantiene siempre en un plano superior a las escenas, un poco llevando a cabo su propio camino que conecta con esa amenaza invisible de la que hablamos antes, pero que no termina de fundirse con las imágenes, excepto en algunos pasajes. Hay un tema que tiene cierto aire optimista que suena cuando comienza la aventura de George y un grupo de niños viajando como polizones en un tren hacia Londres ("An adventure for children"), aunque la composición que más destaca es la que muestra la relación entre el vigilante Ife (Benjamin Clémentine) y el joven George, cuando éste le acompaña a hacer su ronda nocturna por las calles ("Doing rounds"), una composición para sintetizador e instrumentos de viento que tiene cierto carácter marcial. El cantante Benjamin Clémentine, que incorpora a este personaje, interpreta también la canción tradicional "Allelujah (Hallelujah)", que se incluye en la banda sonora. La música de Hans Zimmer se sostiene en el piano en los primeros momentos de George en Londres, cuando en una secuencia sin diálogos se encuentra en una galería mirando objetos antiguos, los elementos fundacionales del Imperio Británico ("Loitering is not permitted"). Y se despliega a través de las cuerdas ("Los property not lost children"), para desembocar en el reencuentro entre madre e hijo en medio de la destrucción ("Never let you again"). Hans Zimmer ha contado que su propia madre fue una refugiada en Londres durante los bombardeos, de manera que conecta con su realidad más incluso que otras incursiones en la 2ª Guerra Mundial como Dunquerque (Christopher Nolan, 2017). Para las escenas que se desarrollan en torno a los lugares de refugio, como las estaciones de metro, utiliza violonchelos ("Somewhere to shelter") y violines solistas ("No. 6 Platform"), con sonoridades electrónicas de fondo que parecen imitar los sonidos de las sirenas. Y un tono más industrial con violines que rasgan las cuerdas cuando describe la fábrica de municiones en la que trabaja Rita ("Munitionettes"). El problema de la banda sonora es que realmente no hay conexión entre el trabajo de Nicholas Britell y el Hans Zimmer, igual que no hay demasiada conexión entre los pasajes más Oliver Twist de la historia y las secuencias más desgarradoras sobre los bombardeos.

Entre los temas de acción, hay un desarrollo particularmente interesante en el que suena durante el ataque de unos pájaros ("Birds") y la incorporación al velero en el que viaja esta particular familia de animales de diferentes especies, de una cigüeña que adoptará una posición de liderazgo. Es una composición para orquesta que se apoya principalmente en las percusiones y que también tiene una textura etérea. Flow es una película que habla sobre la familia elegida y el sentido de comunidad y solidaridad para afrontar las dificultades, incluso entre aquellos miembros de especies distintas. Y por tanto es disfrutable desde una perspectiva de entretenimiento que acompaña a un grupo de animales a lo largo de un viaje tras una inundación. Pero la historia también tiene un subtexto que se refiere a ese concepto filosófico sobre la vida como un flujo constante, de manera que hay un paralelismo sonoro, etéreo e intangible entre la llegada de la inundación al principio de la película ("Flow") y una representación mágica y surrealista que se proyecta hacia el cielo boreal ("Flow away"), que se muestra en un último acto mucho más abstracto. De alguna manera, al utilizar una sonoridad parecida cuando se produce la inundación a la posterior secuencia de aliento poético, la música está dotando al resto de de la película de una cualidad metafísica que habla de la vida y la muerte dentro del flujo de las aguas, lo que también se refleja en la escena en la que, tras la bajada de la corriente, una gran ballena se encuentra varada en tierra ("Reflection"), inevitablemente destinada a morir allí. Flow por tanto se plantea como una propuesta más allá de una sencilla y entretenida historia, para adoptar una mirada mucho más profunda y metafórica sobre el transcurrir de la vida.


Aunque ya cuenta con dos Oscar, por las canciones de Sin tiempo para morir (Cary Joji Fukunaga, 2021) y Barbie (Greta Gerwig, 2023), compartidos con su hermana Billie Elish, el compositor Finneas O'Connell (1997, Los Angeles) apenas tiene experiencia en la composición de música para cine. De hecho, cuando aceptó trabajar para la serie Disclaimer (Apple tv+, 2024), después de conocer al director Alfonso Cuarón durante un concierto en Milán en 2018, se planteó realizar otros trabajos para el cine de forma que adquiriera cierta práctica antes de adentrarse en la composición de una serie de siete episodios. Y así trabajó en las películas The fallout (Megan Park, 2021) y Venganza (B.J. Novak, 2022), que le sirvieron para conocer la forma de acercarse a la música para las imágenes. Alfonso Cuarón vive en Italia con su familia desde hace años, y de hecho, trasladó las escenas del pasado que en el libro original de Renee Knight transcurren en España, concretamente en la playa de Tarifa, al país italiano seguramente por esa razón. El enfoque adoptado por Finneas O'Connell es el de acercarse a los personajes como elementos principales sobre los que apoyar una banda sonora que toma el camino más clásico, con algunas sonoridades que recuerdan a Philip Glass, para interpretar el desarrollo psicológico de los protagonistas. La música refuerza el carácter íntimo de la historia a través de la utilización de un cuarteto de cuerdas, Attacca Quartet, que ha ganado dos premios Emmy por sus colaboraciones con la violinista Caroline Shaw en los álbumes Orange (2019, Nonesuch Records) y Evergreen (2021, Nonesuch Records), y que recientemente ha colaborado con John Patitucci en la banda sonora de la miniserie documental Leonardo da Vinci (PBS, 2024). Por tanto, se puede analizar este trabajo de Finneas O'Connell en bloques dedicados a sus protagonistas: para Catherine (Cate Blanchett), la directora de documentales que ve cómo un hecho ocurrido en el pasado se revela en las páginas de un libro, el compositor dedica un tema delicado, con violonchelo solista ("Catherine"), que adquiere un tono más grave posteriormente, en la escena que transcurre en la playa ("You thought you got away with it"), con la introducción de un violín que parece sonar alejado, como la distancia que separa a la madre de su hijo. Y que está conectado con la sobrecogedora escena en el episodio III (T1E3), en el que la otra madre, Nancy Brigstocke (Leslie Manville), necesita tocar el agua del mar en el que ocurrió la tragedia ("The waves"), en el que se introduce el sonido parecido a un latido. Los episodios intermedios, que cierran el primer bloque estructural narrativo de la serie, III (T1E3) y IV (T1E4), son los que contienen una presencia más clara de la música. El compositor utiliza dos referencias clásicas principales: para algunas de las escenas que transcurren en Italia, Antonio Vivaldi ("Venice gondola ride", "The romance"), con un aire de tono barroco, mientras que para el personaje de Stephen Brigstocke (Kevin Kline), el padre que reclama venganza y que escucha en su casa a Johann Sebastian Bach mientras prepara su plan para arruinar la vida de Catherine, la banda sonora se construye en un tono que convive con esta tonalidad clásica de cierta solemnidad ("Stephen hunting", "Stephen's revenge"), pero también adquiere una pesada carga trágica cuando se refiere a su matrimonio y el duelo permanente ("My wife's favorite cardigan", "The police are here"). El único personaje en el que se introducen sonoridades electrónicas es el de Robert Ravenscroft (Sacha Baron Cohen), que al igual que la cámara que le acompaña, se tambalea y se desequilibra para mostrar la incertidumbre que le provoca descubrir un pasado que conocía de su esposa Catherine ("The husband"). Aunque uno de los principales hallazgos se encuentra en esa especie de referencia a las partituras de compositores como Ennio Morricone o Francis Lai para las escenas más apasionadas entre Catherine y Jonathan (Louis Partridge), que cuentan con la voz de Jillian Lavin ("Where else do you touch her?", "Softly"). Como en la serie, las escenas de amor entre ambos son mostradas desde la perspectiva de la narración del libro (la serie es una mezcla de puntos de vista) y su representación visual y sonora hacen referencia a las películas eróticas italianas de los años setenta, y de alguna manera reflejan la realidad imaginada por Nancy. El último episodio, VII (T1E7) es el que introduce un mayor tono de suspense, y en el que la música está presente de una manera que subraya la tensión, conectada con el pasado ("The hospital") o directamente subrayando la desesperación de la protagonista ("The chase"). En este destacado trabajo de Finneas O'Connell es importante señalar la participación de David Campbell (1948, Canadá), un reconocido arreglista, padre del cantante Beck, que ha trabajado en numerosas películas y se encargó de trasladar las ideas del compositor a la partitura y realizar las orquestaciones.

Alexandre Desplat ha contado que habló de Quincy Jones con el director, pero que sobre todo quería hacer un homenaje a la etapa de Duke Ellington a finales de los años treinta y principios de los cuarenta, aunque sin establecer referencias directas. Incluso se planteó la posibilidad de no introducir el piano como instrumento principal, que podría ser lo más obvio, aunque su presencia al final es importante, y principalmente ha quedado la idea de que dentro de la casa Berniece se sintiera reacia a sentarse en el piano que su madre le había enseñado a tocar. Como afirma ella, "no toco el piano para no despertar a los fantasmas", y efectivamente en la importante secuencia del final, es el sonido del piano, utilizado como un elemento repetitivo y percutivo, el que establece un punto de conexión con esos fantasmas del pasado ("Help me"), musicalmente representados por las voces femeninas que no son amenazadoras sino que proporcionan cierto aliento, apuntadas por el bajo y el violonchelo eléctrico (Vincent Segal), mientras las cuerdas y los instrumentos de viento aportan el elemento más sobrenatural y terrorífico. La película habla sobre el peso de la tradición y la permanencia de los traumas del pasado, y hay una conexión constante con el legado familiar que representa el piano, con el que Berniece tiene una relación conflictiva que se representa en un motivo de registro alto, ascendente y descendente ("Berniece story"), apuntado por notas de blues con el chelo eléctrico. Este motivo que establece un sentido circular, como si el pasado regresara constantemente, es el mismo que se utiliza en otros momentos de la película en los que se mencionan épocas pretéritas ("Flight over piano""The truck"), pero esta vez en los tonos más bajos y amenazantes. Es muy interesante el uso de esta idea, pero interpretado por el bajo, haciendo referencia a esa camioneta llena de sandías que Boy Willie quiere vender para obtener la otra parte del dinero que necesita ("Selling watermelon"), que sin embargo en la película ha sido sustituido por una canción. Comienza con el motivo ascendente en el bajo, se introduce el piano (Dave Arch, Iain Farrington), y van adhiriéndose instrumentos como el chelo eléctrico en una espléndida sonoridad de blues. También hay algunas decisiones notables del director, como apagar las voces de la discusión más fuerte que tienen Willie Boy y Berniece para que predomine la música de cuerdas y vientos amenazantes ("Flight over piano"), reforzando la presencia sobrenatural de los fantasmas. Hay algunos temas de predominio de los instrumentos de cuerda que son casi pastorales, como cuando se recuerda la plantación en la que familia Charles trabajó como esclavos ("The plantation"), y una hermosa composición romántica con bajo y flauta en el acercamiento entre Lymon (Ray Fisher ) y Berniece ("Lymon flirts"). Se trata por tanto de una banda sonora muy rica en matices e ideas musicales que se revela como uno de los mejores trabajos del compositor Alexandre Desplat en los últimos años, quien curiosamente este año no ha colaborado con el director Jacques Audiard en su última película Emilia Pérez (2024), a pesar de que ambos colaboradores habituales ya discutieron hace años la idea de plantear Un héroe muy discreto (1996) como una ópera.

Sacred Bones Records, 22/11/2024
Duración: 97mnsHMMA '24: Mejor Banda Sonora de Terror
El director Robert Eggers (1983, New Hampshire) colaboró con el compositor canadiense Mark Korven en sus dos primeras películas, La bruja (2015) y El faro (2019), pero en parte la dedicación del músico a proyectos más grandes, en 2024 hemos comentado su banda sonora para la película La primera profecía (Arkasha Stevenson, 2024), le llevó hasta su amigo Robin Carolan para poner música a El hombre del Norte (2022), que compuso junto a Sebastian Gainsborough, y desembocar en este proyecto que llevaba acariciando el director desde hace años. Inspirándose en la versión muda de Nosferatu (F.W. Murnau, 1922), pero también con referencias a Nosferatu, vampiro de la noche (Werner Herzog, 1979), como el rodaje de las escenas del interior del castillo en la misma localización, el castillo de Pernštejn, en la región de Moravia, en la República Checa, Robert Eggers ha realizado su particular revisión del mito vampírico aportando un sentido de la puesta en escena y de la atmósfera gótica que se transmite de forma espléndida a través de su banda sonora. Las inspiraciones de Carolan para este trabajo musical han sido variadas, desde las obras de Béla Bartók (1881, Rumanía-1945, Estados Unidos) hasta el grupo de música electrónica e industrial Coil, cuyo nombre hace referencia al concepto de espiral que es muy importante en esta banda sonora. También se citan películas como Ángeles e insectos (Philip Haas, 1995), con música de Alexander Balanescu, y Eyes wide shut (Stanley Kubrick, 1999), así como el sonido de las películas Hammer, pero sobre todo el tono sobrenatural de las composiciones de Leonid Grabovskiy (1935, Ucrania-) para la película The Eve of Ivan Kupalo (Yuri Ilyenko, 1968), una versión surrealista de un cuento tradicional ucraniano. Con una orquesta de 60 músicos de cuerda, el compositor ha contado también con voces corales e instrumentaciones solistas como un arpista y dos percusionistas, además de trompas y gaitas antiguas interpretadas por Letty Scott, que ya colaboró en la banda sonora de El hombre del Norte. Incluso el percusionista Paul Clarvis ha construido un instrumento expresamente para esta grabación, parecido a una toaca o semantron, formado por una viga larga que es tocada con mazos, y que en los monasterios cristianos del este se tocaba para convocar a los monjes a la oración. Todos estos elementos conforman una banda sonora compleja y profundamente gótica, de sonoridades inquietantes que funcionan perfectamente dentro del contexto de la película, mientras que en el álbum editado, que está compuesto por más de una hora y media de música en su versión digital, puede resultar menos efectiva. El comienzo de la película está marcado por el sonido de una caja de música que introduce uno de los motivos principales de la banda sonora ("Once upon a time"), y cuya sonoridad se cuenta que Robert Eggers y Robin Carolan estuvieron creando de forma meticulosa para que tuviera un sonido particular. La primera aparición del Conde Orlok (Bill Skarsgård) se produce en un sueño de Ellen Hutter (Lily-Rose Depp) cuando es adolescente, que incorpora a través de voces corales distantes la idea de espiral que tiene un carácter hipnótico, y se desarrolla en el siguiente sueño ("Ellen's dream"). Una de las propuestas interesantes que anticipa la descripción sobrenatural del castillo es la aparición de voces susurrantes ("Incantation"), mientras que la despedida de Ellen de su marido Thomas (Nicholas Hoult) introduce un aire romántico usando los violines y desembocando en violonchelos ("Goodbye"). El carácter más tenebroso se incorpora en la parte en la que Thomas Hutter se encuentra en Transilvania, con predominio de cuerdas y coros ("The inn/Moroin"), que a veces parecen representar una caída en la oscuridad, y que introduce las sonoridades inquietantes. delos instrumentos de viento antiguos (Letty Scott) que crean una sonoridad tenebrosa ("Shrine"). La conjunción de los efectos de sonido y la música funciona claramente cuando Thomas se introduce en el castillo, con los sonidos ambientales extraídos de la respiración de Orlok, como si se tratara de una extensión del personaje, que tiene asignado un tema oscuro con connotaciones misteriosas y que aparecerá de manera destacada durante el viaje en barco ("Increase thy thunders"), en contraposición con una composición más luminosa que se asigna al profesor Albin Eberhart von Franz (Willem Dafoe), marcando el ritmo con el arpa y usando los violonchelos para desarrollar el tema. Lo que contrasta con una pasaje más romántico para la pareja protagonista, pero que ya tiene la sombra de la sonoridad inquietante de Orlok ("Dreams grow darker"). Conforme la película se desarrolla, va adquiriendo un tono cada vez más siniestro, mostrando cómo la sombra de Nosferatu se va apoderando de la historia. La recreación de la película de W.F. Murnau introduce los conceptos asignados al carácter sobrenatural, primero con voces corales ("Orloks shadow"), después describiendo la obsesión del personaje por Ellen a través de una versión más romántica de su tema a través del arpa y las cuerdas ("The vampyr"), y desembocando en una explosión de maldad cuando éste es rechazado y jura venganza ("The first night"). Esta secuencia introduce musicalmente la confrontación entre la obsesiva mirada de Orlok hacia Ellen y el carácter romántico de la relación entre Ellen y Thomas, terminando en una especie de sonido afligido ("Death, all around us"). El plan de Ellen de sacrificarse a sí misma para destruir a Orlok se describe a través de una composición que mezcla tristeza con cierto aire esperanzador, de liberación ("A priestess of Isis"). La última parte de la banda sonora, más asequible en el álbum y especialmente lograda en su conjunción con la película, comienza con un espléndido tema de acción para percusión y voces corales ("The third night"), para el momento en el que Thomas, Von Franz y Friedrich Harding (Aaron Taylor-Johnson) se introducen en la guarida de Orlok. La voluntad de Ellen se introduce en una composición dinámica ("Her will") que desemboca en la culminación de la escena en la que ella utiliza la seducción de Orlok como una trampa ("Daybreak"), en la composición principal de la banda sonora, trágica y romántica al mismo tiempo. Es un tema sobrecogedor que se construye in crescendo presentado de nuevo la confrontación entre el amor de Ellen y el sentido de posesión de Orlo, cuya tema suena incorporando el instrumento parecido a la toaca, ese sonido de llamada que proporciona, en su referencia a los monasterios que comentábamos antes, una especie de carácter religioso al concepto de sacrificio. Y que posteriormente se extiende en los dos temas con los que se cierra la banda sonora: "Liliacs" y sobre todo "Bound", una especie de versión reducida de "Daybreak". Robin Carolan afronta con éxito su trabajo más complejo para una película hermosa y gótica, en la que funciona de una manera sobresaliente la mezcla de instrumentaciones folclóricas y modernas, pero manteniendo la cadencia de un tono clásico y profundamente romántico. Y consigue incluso situarse al mismo nivel que uno d elos trabajos musicales más recordados para una película, la influyente partitura de Wojciech Kilar (1932, Ucrania-2013, Polonia) para Drácula de Bram Stoker (Francis Ford Coppola, 1992).


Las referencias a El mago de Oz son una constante en la película, que se hace más clara cuando Elphaba se dirige a Ciudad Esmeralda ("Train to City Esmeralda"), que introduce al comienzo un violín solista y acaba muy espectacular, con la incorporación de coros y vientos de metal que hacen referencia a la canción "Follow the yellow brick road" de Harold Arlen. John Powell introduce por primera vez el motivo que definirá a los monos voladores en el siguiente tema ("Hall of grandiosity"), que tiene su continuación en el encuentro entre Elphaba y el Mago de Oz (Jeff Goldblum), recogiendo algunos apuntes inocentes de la protagonista cuando conoce a su mayor ídolo ("A wizard's plan"). El largo tema que subraya la secuencia en la que nacen los monos voladores cuando a todos los guardianes de palacio les crecen alas ("Transformation") es una excelente composición que comienza con flautas y cuerdas, para ir derivando hacia una base coral que conecta asimismo con a música de Herbert Stothart para la película de 1939, para acabar desembocando en una composición de acción que John Powell maneja con su calidad habitual, contraponiendo cuerdas con metales ("Money mayhem") con coros masculinos en tono grave, que recuerda a sus composiciones para películas del estilo de Cómo entrenar a tu dragón (Dean DeBlois, Chris Sanders, 2010). La culminación de la música de John Powell, que ha sido estrechamente elaborada con la participación de Stephen Schwartz, lo que permite una cohesión con las canciones especialmente notable, termina con un tema que hace referencia precisamente a algunas de las creaciones más conocidas del musical ("All around Defying gravity"), que es una interesante deconstrucción del tema más popular a través de los coros, para un final que mezcla la música orquestal con la interpretación de Cynthia Erivo, no demasiado convincente en la forma en que atrae "Defying gravity" hacia su estilo personal. De todas formas, el primer acto de Wicked (Jon M. Chu, 2024) termina de manera muy espectacular, con percusiones que dan paso de forma casi marcial al tema principal, lo que está reforzado en una excelente banda sonora que John Powell ha aportado para que la adaptación del musical resulte más cinematográfica.

Pero uno de los temas que mejor definen el carácter cada vez más atormentado de Thomas Cromwell en esta serie es el que suena también a lo largo de la serie ("Man of sorrows"), para quinteto de cuerda, arpa y viola (Philip Dukes), que transmiten cierta melancolía, la del hombre que ha conseguido alcanzar el mayor poder, pero al mismo tiempo experimenta la mayor soledad, y que se proyecta también en su relación con Jane Seymour (Kate Phillips), por la que siente cierto carácter protector ("Broken on the body"), especialmente cuando ella discute algunas decisiones políticas del rey, una actitud que amenaza con situarla en la misma posición en la que acabó Ana Bolena (Claire Foey). Las acciones destructivas de la política de disolución de los monasterios supervisada por Cromwell bajo las órdenes de Enrique VIII se refleja en un oscuro tema para cuerdas, con la introducción de percusiones ("Wreckage"), pero también una sonoridad de voces susurrantes que de alguna manera atormentan al protagonista. En el episodio Defiance (Desafío) (T2E3), el nacimiento del nieto de Cromwell se refleja mediante un tema para flauta ("Killing vein"), para introducir posteriormente el clavecín como descripción del entorno familiar de Thomas Cromwell. Pero el tema del hombre solitario y atormentado regresa en su relación con un personaje que se introduce en el episodio Jenneke (T2E4), y que le relaciona con su pasado en Italia, cuando acude a palacio su hija ilegítima, Jenneke (Ellie de Lange), que tiene la intención de conocer a su padre ("Salvage"). El fracaso del rey Enrique VIII con su nueva esposa se establece a través de la recuperación de una composición para la temporada anterior ("Still I love him") que conecta los fracasos continuos de los matrimonios del monarca inglés. Pero la progresiva pérdida de confianza del rey respecto a Thomas Cromwell y las conspiraciones de palacio le llevan a ser finalmente desafiado, lo que musicalmente se describe a través de la introducción de instrumentaciones más agresivas como la viola medieval (Charlie Brown) y las percusiones ("Betrayal", "The five wounds") que transmiten la sensación de amenaza, incluso con la reaparición de la voz soprano, pero adquiriendo un carácter más fantasmal: "He sido superado por el fantasma del cardenal", dice Thomas Cromwell en Mirror (Espejo) (T2E5). El tema principal se reproduce, pero en un tono menor ("Forgiveness"), reflejando el final de una vida atormentada donde permanece el fracaso de alcanzar el perdón por su traición, mientras en los últimos momentos de su vida resuena la voz que conecta con el remordimiento ("Defiance"). El álbum de la banda sonora de Debbie Wiseman para Wolf Hall. The mirror and the light cierra con una suite de los temas principales de la serie ("Wolf Hall suite"), otro espléndido ejercicio introspectivo que utiliza instrumentaciones barrocas en algunos momentos, pero para construir un acercamiento más contemporáneo a la psicología de los personajes.
Blitz y Disclaimer se pueden ver en Apple tv+.La lección de piano se puede ver en Netflix.
Flow, un mundo que salvar se estrena en cines el 24 de enero.______________________________________Películas mencionadas:
Rivales y The Gloriasse pueden ver en Prime Video.Batman forever, Batman y Robin, Dunkerque y The fallout se pueden ver en Max. Entrevista con el vampiro se puede ver en Filmin, Max y Tivify. Heat y Alien 3 se pueden ver en Disney+. La flor de mi secreto y Eyes wide shut se pueden ver en Movistar Plus+ y Netflix. El jardinero fiel y Sin novedad en el frente se pueden ver en Netflix.Cometas en el cielo se puede ver en Prime Video. El topo se puede ver en FlixOlé, Movistar Plus+ y Prime Video. La voz humana, Extraña forma de vida y Drácula de Bram Stoker se pueden ver en Movistar Plus+.Te querré siempre, Dublineses, El árbol de la vida y Un héroe muy discreto se pueden ver en Filmin. Reencarnación se puede ver en Filmin y Movistar Plus+.El nombre de la rosa se puede ver en Acontra+, Filmin, Netflix, Prime Video y Runtime.12 años de esclavitud se puede ver en FlixOlé y Movistar Plus+.Forrest Gump y Los miserables se pueden ver en Movistar Plus+ y SkyShowtime. Barbie se puede ver en Max y Netflix. Un profeta se puede ver en Acontra+.La bruja se puede ver en Netflix y SkyShowtime.Nosferatu (1922) se puede ver en Culpix, JustWatchtv, Mubi, Plex y Pluto tv.Nosferatu, vampiro de la noche se puede ver en Mubi y Prime Video. El mago de Oz se puede ver en Max y Tivify. Cómo entrenar a tu dragón se puede ver en SkyShowtime.