Casas rurales para disfrutar de la noche más espeluznante del año. Alojamientos que dejarán a sus huéspedes con los pelos de punta en Halloween.
Perdidos en un bosque centenario. El Castañar de Aracena, situado en la localidad onubense de la que toma el nombre, destaca, entre otras cosas, por sus muros de piedra, que la cierran y aíslan dentro de un bosque de castaños y alcornoques centenarios, ideales para quienes se atrevan a pasearlos la noche más terrorífica del año. En cuanto a sus instalaciones, la casa cuenta con cinco habitaciones totalmente equipadas, un amplio salón con biblioteca y una piscina de agua salada disponible durante todo el año.
El Castañar de Aracena, Huelva.
Mitos fúnebres en un pazo gallego. En el corazón de la comarca del Ribeiro, en Ourense, se erige desde principios del siglo XVI el Pazo de Esposende, un paraje bañado por la mitología gallega, donde la Santa Compaña podría ser la protagonista de la noche de Halloween. Este alojamiento alberga diez habitaciones con baño, sala de estar con chimenea y un amplio comedor.
Reclusión entre montañas. Silencio y calma son dos de las particularidades que el viajero rural encontrará en Mas del Salin (Cornudella de Montsant). Esta masía de piedra, situada entre las montañas de Prades y el Priorat, posee el toque de aislamiento perfecto para una escapada de miedo. Además, el trato familiar, la comida casera y el reposo completan todas las comodidades de este alojamiento.
Mas del Salin, Cornudella de Montsant.
Una arquitectura para el terror. La angulosa fachada de Villa Cadadorum (Ahigal, Cáceres) llama la atención de los enamorados de las casas encantadas, quienes podrán continuar su aventura con unas majestuosas escaleras propias del cine negro de Hollywood. Asimismo, la casa cuenta con seis habitaciones con baño privado que combinan una decoración moderna y rústica.
Leyendas de una casa de labranza. Construida en el siglo XVI, cada rincón de Agroturismo Lakoizketa (Narbate, Navarra) encierra los secretos de su historia. Este antiguo caserío fue lugar de residencia del botánico José Mª Lakoizketa y actualmente está dedicada a la labranza. Además, está compuesta por cuatro habitaciones, dos baños, un amplio salón con chimenea y un extenso balcón con vistas a Legasa y a los montes que atrapan a esta finca.
Más información: www.escapadarural.com
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