Creo que es justo advertir que lo siguiente contiene spoilers, por los que le pido precaución a quienes aún no han sido expuestos a esto icónicos momentos, ya sea porque no están disponibles en DVD, no tiene computadora (ni yo me la creo) o de plano viven dentro de una cueva.
Star Wars: Episodio V – El Imperio Contraataca
“No. Yo soy tu padre”
Si no les late es porque la más famosa versión es: “Luke, yo soy tu padre, lo cual se ha vuelto un mito propagado por la infinidad de parodias que existen en internet. Hasta Toy Story 2 hizo lo propio con los ocultos lazos paternales de Zurg y Buzz Lightyear.
Lo que no se puede evitar es ser referencia a una de las mejores revelaciones. Ya estábamos más que al borde del asiento con Han Solo congelado en carbonita, luego la súper batalla de espadas con Luke al borde del precipicio mientras que Darth Vader le ofrece adelgazar unos kilos al dejarlo manco, para luego afirmar que es su padre. ¿Qué más uno podía soportar? Ese instante pudo haber sido de lo más ridículo porque sale de la nada, si uno lo piensa, es comparado a una telenovela en donde lágrimas había de sobra por parte de Luke y hasta tiene su famoso ¡Nooooooooo!, que se sale de la escala de sobreactuación. Sin embargo todo funciona. Inclusive los horribles diálogos.
Hasta la fecha nadie sabe de donde sacaron esa magia para crear ese momento que ha quedado grabado en la historia. Porque si de una cosa podemos estar seguros, es que George Lucas ha tratado de replicar dicha fórmula sin buenos resultados.
Psicosis
La escena de la ducha
En las películas no es extraño ver un asesinato, es más, ya estamos tan acostumbrados a que existan que hasta forman parte de los requisitos a la hora de escribir el guión.
Por eso me resulta tan interesante el caso de esta cinta que durante una hora nos presenta la trama de la bella Marion Crane (Janet Leigh), para que en sólo segundos todo lo que creíamos sea destrozado enfrente de nuestros ojos.
La legendaria escena de la ducha, cambia por completo las expectativas de la cinta y sin querer también lo hizo en la industria del cine, al ser el origen de tantas películas “slasher” como Halloween y Viernes 13.
Lo que más fascina aún en nuestro días, es en los modos y las formas que hicieron de ‘Psicosis’ todo un clásico. Ni como olvidar el odioso chillido del violín que se ha vuelto un personaje más en innumerables parodias, el aterrador grito de la victima como nunca jamás se ha escuchado y la terrible figura del asesino que acuchilla sin piedad.
Por eso y más se merece estar en las mentes colectivas de todos que aman el cine.
Star Trek II: La Ira de Khan
¡Khaaaaaaan!
William Shatner será recordado después de su muerte por ese ejemplo de sobreactuación llevado a niveles insuperables. Hasta la fecha le ha sido imposible separarse de su álter ego, por más que lo intenta con interpretaciones de un abogado o hasta haciéndose el gracioso como padre de familia en una comedia.
El mítico grito es reproducido innumerables veces como recurso para expresar la impotencia ante una situación imposible o de plano como signo de desagrado.
Sus orígenes remontan a la exquisita venganza de Khan (Ricardo Montalbán) con el capitán Kirk, por la simple razón de haberlo abandonado en un planeta que sufrió un cataclismo de proporciones devastadoras.
La anécdota es que ninguno de los dos actores grabaron su escenas al mismo tiempo, ni tampoco tuvieron contacto personal. Cada quien por su lado hablando enfrente de una pantalla con su monólogos de grandeza.
No existe un mejor villano para el capitán en toda la saga más que Khan, porque por primera vez su personaje se vio opacado por otro, a tal grado de tener que gritar de desesperación.
El Hombre Araña
El beso bajo la lluvia
Con todo respeto para la nueva versión, pero no tiene ninguna escena que pasará a la historia como lo hizo el primer beso de Peter Parker (Tobey Maguire) y Mary Jane (Kirsten Dunst).
No se si fue la lluvia, el que estuviera de cabeza el superhéroe o el que Mary Jane luciera terrible toda empapada de pies a cabeza; es indudable que es un instante mágico al cual no es muy agradable buscarle detalles de como fue posible tal hazaña, como el hecho de que no le ingreso agua por la nariz a Spiderman.
Todavía para terminar tan bello momento, la cámara se aleja mirando como Mary Jane mira al cielo, sonriendo, mientras que la lluvia moja su rostro.
¿Qué más se puede pedir?
E.T., el extraterrestre
La bicicleta voladora
Uno no es adverso a la fantasía, sin embargo Spielberg se brincó la barda con un niño volando en su bicicleta con todo y extraterrestre incluido.
Si alguien leyera el libreto con tal descripción, uno se imaginaría lo ridículo que se vería en pantalla, sin embargo, todo funciona a niveles indescriptibles.
Toda esa emoción e inocencia de ser niño de nuevo, se transforma en tan breves minutos en uno de los mejores instantes que existe en el cine.
Desde la impecable sublime música de John Williams que por si misma resulta magia, hasta la audacia de poner una gigantesca luna de fondo de dudosas dimensiones; no queda duda que esto es cosa de genios.
Todavía en un acto de soberbia el mismo truco es utilizado otra vez en una persecución que ni varias escenas de Michael Bay con todo y explosiones puede superar.
Espero que hayan disfrutado esta primera, de la que esperamos sea toda una saga de secuencias de cine.