Hace ya más de 30 años que nació el primer bebé en el mundo mediante una técnica de reproducción asistida. Fue, concretamente, gracias a la fecundación in vitro. Desde entonces, la ciencia ha avanzado a grandes pasos y se han ido incorporando nuevas técnicas y avances y, de esta forma, clínicas de reproducción asistida de España, como Ginefiv, pionera en el tratamiento de la esterilidad y la infertilidad en España, han ayudado a que miles de mujeres y parejas con problemas de fertilidad cumplan el sueño de tener un bebé.
Los tratamientos para lograr un embarazo varían según las necesidades, la edad y la historia clínica de cada paciente. En esta línea, la inseminación artificial suele ser la primera opción para las parejas jóvenes con pocos problemas de fertilidad. Consiste en depositar de forma artificial los espermatozoides, preparados anteriormente en el laboratorio con semen de la pareja o de un donante, en la cavidad uterina de la mujer en el momento próximo a la ovulación. Esta técnica, que suele durar entre 8 y 10 días, aumenta las posibilidades de embarazo al estimular la ovulación. Además, mejora las condiciones masculinas a través de la mejoría del semen y acerca a los espermatozoides al lugar de la fecundación al depositarlos en el interior de la cavidad uterina.
La Fecundación in Vitro, sin embargo, es el tratamiento clave en las técnicas más complejas. Consiste en la unión del óvulo y el espermatozoide en el laboratorio y una vez fecundado, el embrión se implanta en el útero de la mujer para intentar conseguir el embarazo. Es una alternativa válida cuando han fallado tratamientos previos como la Inseminación Artificial.
La Fecundación in Vitro se complementa con la Inyección Espermática Intracitoplasmática (ICSI), ya que permite introducir el espermatozoide en el óvulo garantizando que no se dañe la zona cromosómica, evitando que se rompa el ovocito y que sea inservible para la fertilización.
En los últimos años se han introducido nuevos avances a estas técnicas de reproducción asistida. Uno de los más vanguardistas es el Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP), cuya misión es testar los embriones genética y cromosómicamente y seleccionar los sanos antes de su trasferencia al útero. El DGP, que tiene una duración de entre 16 y 18 días, disminuye el riesgo de aborto espontáneo, ayudando así a traer un niño sano.
Embryocope, como ocurre con el DGP, también ayuda a mejorar la selección embrionaria gracias a un sistema de captación de imágenes por el que podemos observar la evolución de los embriones.
Otro avance reciente con excelentes resultados es la vitrificación de óvulos. Representa la única técnica en la actualidad que permite a la mujer preservar con garantías de éxito sus óvulos para una posterior utilización de los mismos. Este método también es recomendable para las mujeres que vayan a iniciar un tratamiento oncológico y para aumentar las posibilidades de embarazo en mujeres con poca reserva ovárica.
A pesar de que la mayoría de la gente piensa que el problema de la infertilidadviene de la mujer, lo cierto es que entre el 40% de los casos se debe a causas masculinas. Por eso, las clínicas de reproducción están introduciendo nuevos progresos como la selección celular inmunomagnética MACS, que, con una tasa de fecundación de un 13%, posibilita diferenciar los espermatozoides que están destinados a morir de aquellos que están sanos y óptimos para la fertilización del óvulo. Esta técnica se puede complementar con la Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides Seleccionados Morfológicamente (IMSI), ya que la primera selecciona los espermatozoides con membranas sanas y la segunda puede observar de cerca la morfología del espermatozoide y descartar aquellos que son deformes o no aptos para la fecundación en dimensiones nunca vistas hasta ahora en la reproducción asistida.
Estas son algunas de las técnicas que mejoran la efectividad de los tratamientos de reproducción asistida y garantizan un mayor número de casos de éxito para hacer realidad el sueño de tener un bebé.
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