Revista Historia

Las meridianas de Roma, calendarios, rayos solares, y secretos...muchos secretos!

Por Descubriendonuevasciudades

Las meridianas de Roma, calendarios, rayos solares, y secretos...muchos secretos!

En el post de hoy hablaremos de las meridianas que hay en la ciudad de Roma, pero primero tendríamos que saber que es una meridiana y su funcionamiento.

Las meridianas se componen de un pequeño agujero que suele estar colocado en alto para que a través de él, se cuele un rayo de sol que debe incidir sobre una linea que hay en el suelo, dicha linea debe estar orientada exactamente en el eje norte-sur. Este agujero se llama agujero Gnomónico. Para que todo el invento sea eficaz el agujero debe situarse lo más alto posible, motivo por el cual las catedrales e iglesias, con sus cúpulas tan altas son ideales.
Debe medir una milésima parte de la altura a la cual se ha situado, obviamente debe colocarse en el lado sur para así dejar pasar el rayo de sol, situado al sur, en el hemisferio norte. Por lo tanto la linea meridiana debe partir del punto situado exactamente en la vertical del agujero, algo que no era fácil de calcular hace unos siglos. La longitud de la meridiana dependía de la altura del agujero, y en ciertos casos, cuando el edificio no era suficientemente largo para poder trazar la linea en el suelo para conseguir la meridiana completa, se le añadía un obelisco al final de la misma (este es el caso de la Iglesia de Saint Sulpice de París).

En verano, cuando el sol está en lo más alto, el rayo de sol traza la linea meridiana más cerca de la pared sur, por lo tanto al principio de la meridiana. Mientras que en invierno, sería a la inversa, cuando los rayos solares del invierno tocan el extremo de la linea. Según el principio de la linea de la meridiana, al mediodía, hora solar, el sol se encuentra en la cima de su trayectoria y los rayos caen verticalmente siguiendo la perpendicularidad del eje norte-sur. Sabiendo este aspecto, se entiende mucho mejor por qué cuando el rayo de sol toca dicha linea, sabemos que es exactamente el mediodía, hora solar, claro. Según la posición del rayo de sol sobre la linea, también es posible determinar el día del año, ya que el rayo de sol alcanza el punto situado justo al principio de la linea, el día corresponde al solsticio de verano, mientras que el punto situado al final de la linea, se corresponde al día del solsticio de invierno. Es por ello que posteriormente se fueron inscribiendo los días del año en que se realizaban las observaciones, mediante este sistema se podía determinar los diferentes días del año como el Domingo de Pascua. Con ella también se podían determinar los diferentes periodos correspondientes a los signos zodiacales, eso explicaría por qué los vemos con frecuencia, a lo largo de dichas lineas.

En Roma, hay varias meridianas solares, una la encontramos en la misma plaza de San Pedro. Desde 1817, el obelisco de la plaza de San Pedro, un monolito de granito rojo con más de 25 metros de alto, si le añadimos la peana y la cruz pasa a medir los 40 metros. Es una de las meridianas más grandes del mundo, sobre el empedrado de la plaza hay una linea de granito, que une en linea recta, un punto situado a la derecha de la base del obelisco con otro punto situado más allá de la fuente de Maderno.

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En 1817, cuando el papa Pío VII estaba al frente de la iglesia católica, decidieron colocar en el suelo, alrededor del obelisco, una rosa de los vientos y la linea de granito antes mencionada. Esta linea de bloques de granito se extiende desde la base del obelisco, pasa bajo una de las fuentes y llega hasta las columnas.
En los extremos de dicha linea, encontramos dos discos de mármol que nos indican los puntos donde al mediodía, se proyecta la sombra de la cruz durante los dos días del solsticio de verano (corresponde al signo de Cáncer) y de invierno (al de Capricornio). Además hay otros cinco discos que indican el paso del sol por los demás signos del zodiaco agrupados en parejas, así que tenemos a Leo y Géminis, a Virgo con Tauro, a Libra con Aries, Escorpio y Piscis y por último a Sagitario con Acuario.

El obelisco fue erigido en Heliopolis durante el reinado de la XII dinastía, en el año 37 d.C. Caligula decidió traérselo como recuerdo para decorar su circo privado que se situaba sobre la colina del Vaticano, antes de que se convirtiera en el circo de Nerón. Una vez aposentado el cristianismo en el Vaticano fueron varios los Papas los que lo iban transformando y embelleciendo a su gusto. Por ejemplo Sixto V adornó la peana con cuatro leones para hacer referencia al blasón de su familia, los Peretti, además ofreció a la municipalidad de Roma el Globo de Bronce que decoraba la punta y que según se cuenta, contenía las mismas cenizas del César. Alejandro VII decidió coronar el obelisco con una cresta de bronce de la familia Chigi (en realidad era una estrella sobre unos pequeños montes, pero desde la distancia parecía más bien una cresta). Inocencio XIII le añadió las águilas de bronce y los emblemas heráldicos de la familia Conti. Ya veis que cada pontífice que era proclamado decidía hacerle un retoque, por suerte a pesar de tantas modificaciones, se puede asegurar de que es el único obelisco que nunca se ha desplomado, incluso permaneció en su lugar de origen al lado de la Basílica hasta el 1586, fecha en que Sixto V le solicitó a Domenico Fontana que lo trasladara al lugar donde podemos verlo en la actualidad.

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Ya que estamos en el Vaticano, no hay que irse muy lejos para saber que cerca hay otra linea meridiana, pero que no se puede contemplar por el simple turista o visitante, ya que se encuentra en una zona que podríamos llamar "secreta" del Vaticano, ya que está en las habitaciones del Archivo Secreto del Vaticano. Se la conoce como la Torre de los Vientos, y se encuentra en la esquina suroeste del patio de la Pigna, en los Museos Vaticanos. Es uno de los puntos más altos de la Ciudad del Vaticano. Fue erigido entre 1578 y 1580 por Ottaviano Mascherino, un arquitecto boloñés que también diseño la Galería de los Mapas, y que se construyó en la misma época. Esta Torre de los Vientos toma su nombre del anemoscopio que posee, es decir un instrumento que mide la dirección del viento, diseñado por Ignazio Danti, que ostentaba el cargo de cosmógrafo papal.

Como ya he dicho no está abierto al público, pero es conocida por la fama que durante más de cuatro siglos ha tenido, sobre todo por que esta muy ligada a las vicisitudes de la reforma del calendario Gregoriano.
El padre Egnazio Danti, un florentino dominico, que se encontraba al servicio del Gran Duque de la Toscana como cosmógrafo fue llamado a Roma por el Papa Gregorio XIII, para que participase en una comisión para la creación de un nuevo calendario; a esta comisión también acudió el jesuita Christopher Clavius.
La construcción de dicha torre y a pesar de lo que su nombre indica, tenía otro motivo. El Papa Gregorio XIII encargó la construcción de dicha torre con el único propósito de determinar el alcance de la inexactitud del calendario juliano, que había salido a la luz durante el Concilio de Trento en 1563. Desde el Primer Concilio de Nicea, en el año 325, la Pascua se celebra el primer domingo después de la primera luna llena que hay después del equinoccio de primavera (es decir, el 21 de marzo, día en que tanto la noche como el día tienen la misma longitud). A la altura de la Contrarreforma, una de las muchas reafirmaciones que se efectuaron durante el Concilio de Trento, era la necesidad de celebrar la Pascua en la fecha correcta, sino existía el riesgo de excomunión. De esta modo se separaba aún mas la Iglesia Católica de la Ortodoxa, que tenía un proceso diferente de determinar la fecha de Pascua. Cuando se hizo evidente que el calendario era incorrecto, el mismo Papa se convirtió en culpable de un delito punible con la excomunión, así que para poner solución al tema se decidió construir una línea meridiana para identificar correctamente el equinoccio de primavera.

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La torre consta de dos pisos y está ricamente decorada con frescos de pintores paisajistas como Pablo y Matthijs Bril, hermanos de Amberes, y Nicolò Circignani, más conocido como "Pomarancio". La sala donde se encuentra el meridiano, tiene dos ventanas situadas al este, en la pared sur hay un pequeño agujero (agujero Gnomónico) que permite a un rayo de sol proyectarse sobre el meridiano de mármol que hay en el suelo, lo veréis justo arriba a la derecha por encima del barco que decora la escena "Pedro en el episodio de la calma de la tormenta". Al mediodía, en el equinoccio de primavera, el rayo cae en una linea específica.
En 1582 se puso a prueba por primera vez, lo hicieron el 11 de marzo en lugar del 21. ¿Y por qué no fue el 21 de marzo, día del equinoccio primaveral? A que se debe esta imprecisión, pues a un pequeño error de cálculo.
Según el calendario Juliano, que estaba en uso desde la época de Julio César, cuando Sosígenes de Alejandría estimó que la duración del tiempo que tardaba la tierra en girar alrededor del sol era de 365 días y 6 horas (en lugar de las 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45 segundos), es decir que redondeó a lo grande; y para recuperar esta diferencia, ajustando el cómputo del redondeo, intercaló un día más cada 4 años. Con esto nació el año bisiesto y el calendario Juliano. Con los años se dieron cuenta, observando la bóveda celeste de que el equinoccio ya no volvía a caer el 21 de marzo; los 11 minutos y 15 segundos de diferencia entre la duración real de la revolución de la Tierra alrededor del Sol y la duración arbitrariamente decidida por Sosígenes, provocaba una diferencia de tiempo cada vez más importante entre el equinoccio real y el 21 de marzo.

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En el siglo XVI, cuando la diferencia ya alcanzaba los 10 días, el papa Gregorio XIII decidió que era el momento de intervenir y ajustar dicho calendario, para ello eliminó esos diez días de un plumazo, así que la humanidad se acostó un 4 de Octubre y acabó levantándose el 15 de Octubre.
Además se modificó la regla de los años bisiestos, de ahí en adelante serían años bisiestos aquellos años que fueran múltiplos de cuatro, a excepción de los que terminasen en dos ceros. De estos últimos son bisiestos sólo aquellos que sean múltiplos de 400 (sería el caso del año 1600), los otros como el 1700, no. Así, ni el 1800, ni el 1900 fueron años bisiestos. En cambio el 2000 si que lo fue, ya que cumplía los requisitos de los dos ceros y además era múltiplo de cuatrocientos. Con esta fórmula se permite eliminar tres días cada cuatro siglos, que es la diferencia que acumulaba el calendario juliano en ese lapso de tiempo. Este nuevo sistema es sin duda alguna eficaz, ya que el año del calendario gregoriano se diferencia del año solar por tan sólo 26 segundos exactos, con lo cual sólo hay un día de diferencia cada 3323 años.
Un siglo más tarde, esta Torre de los Vientos acabó convirtiéndose en la residencia temporal de la reina Cristina de Suecia, después de haber renunciado al trono al convertirse al catolicismo, así que el Papa Alejandro VI decidió alojarla en ella.
Otros dos siglos más tarde, se convirtió en lo que sería la primera sede de la "Specola Vaticana" (el Observatorio Vaticano) bajo el mandato del Papa León XIII, es en ese momento cuando el techo de la torre fue reformado para reconvertirlo en una terraza donde observar a los astros del cielo.

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En la torre se había alojado durante un tiempo parte del archivo secreto del Vaticano, pero han acumulado tanto a lo largo de los siglos, que actualmente se encuentra en un búnker en los sótanos de los que sería el Cortile de la Pigna. En el archivo se encuentra una nota del 1246, amenazante, del nieto de Gengis Khan en la que le exige al Papa Inocencio IV que viaje a Asia para un "servicio de pago y homenaje" es decir que se someta. También hay una carta de Lucrecia Borgia al Papa Alejandro VI: bulas papales donde se excomulga a Lutero; la correspondencia entre la corte de Enrique VIII y Clemente VII, en la que se trataba su divorcio de Catalina de Aragón; el intercambio de cartas entre Miguel Ángel y Pablo III. Otra correspondencia guardada es la de Isabel I, de la reina María de Escocia, de Santa Bernadette, de Lincoln, de Voltaire...

Seguimos buscando las meridianas de Roma, la siguiente se sitúa en la Basílica de Santa María degli Angeli, justo en la Plaza de la República. Esta basílica os sorprenderá y bastante, pues su exterior muy sencillo y contrasta de forma espectacular con lo que se puede encontrar en su interior.

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Santa Maria degli Angeli es una majestuosa basílica erigida en las Termas de Diocleciano según unos dibujos de Miguel Ángel, primero y Vantelli, después. En el patio de la Basílica, frente a la tumba del mariscal Díaz, se puede admirar una magnífica meridiana que mide 45 metros de longitud, se denomina línea Clementina, ya que fue inaugurada por Clemente XI el 6 de octubre de 1702. Pisoteada durante siglos, esta maravillosa construcción de bronce y mármol se deterioró tanto que se restauró en el año 2000. Su creación se remonta al año 1700 cuando Clemente XI, con el fin de verificar la validez de la reforma gregoriana del calendario, le pidió al matemático y astrónomo Francesco Bianchini que construyera una meridiana monumental que indicara el equinoccio de Primavera y que pudiera así determinar con exactitud la fecha del día de Pascua. La Pascua en efecto, debía celebrarse según las reglas establecidas por los padres del Concilio de Nicea, a saber el domingo siguiente a la primera luna llena del equinoccio de Primavera. Por lo tanto, era extremadamente importante no cometer errores, que habrían inevitablemente desplazado las fechas de todas las demás fiestas religiosas móviles.

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A lo largo de la meridiana, hay unas incrustaciones antiguas que representan los signos del Zodiaco. Estos fueron realizados a partir de los dibujos trazados por Maratta, utilizando las imágenes de Uranometría Nova de Bayer. A la derecha de la linea de la meridiana aparecen los signos de las constelaciones de verano y de otoño, a la izquierda, los signos de las constelaciones de primavera y de invierno. Cada día del año a mediodía, el Sol, que entra en la iglesia por el centro del blasón heráldico de Clemente XI, ilumina la linea en un punto diferente, desde Cancer durante el solsticio de verano hasta Capricornio durante el de invierno.
Como curiosidad deciros que en esta iglesia existe la única Meridiana Boreal que se conoce en el mundo. Se encuentra orientada hacia el norte, justo al contrario que la meridiana solar, que se orienta hacia el sur. Su función es proyectar sobre el suelo de la iglesia, con la ayuda del agujeros situado en la parte superior derecha de la iglesia, a 27,20 metros de altura, el movimiento de la Estrella Polar alrededor del Polo Norte.
Muy cerca de la meridiana solar, se observan 17 magníficas elipses que marcan las diferentes trayectorias de la estrella en el cielo; esta meridiana boreal es un extraordinario y raro instrumento que permite medir el efecto del fenómeno de la precesión de los equinoccios.
La tierra no es una esfera perfectamente redonda, su curvatura es ligeramente ovalada produciéndose un ligero abultamiento a la altura del Ecuador, lo cual, sumado al efecto de las fuerzas de atracción del sol, de la luna y de los demás planetas, provoca un fenómeno de desplazamiento de su eje de rotación, como si fuera una peonza cuando pierde velocidad. El ciclo de este desplazamiento dura 25.276 años lo que significa que para un observador fijo en la superficie terrestre, la posición del cielo sobre él, no volverá a ser exactamente la misma hasta dentro de 25.776 años. Es por ello que el Polo Norte no siempre apunta hacia la misma estrella en el cielo. Esta meridiana de Bianchini permitía así mismo medir la hora de la medianoche que marcaba el inicio de la jornada eclesiástica.


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