La primera feria para padres, bebés y niños organizada este pasado fin de semana en el BEC de Barakaldo, Expobaby, estaba llena de sorpresas. Debo decir que, como en casi todo en Bilbao, estaba hecha a lo grande y el espacio y las posibilidades eran tantas que se necesitaba más de un día para verlo todo. Aún así, un grupo de bloggers tuvimos la suerte de enterarnos de cosas muy interesantes, además de poder ponernos cara (falta hacía) entre nosotras.
Además del nuevo sistema de SRI para autobuses del que ayer hablé aquí, en la feria se presentó otra novedad que acaba de salir al mercado este mismo mes y que me pareció muy curiosa: una leche de continuación para bebés de cabra y no de vaca.
Se vende en farmacias bajo el nombre de Capricare y cuenta con la autorización de la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria. Está indicada para bebés con cólicos o que sufren de malas digestiones, pero ojo, no para intolerantes a la lactosa. Degusté la leche de cabra y puedo decir que no sabe fuerte ni muy diferente a la leche de continuación tradicional (aunque hay que tener en cuenta que en los biberones está muy diluida y que han pasado más de dos años desde que no la probaba, la verdad).
Su precio es caro (25 euros el bote de 800 gramos) y se vende únicamente en farmacias. De momento, la casa que la comercializa está presentándola a pediatras, gastrólogos y otros especialistas. Aseguran que siguen un proceso de fabricación más natural que el de la leche de vaca y que contiene más elementos celulares, que la absorción de los ácidos grasos es mas eficiente y que aporta más energía por estar hecha con leche de cabra entera.
Además, me enteré de cómo son los biberones de Dr Brown que reducen cólicos, gases y eructos, que es el que prueba la bebé de la foto de encima (la preciosa hija de la bloguera Amaya, de Trukitos de Amatxu), por cierto con leche de cabra. El biberón tiene una pieza en el centro hueca que toma el aire y hace que salga a ambos lados de la tetina (un sistema de ventilación) que evita que se lo trague el bebé. Por este motivo, además, reduce el riesgo de otitis porque se evita el efecto vacío al succionar.
En cuanto a juguetes, la tienda Ipuina nos presentó varios productos de la marca Lilliputiens, una marca que me encanta y de la que me quedo con esta preciosa tortuga de la imagen que proyecta luz por la noche, y que te deja embelesada; además de los muñecos-marionetas que cuentan cuentos de una manera menos convencional: la caperucita se convierte en su abuelita al moverle el goro, y si se le da la vuelta, debajo del vestido aparece el lobo. ¿No es original?
El porteo fue también una parada obligatoria, con la visita al stand de Sabeletik Mundura, donde me quedé con las ganas de ver a sus compañeras en acción y pintando tripas de embarazadas con el belly painting. Pero en el rato que estuve ninguna se animó, una pena.
Nahia, de Sabeletik Mundura nos introdujo rápidamente en el porteo y nos mostraron, por ejemplo, la diferencia de tamaño entre una mochila para bebés y otra para toddlers o niños pequeños de la marca emeibaby, algo en lo que tengo pendiente investigar y que no se ve mucho. Nos mostraron abrigos de porteo para llevar a los bebés calentitos en invierno y un fular de gasa pensado especialmente para el verano, muy gustoso al tacto, que apenas pesa y transpira.
Aunque lo más interesante fue probar en nuestras propias carnes la diferencia entre el porteo ergonómico y la colgona. En la imagen, Leticia (su nombre virtual es Mamá Pata) aparece en la colgona y yo en la ergonómica. Debo decir que la sensación es completamente insoportable, como si te clavaras la cadena de un columpio entre tus partes y encima tuvieras que dar saltitos. Algo así, para que nos entendamos. Y pensar que fui colgona y no hace mucho, como conté aquí…
En cuestión de ropa, también había de todo: estilo clásico, ropa y prendas para el carro y silla hechos a mano y también cosas más originales como el estilo nórdico de Vikkids, una marca de mi tierra a la que ya le tenía echado el ojo. A mí, que soy muy animalista, esta camiseta de cebras y leopardos de la sabana africana me encantó.
Había talleres de manualidades y repostería creativa para niños, talleres de masaje infantil, hinchables y hasta carreras de maletas. Me quedé con las ganas de que las chicas de Trikotoki me dieran una lección rapidita de punto, pero me temo que no habría sido tan rápida como yo pensaba. En otra vida, o quizá en unos años, aprenda a manejar las agujas o la máquina de coser.
Y para terminar, una imagen de parte de los y las blogueros que nos encontramos en esta feria, donde pudimos conocernos mejor. En la imagen, estamos posando en el precioso stand de Mara-Mara (sus impulsoras aparecen también en la imagen), una asociación pensada para las familias que defiende la crianza con apego y que presta muchos servicios, entre ellos el alquiler de txokos familiares pensados para el disfrute de los más pequeños.
Fue un placer conocer a estos bloggers y estoy segura de que algunas de ellas serán (y son ya) grandes amigas mías