Revista Ciencia

Las pequeñas sorpresas fotográficas

Por Guillermo Garcia-Sauco S. @guillesauco
    Hace poco, tuve una conversación con un amigo, también naturalista, sobre la importancia de las fotografías en la Historia Natural. En la conversación salió el tema de si es importante fotografiar, por ejemplo, el primer ejemplar de una especie de ave que ves en tu vida (un "bimbo"), aunque sea de manera testimonial. Obviamente, no es lo mismo ir a un sitio a ver algo que no es normal para ti ("twitching", així es diu), ya sea porque es una rareza o porque estás de viaje, que fotografiar un ave común en un sitio cercano. Por ejemplo, desde siempre se me han "resistido" ciertas especies animales que, se supone, son comunes en mi zona en determinadas épocas del año. Una de estas especies era, hasta hace bien poco, el lúgano (Carduelis spinus), invernante en muchas zonas de Iberia. La primera vez que vi uno fue en la Universidad de Alicante, en un césped del campus, pero salió volando en seguida y casi no lo vi. Pocas semanas después, en febrero, también en el campus, me detuve a fotografiar en una pequeña cascada de un estanque, a una pizpireta lavandera blanca (Motacilla alba). El día era soleado y los colores resaltaban mucho, el agua corría veloz y reflejaba formas y colores extraordinarios. Al hacer la foto, varios pajarillos que se habían acercado al agua para refrescarse salieron volando de detrás de algunos guijarros, pero no me dio tiempo a distinguirlos bien. Más tarde, al descargar la foto en el ordenador, me di cuenta de que, para mi sorpresa, un lúgano con las alas abiertas y con bastante nitidez había quedado inmortalizado en ella. Así, sin darme cuenta de que tenía delante de mí un pájaro que me había costado años ver, a pesar de su abundancia en invierno, lo había fotografiado sin querer.    En junio, poco tiempo después de comenzar mi herbario, en un paseo por la Sierra de Chinchilla, encontré una zona de matorral bajo donde crecían cientos de flores de diversas especies. Como quería enriquecer el herbario con algunas fotografías, y una de las plantas que mejor me habían quedado prensadas era la gallocresta (Bellardia trixago), me propuse encontrar algún ejemplar con corolas amarillas e inmortalizarlo, pues las más comunes en esta zona suelen tenerlas bicolores ("labio" superior rosado e inferior blanco) y ya tenía fotos de estas.    Tras explorar el lugar y encontrarme con algún lagarto ocelado, finalmente llegué a un rodal de gallocrestas donde todas tenían corola amarilla y me di prisa en fotografiar una. De lo que no me di cuenta en aquel momento es que un pequeño ser se había adueñado ya de aquella espiga de mi maravillosa Bellardia de corolas amarillas y salió en la foto, aunque yo no la viera en aquel momento. ¿Sabríais distinguir la especie?Las pequeñas sorpresas fotográficas

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