Ayer recibimos un correo la mar de curioso. Una chica quiso contarnos las peripecias de su abuelo para encontrar un móvil normal, como dice ella, de los de toda la vida. Y la historia no tiene desperdicio.
Patricia, que es como quiere que la llamemos, nos cuenta que vive en una capital de provincia del sur de España. Su abuelo tiene 75 años y aunque su conocimiento tecnológico no es demasiado grande, sí que viene usando teléfono móvil desde hace algo más de quince. En todo este tiempo ha tenido distintos modelos con los que estaba muy contento, hasta que el último de ellos dejó de funcionar.
Y ahí comenzó su odisea.
Según Patricia, su abuelo recorrió una docena de centros comerciales, varias tiendas de operadoras y franquicias hasta encontrar lo que quería en una de ellas, al cuarto día, y después de recorrer todos los establecimientos descritos. En todos ellos encontró las mismas respuestas: "Esos móviles son difíciles de encontrar", "es mejor que se adapte a los nuevos, que son más sencillos de manejar, con un solo dedo" o "esos modelos no tiene futuro".
¿Qué es lo que buscaba el abuelo de Patricia? Un terminal sin pantalla táctil, con el teclado alfanumérico, de pequeño tamaño y manejable, sin estridencias ni última tecnología. Un terminal para llamar y recibir llamadas así como mensajes de texto. "Al final consiguió lo que buscaba después de mucho andar. Y está muy contento con él, pero teme que, si este se le rompe también, no encuentre ninguno más y tenga que comprar uno que no entienda ni sepa cómo hacerlo funcionar".
Los nuevos tiempos. ¿Conocéis a alguien a quien le haya pasado lo mismo?