Revista Comunicación
La tecnología nos ayuda en nuestra vida diariamente y lo sigue haciendo en Navidad. Si no tenéis muy claro qué regalo hacerle a un ser querido amante de la tecnología aquí os traigo una idea de lo más original que tiene como principal protagonista los códigos QR.
Se trata de una pegatina con uno de estos códigos personalizados en ella que podremos pegar a cualquier regalo que queramos hacer. Cuando el destinatario de la sorpresa escanee el código se le redireccionará a un número de teléfono en el que podrá escuchar el mensaje que le habremos dejado.
De esta forma, nuestros familiares, pareja o amigos podrán tenernos cerca cada vez que escuchen el mensaje creado exclusivamente para ellos.
Esta iniciativa ha sido idea de las tiendas JC Penney que ha lanzado esta campaña pensando especialmente en las fiestas navideñas. Es una buena manera de darle una utilidad diferente a este tipo de códigos que no acaban de triunfar entre la población pese a que la idea es innovadora.
Los códigos QR han sido una de las muchas opciones que han surgido a raíz de la revolución de los Smartphones y el acceso a Internet desde el móvil. Nació como una forma de aunar lo on y lo offline pero todavía no están lo suficientemente extendidos ni son tan populares como se esperaba. ¿Las razones? Pues aunque parezca mentira, no todo el mundo dispone de móviles de última generación y muchos de los que los tienen no saben explotar todas sus posibilidades. Las compañías telefónicas se dedican a regalar terminales a diestro y siniestro y hay muchas personas a las que se les escapan las múltiples opciones que una tecnología de este tipo puede ofrecer, además de hacer llamadas. Por otro lado, no son nada visuales ni llamativos y el escaneo no siempre funciona tan bien como debería.
Pero, al margen de esos aspectos negativos, las posibilidades del QR son infinitas especialmente cuando se trata de la promoción de un negocio o de nuestra propia marca personal. ¿Habéis pensado en poner un QR en vuestro currículo?
No son pocas las grandes empresas que han sabido ver el potencial de esta tecnología y que han decidido aplicarla a sus productos. Sin ir más lejos, Wikipedia ha desarrollado una versión en QR de su enciclopedia virtual. QRpedia, que es como se denomina esta iniciativa, será de gran ayuda para el sector turístico ya que si estos códigos se popularizaran los viajeros podrían conocer la descripción de cuadros, monumentos o lugares de interés con tan solo un escaneo sin necesidad de folletos o audioguías. En España, la exposición itinerante La escalera de la evasión, de la Fundación Joan Miró ya cuenta con esta tecnología.
Otro de los ejemplos de aprovechamiento de los códigos QR es la empresa estadunidense Philips&Co que ha lanzado Blue Marble, un método que combina la tecnología GPS de Google Earth con el uso de estos códigos. Con este sistema podrás convertir el tejado de tu oficina en un QR gigante visible desde el espacio. Una campaña de publicidad que cuestas más de 8.500 dólares. Pero para las empresas más modestas que no dispongan de ese capital, hay opciones más asequibles y puede que incluso más útiles. La idea surge esta vez en nuestro país, y consiste en utilizar los QR para promoción turística. Las empresas granadinas Macanudos y 360vista, se han unido para desarrollar un sistema que permite realizar visitas virtuales de 360 grados principalmente a hoteles y restaurantes, desde el móvil. Y es que en ocasiones, una imagen vale más que mil palabras y qué mejor forma de hacerse una idea de qué pinta tendrá nuestro hotel que hacer una visita virtual. De esta forma, en los folletos publicitarios o informativos de los establecimientos aparece un código QR y al escanearlo el usuario podrá ver en su móvil las instalaciones y decidir si se quiere o no se quiere ir. Por supuesto que esta idea tiene muchas más aplicaciones fuera del sector turístico. Cualquier empresa podría mostrar en vídeo sus productos y de esta forma reducir un poco la distancia entre vendedor y cliente.
Todo un mundo de posibilidades que las empresas deberían contemplar como una forma más de promoción.