Los expertos en salud siguen haciendo especial referencia al cuidado que deben tener los adultos que tengan a su cargo niños pequeños a la hora de exponerlos al sol, ya que su delicada piel no puede resistir sin protección los ratos solares, lo que puede desembocar en daños graves que pueden poner en serio peligro su salud.
Aun durante las estaciones frías y sobre todo durante el verano, hay que proteger de forma permanente la piel de los pequeños, ya que de hecho los menores al año de vida tienen prácticamente prohibida la exposición solar prolongada, dado que una quemadura solar de manera accidental puede ser sumamente perjudicial para su salud e inclusive mandarlo a la sala de urgencias.
Las advertencias las emite la jefa del servicio de Dermatología del Hospital Nacional Dos de Mayo, la doctora Lucia Bobbio, quien indica:
“La piel de un bebé es muy fina y delicada y se puede quemar aunque se tomen las precauciones del caso… Un bebé puede quemarse incluso en un día nublado o frío porque no es la luz visible del sol ni el calor lo que queman, sino la radiación UV, que es invisible”.
Hay que recordar que la forma en la que los adultos sentimos el calor del sol no es la misma que la de los niños, y que siempre hay que mantenerlos alejados de la exposición directa. En caso de una quemadura leve es necesario actuar de inmediato colocando un paño de tela sumergido en agua fresca para aliviar el calor y descongestionar la zona.
Es valioso destacar que un correcto cuidado durante los primeros meses de vida y luego a lo largo de su infancia y adolescencia, promete grandes beneficios en el desarrollo del niño con muchas menos probabilidades de desarrollar problemas en la piel debido al daño solar recibido a lo largo de su vida.
Vía | La república
Foto | efilpera
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Las quemaduras solares pueden llevar a emergencias a los bebés