Decía Winston Churchill que nunca había que hablar de tres cosas: política, sexo y religión... Todos sabemos por qué. Hoy, desoyendo al político británico hablamos de religión, eso sí, vista de una manera muy particular...
La religión (o la espiritualidad) bien entendida es un elemento de ayuda en nuestra vista particular y en relación con los demás; mal entendida es un arma de fanatismo muy peligrosa. La política Madeleine Albright decía: "La religión es como un cuchillo, puedes usarlo como un arma o para partir el pan". Con frecuencia la utilizamos en su primera versión.
Hace algún tiempo publicamos un post titulado Economía y humor: el caso de las dos vacas, en el que hablábamos de economía en tono humorístico. Ahora hacemos lo mismo con la religión.