Polidas chamineras fotografía el río Ebro a su paso por Zaragoza.
Entre los puentes de Piedra y de Hierro, en la ciudad de Zaragoza, existe en el verano, debido al escaso caudal del río, una diversidad de ecosistemas dignos de reseñar. Distintas aves campan a sus anchas y, si no hacemos demasiado ruido, quizás las veamos en todo su esplendor.Lo más común son las Anatidae. Las más comúnes el ánade real macho y el ánade real hembra, cabeza y cuello verde brillante el primero, plumaje parduzco el segundo. Andan en pareja y a veces con toda su prole, que da sus primeros pasos en un mundo desconocido, siempre con los ojos de mamá pato pegados al cogote de sus vástagos.
A veces nos sorprenden los roedores que entran y salen de las cloacas de la ciudad, como los vaqueros del far west que entraban y salían de las cantinas norteamericanas.
Entre los carrizales se camuflan la polla de agua (gallinula chloropus), con plumaje negruzco y pico rojo bastante visible. Otras especies de ánades aprovechan en un rincón para asearse...
Y en la orilla, diversos pajarillos de pequeño tamaño hacen de nuestro paseo un viaje inolvidable. Carricero común, colirrojo, carbonero común... Y todo bajo la atenta mirada, en las alturas, de la omnipresente cotorra argentina.
Y hasta aquí el paseo de hoy. Esperamos que os guste y, hasta la próxima ocasión.