Revista 100% Verde

Las Schindler gallegas

Por Epifania
 Cuando en Europa la sangre de los judíos se derramaba ante la indiferencia generalizada de la sociedad ellas les tendieron la mano. Lola, Amparo y Julia, tres hermanas de Ridavia (Galicia),  fueron capaces de salvar la vida de 500 personas.
Eran tiempos difíciles tanto para España, que acababa de salir de una guerra, como para Europa que estaba sumergida en la barbarie que supuso para el viejo continente la Segunda Guerra Mundial. Como no podía ser de otra manera, es en los peores momentos donde se ven las mejores personas, y allí estaban ellas, tres mujeres gallegas que residían en un casino donde se jugaba a las cartas, se bailaba, y en los duros años de posguerra sirvió para alimentar y vestir a todo aquel que lo necesitara. Las tres fueron testigos directos de las injusticias de la guerra: de los presos encarcelados en el Ayuntamiento, al lado de su casa,  a los que alimentaron, y vieron marchar, desde la cantina en la estación de tren de Ridavia que regentaban, a los "soldados niños" que iban a luchar al frente apretados en vagones.
Después de aquella pesadilla, y de ser encarceladas por ayudar a los presos. En 1941, un pequeño altercado cambió la vida de Julia y de sus tres hermanas. Se lo encontró en el anden de la estación, sentado en un banco de madera, sucio, cubierto de arapos esperando durante todo el día un tren en el que por si sólo no podía subirse, el tren de la libertad al otro lado de la frontera. Julia se acercó a ese hombre alto de ojos azules y, sin entender lo que decía le recogió en su casa.
Y es así como empezó su aventura, y como ellas solitas forjaron una red para ayudar a salvar las vidas de los judíos que tenían la fortuna de llegar a Galicia. Las gallegas y sus cómplices conseguían sin llamar la atención que pasarán la frontera de Portugal y se fueran en busca de una segunda oportunidad a América.
Su arriesgada proeza se la llevaron a la tumba, ni si quiera sus familiares la revelaron. Fue Isaac Retzmann, un viejo judío neoyorquino, quien dio a conocer esta historia al querer saber que había sido de Julia, la mujer que se jugo la vida para salvar la suya.
Gente como estas tres mujeres son las que dan sentido a todo. Héroes anónimos que dan todo sin pedir nada a cambio.

Las Schindler gallegas

Las hermanas Touza salvarón la vida de 500 judíos entre 1941 y 1945



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