Las super-tierras pueden tener océanos y continentes

Un nuevo modelo sugiere que los grandes exoplanetas rocosos pueden poseer también océanos y continentes, y que podrían tener climas estables como el nuestro.
El descubrimiento de planetas terrestres habitable es el santo grial de la astrobiología, hasta la fecha sin éxito.
Las supertierras, planetas rocosos algo mayores que el nuestro, son bastante frecuentes fuera de nuestro sistema solar. Algunas incluso se encuentran en la zona habitable, donde el agua líquida podría presentarse en su superficie de forma estable.
Sin embargo, debido a su tamaño, muchos científicos han asumido que este tipo de planetas serían más parecidos a mundos agua que a planetas como el nuestro. Su mayor gravedad aplanaría su topografía, de forma que los océanos recubrirían los continentes e inundarían todo el planeta.
Un nuevo estudio de las Universidades Northwestern y Chicago, sugiere que podría no ser así, necesariamente.
“Solemos pensar que el agua termina en la superfice, o al menos esa es la imagen estándar para los exoplanetas”, nos dice Cowan, “pero en la Tierra, el agua se distribuye entre dos reservorios: el océano y el manto. Y el agua del manto es al menos igual en cantidad, si no mayor, que la de la superficie del planeta”
El interior de la Tierra
En su nuevo modelo, Cowan y Abbot introdujeron el hecho de que la presión en el suelo oceánico y la gravedad están relacionadas. “Este tipo de planetas masivos tienen una enorme presión en el suelo oceánico, y esta fuerza empuja el agua hacia el interior del manto. Por ello, una supertierra podría tener 80 veces más agua que la Tierra y aún así, su superficie podría ser parecida a la terrestre”
“Además, las placas tectónicas son otro mecanismo capaz de mover el agua hacia el interior del planeta”. La mayoría de los planetas con actividad tectónica, independientemente de su masa, tendrán oceános y continentes expuestos, según conclusión de los autores.
Los continentes expuestos juegan un papel crucial en el mantenimiento de un clima estable. Junto con la presencia del agua, actúan como un termostato geoquímico de gran envergadura.
Este proceso está ligado al ciclo profundo del carbono, que en nuestro planeta recicla el carbono y lo mueve como en una cinta transportadora. Su funcionamiento comienza con la actividad de los volcanes, que liberan el dióxido de carbono en la atmósfera, un gas de efecto invernadero que calienta el planeta. Cuando el planeta se calienta, las lluvias se incrementan, arrastrando al CO2 atmosférico hacia el suelo, donde reacciona en la superficie creando carbonatos. Este proceso retira CO2 de la atmósfera, enfriando el planeta. Las placas tectónicas las rocas carbonatadas terminan en el manto, liberando el carbono nuevamente.
En planetas totalmente inundados, los “mundos océano”, este proceso no ocurre. Solo aquellas supertierras con terrenos expuestos, podrían ser habitables.
Sin embargo debemos ser cautos, ante este estudio, por dos factores. Primero, porque es posible que las supertierras carezcan de actividad tectónica y segundo, porque desconocemos cuánta agua está almacenada en el manto terrestre, que se ha utilizado como modelo en el artículo. “Debe de haber el equivalente al agua de los océanos en el manto terrestre, pero es sólo un cálculo aproximado”, nos cuenta Cowan.
“Son dos aspectos que nos gustaría conocer mejor para mejorar nuestro modelo”.
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