Porque lo cierto es que la tableta ha llegado para quedarse. Más allá de lo expuesto por la consultora Ovum, características como la movilidad y la flexibilidad convierten a estos dispositivos en herramientas de enorme utilidad en el entorno corporativo. El informe ‘Workforce Employee Survey Q2 2012’ de Forrester lo deja bien claro: el 40% de los empleados europeos trabajan en dos o más localizaciones y el 65% de ellos utilizan tabletas en sus hogares para temas laborales. ¿Dónde reside el secreto? En la adaptación de las tabletas a los distintos negocios donde pueden encontrar un camino aún largo por recorrer. Negocios que se mueven a la velocidad de la luz, que piden respuestas y operaciones inmediatas. Precisamente lo que ofrecen las tabletas: ergonomía, rapidez a la hora de introducir datos, duración de la batería o encendido prácticamente automático. Además, abundando en el mencionado estudio de Forrester, el 68% de los empleados encuestados prefieren las tabletas a los ordenadores portátiles.
Lo que nos da pie a explicar el porqué de la pregunta en la entradilla: ¿el auge de las tabletas supondrá el arrinconamiento y posterior desaparición del PC dentro de las empresas? De entrada, muchos fabricantes no creen que esto vaya a ocurrir; incluso consideran que ambos sistemas pueden coexistir y ser complementarios para adaptarse a las nuevas necesidades de los empleados e incrementar la movilidad y la flexibilidad. Es decir, lograr puntos de confluencia dentro de la empresa de tal manera que los puestos que requieran mucha movilidad y larga duración de batería optarán por las tabletas como dispositivos únicos o complementarios al PC, mientras que los puestos que sí exijan esas características requerirán todo el poder que proporciona un PC. Todo sea por asegurar el mejor rendimiento de la estructura de las empresas.Y vosotros, ¿qué pensáis?
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