Las tendencias tácticas de 2011

Porque el periodismo no es sólo producción propia, acá les hacemos llegar un artículo publicado en la web del diario The Guardian de Inglaterra que habla fundamentalmente de fútbol, en su aspecto más puro. El autor Jonathan Wilson hace un repaso de las tendencias tácticas más usadas en 2011. Desde Bielsa a Sampaoli, pasando por Falcioni y Vila Boas. Altamente recomendable.

La fluidez bielsista

La filosofía de este Barcelona, ​​por supuesto, tiene sus raíces en el Fútbol Total y en las ideas implantadas por Rinus Michels y Johan Cruyff en los años 70. Lo que está cada vez más claro es que su estilo del fútbol total se ve a través de un prisma bielsista. Los principios centrales del estilo de Marcelo Bielsa – la dura presión, la línea defensiva adelantada – son en gran medida de la tradición holandesa, pero en el uso de con línea de tres, que sin duda se hace eco del 3-1-3-3  de Cryuff a principios de los 90, concluímos que el Barcelona ha tomado un aspecto bielsista. 

El uso de un volante central, Sergio Busquets, para iniciar los ataques de la parte de atrás es un clásico de Bielsa, como es el deseo de salir a apretar bien arriba en el campo rival – como en el uso de Dani Alves para negar Marcelo en El Clásico y por lo tanto cortar el apoyo a Cristiano Ronaldo.

No obstante, no se trata sólo de Barcelona. Al igual que Guardiola condujo a través de la noche para encontrarse con Bielsa en Argentina; otro argentino, Jorge Sampaoli, discípulo confeso de Bielsa, ha utilizado sus métodos con gran efecto en la Universidad de Chile que ganó el Apertura chileno y la Copa Sudamericana y están en las semifinales de los play-offs para el Clausura. 

Flexible en el aspecto táctico pero bielsista en términos de forma, el argentino ejemplificó su esquema en la final de la Sudamericana ante Liga de Quito por el uso de un 3-1-4-2 , con la participación de la oposición del ala-backs profunda en su propia mitad.

Bielsa, tal vez el entrenador más  fundamentalista del mundo, trabaja en el Athletic de Bilbao, donde se ha templado su idealismo con el pragmatismo; abandonó la parte de atrás con tres para pasar a una línea de cuatro, y jugar a los puntos fuertes de su objetivo-el hombre de centro- hacia Fernando Llorente.

Las lineas adelantadas no son para todos

Todo es relativo. Lo que es correcto para un grupo de jugadores en un conjunto de circunstancias, no necesariamente será así para otro grupo de jugadores en otras. 

En junio, tanto el Chelsea como el Inter habían nombrado nuevos entrenadores. Ambos preferían lo mismo: una línea adelantadas y una fuerte presión. Pero las dos escuadras no se adaptaron al estilo de juego: las defensas, en particular, fueron demasiado lentas para presionar en el área rival y las pelotas de riesgo siempre terminaba en sus espaldas. En ambos casos, la incongruencia de la filosofía de gestión y equipo estaba claro.

En Internazionale, Gian Piero Gasperini duró sólo cinco partidos antes de ser despedido, lo que le hizo preguntarse por qué en lo habían designado. En el Chelsea, aunque André Villas-Boas sufrió duras derrotas ante el Manchester United, Queens Park Rangers, Arsenal y Liverpool (por duplicado), parece que por primera vez  desde la salida de José Mourinho y la constante rotación de nombres, la paciencia y la conciencia de los directivos será primordial para el desarrollo del estilo, que tomará tiempo. 

Villas-Boas, reconociendo los límites de su equipo, ha dado un paso atrás, adoptando una posición de compromiso con una línea mucho más profunda. El resultado ha sido una mejora inmediata en el rendimiento, pero si se le da otro año o 18 meses para supervisar la transición, es seguro asumir que el Chelsea está en un proceso de cambio hacia la fluidez y el estilo apremiante de su anterior club, el Porto. 

Si él es el hombre adecuado para el trabajo o no es casi irrelevante. Tener a alguien designado de tales principios estilísticos, y no darle tiempo para moldear el equipo termina inevitablemente en la auto-derrota. Francamente, es difícil creer que un club no considere  adecuado para su equipo el enfoque del nuevo técnico, aunque al parecer el Inter sí lo hizo.

El “falso 9″ y otros

A finales del año pasado, el “falso nueve” todavía era algo inusual, una novedad casi mística. Ahora es corriente, tan corriente, de hecho, que Lionel Messi, el falso nueve arquetípico, a veces ha vuelto a ser un ortodoxo número 10, jugando detrás de los delanteros. Justamente, en El Clásico , Alexis Sánchez jugó como delantero centro, zumbido en el flanco derecho una y otra vez, había un elemento de falsedad en su posición como un ortodoxo de delantero centro en contra de los defensores centrales rivales. Mientras que la deriva de Messi era profunda en el centro del campo, la del chileno fue al costado.

En este sentido, se ajusta la tendencia creciente de los delanteros que empiezan desde afuera. Cristiano Ronaldo, tal vez, ha sido el máximo exponente, pero Edinson Cavani y Ezequiel Lavezzi a menudo provienen desde afuera en el Napoli, cuando se para con 3-4-3. En la Universidad de Chile, Eduardo Vargas, quien se unirá a Napoli en enero, fue el máximo goleador de la Sudamericana procedentes de una posición similar.

Este año también ha visto la aparición del término “falso 10″, sin embargo no ha sido tan utilizado. Es que no existe otro término para  un jugador que actúa como Wayne Rooney, y como lo hizo hacia el final de la temporada pasada, jugando como delantero pero tirándose como 10 para ayudar a ganar la posesión. 

En el United, incluso con Michael Carrick y Ryan Giggs en el centro de la mitad de cancha, Rooney fue el principal ganador del balón. 

Markarián y la austeridad platense

El uruguayo Sergio Markarián no tenía la intención de ser  entrenador de fútbol. Cuando se decidió, a los 18 años , que no sería  jugador, consiguió un trabajo en una empresa de distribución de combustible, llegando a ser director general. Cuando tenía 30 años, sin embargo, vio Holanda humillar a Uruguay en la Copa del Mundo de 1974, y decidió que tenía que convertirse en técnico para que su país no volvería a sufrir de la misma manera. 

Se inició en Bella Vista, donde entrenó a Oscar Washington Tabárez, quien es dos años menor que él. Aunque la carrera de Markarián lo llevó a Paraguay y Perú, si tuvo alguna influencia sobre Tabárez, se puede tomar algo de crédito por la resurrección del fútbol de Uruguay.

Definir exactamente qué influencia tuvo Markarián sobre Tabárez es difícil de cuantificar, pero si hay una clara similitud en la actitud de sus equipos. Ambos producen equipos duros, firmes a los lados con ritmo y “garra”, la cualidad mítica de coraje y determinación callejera que se basa el fútbol uruguayo. 

En la Copa América, el Perú de Markarián se basó en un 4-4-1-1 desequilibrado, con Juan Vargas jugando por fuera y hacia la izquierda de Paolo Guerrero, la referencia de área.

Tal vez sea prematuro hablar de una reacción contra el fútbol fluido y de ataque jugado como le gusta al Barça y a la Universidad de Chile, pero hay un espíritu de austeridad y de desgaste en el  fútbol del Río de la Plata en este momento. En Argentina, por ejemplo: Boca Juniors, reforzado con Julio César Falcioni, ganó el Apertura argentino concedió un mínimo de seis goles en 19 partidos. Mientras que Racing, que quedó en segundo lugar, sólo concedió ocho.

Fuente: http://www.guardian.co.uk/football/blog/2011/dec/20/football-tactical-trends-of-2011