Revista Cultura y Ocio

Las tonalidades de la vida (Reseña de 'Los años de peregrinación del chico sin color'.- Haruki Murakami)

Publicado el 27 enero 2014 por Jdmora
Juan Diego Mora (@Juandi_mora)
El ser humano tiende a la depresión. Tal vez sea la epidemia de nuestro tiempo y seguramente sea el estado normal para muchas personas. Es una realidad. 
El mundo en el que vivimos tiende a destrozar al débil, a poner nuevas normas sociales intransigentes que no todos consiguen cumplir. Una sociedad que ha pasado de tener necesidad de ser comunal a tender a la soledad. Unas reglas que te hacen individualista y en muchas ocasiones desgraciado. 

Las tonalidades de la vida (Reseña de 'Los años de peregrinación del chico sin color'.- Haruki Murakami)

'Los años de peregrinacióndel chico
sin color'

Haruki Murakami
Editorial: Tusquets

No pretendo hablar del pesimismo, aunque lo parezca en esta introducción, pero el caso es que la última novela de Haruki Murakami saca a la luz estas sensaciones que todos hemos vivido. A través de su personaje, 'el chico sin color', es capaz de mostrarlas, de hacerlas tangibles, nuestras, y ese desasosiego se puede tomar desde el lado más pesimista de la vida o desde el punto de vista más luchador. 
En 'Los años de peregrinación del chico sin color', el autor japonés cuenta la historia de un joven que tras una ruptura traumática con su grupo de amigos busca encontrar su lugar en el mundo. En su cuerpo se introduce la necesidad de morir pero, tal y como llega, un día se desvanece. Vuelve a intentar vivir. Luchar por si mismo, conocer mujeres y desarrollar la profesión que siempre soñó. 
Entonces es el momento de la esperanza. La cima de una montaña que parecía muy alta. Necesita conocer que le reconcome por dentro. Sacar todo lo oscuro que lleva en su interior. 
Si han leído alguna de mis reseñas de las novelas de Murakami no se sorprenderán del siguiente párrafo. Sin intención de ser original lo diré: me encanta como este escritor perfila el estado de hastío, depresión y desesperación del protagonista al inicio de la novela. De nuevo una historia de personajes donde la trama es lo de menos, solo importan los sentimientos y las relaciones entre sus protagonistas.
Con su siempre peculiar prosa, el autor consigue que el lector sea uno más de esa singular pandilla. Los conoce a todos. Pero no saben el porqué del rechazo. Leyendo sientes la frustración del personaje. Te cabreas. Quieres saber más, pero no está en tu mano el empujar al protagonista a preguntar. Una sensación extraña. 
En mi opinión es una obra menor de Murakami, pero me gusta estas historias personales. Donde la amistad es un eje desde el que no solo se mueve la historia, sino la vida de los personajes. 
Todos buscamos nuestro lugar, nuestro color. Saber quién somos. Todos peregrinamos durante toda la vida buscando algo, aunque no sepamos el qué. 

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