Revista Deportes
Cuando todavía resuenan algunas críticas y acompañamientos para seguir en el candelero en relación con la pitada al himno en la última final de copa disputada entre el Ath de Bilbao y el FC Barcelona, y ganada brillantemente por 0-3 por este segundo matizo algo mis palabras expresadas hace unos días. En democracia y en libertad de expresión incluso el grito, el exabrupto y el pitido están contemplados, o al menos permitidos si la autoridad potestativa correspondiente no actúa de oficio, como no actúo. De esta manera y puesto que no se proscribe está permitido per se.Por otro lado muchos de los que critican o muestran con su mensaje radical una postura ajena, contraria o enfrantada buscan, en muchas ocasiones, que el mero hecho de estar en los papeles, los medios y las conversaciones justifiquen su ser y estar. De esta manera "ascienden" a la categoría de hecho discutido y discutible cuando es solo el capricho o la vesanía radical de unos pocos, poquísimos que se disuelven acabada la efervescencia de patrioterismo que atrae el fútbol.Por lo primera razón considero que cada cual puede pitar al himno cuanto quiera pero por la segunda me reservo el derecho a no hablar en demasía sobre ese hecho y, por supuesto, no darle más categoría que a la gamberrada inútil o la queja salida de tono.Recordemos que los ciudadanos tenemos la posibilidad de influir en la sociedad mediante quejas, pitidos, caceroladas, manifestaciones y huelgas pero lo que no podemos es obligar a todos los demas, indiferentes y contrarios, a considerar nuestra queja capital y, sobre todo, a considerarla asunto de estado. Una pitada en un campo de fútbol por mucho que se le busque el epíteto de político no tiene más valor que el de un grito o la expresión de un gol: existen otros medios y formas de expresar esos sentimientos políticos; sabemos su alcance sin necesidad de "actos de afirmación" al olor y sombra de un trofeo al que si los equipos que mantienen esas aficiones fueran consecuentes no deberían acudir.Y en este punto viene mi crítica a Esperanza Aguirre: Como ciudadana tiene el mismo derecho a expresar la queja o la crítica a la pitada al himno como cualquier otro pero como responsable política no debe escalar esa queja casi folklorica a un hecho de importancia porque eso sirve de catalizador a los más radicales y pone en un plano importante algo que simplemente es gamberrada e interés de algunos de arrogarse un plano y un espacio que no solo no le corresponde en ámbito sino por sacar réditos. Quizas ella misma jugó a eso buscando ser salsa de otros guisos además de en los que normalmente está.Por todo lo dicho: porque la libertad, incluso aunque roce el abuso, ha de ser respetada y porque el respeto a la libertad y el derecho es lo que resta importancia y decisión a los que pitan es por lo que dejo de escribir más sobre esto. Sabiendo que ni la historia, ni la tradición, ni el levantarse por la mañana de los que nos decimos españoles depende que unos señores más o menos mal encarados silben a la marcha granadera en uno de los muchos partidos de fútbol que asolan la inteligencia patria cada fin de semana.Himnos y personas, personas e himnos. Recuerdos del día de mañana.Imagen: http://www.sport.es/es/noticias/copa-del-rey/pitada-himno-espanol-fue-igual-mayor-que-final-copa-2009-1836581Despierte el alma dormida, avive el seso e despierte.
A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar.
Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.