Como ya sabes, la uva es el ingrediente principal a la hora de elaborar un vino. Consideramos uva a todos los frutos que nos dan las plantas que conocemos como vid. En esta planta, las uvas se agrupan por tamaños en racimos.
Desde siempre, pero cada vez más, se le da más importancia a lo que pase con la uva en el viñedo que lo que se hace con ella en las bodegas. ¿Por qué? Pues porque en el proceso de crecimiento de la uva y el tipo de uva en sí será el que aporte el principal sabor al vino cuando se elabore en las bodegas. Esto contrasta con las situaciones que se vivían antes, en lo que lo importante era tener una gran producción de uva y la calidad no tenía un papel tan importante.
Hablemos un poquito de la vid…
La vid pertenece al género vitis y dentro esta podemos encontrar muchas especies diferentes, como la vitis vinifera, que se utiliza en la mayoría de los vinos. Hay especies vitis que no se utilizan en la elaboración del vino o son muy raras de encontrar, así que hoy hablaremos de las más comunes. Las viníferas más comunes son Sauvignon, Tempranillo o Riesling (si has ido a alguna cata seguro que te suenan).
Hace un par de cientos de años, llegó a Europa una plaga procedente de América llamada Filoxera que atacaba directamente a los viñedos de vitis vinifera. Bajo la preocupación de que las plantas estaban muriendo a causa de esta plaga, se empezaron a utilizar otro tipo de vides de origen americano, y mucho más resistentes a la filoxera como la rupestris, riparia y berlandieri que se utilizaban para injertarse en una de las partes de la vitis vinifera. Por eso, en la actualidad, casi todos los viñedos están plantados así.
Como ya hemos comentado, las uvas están agrupadas en la vid por racimos. Estos, a su vez, están compuestos por dos partes: el raspón y el fruto.
Partes de la uva- El raspón: es la parte leñosa del racimo y se ocupa de sostener el racimo gracias al pedúnculo y que, además, es el encargado de alimentar a la uva.
Esta parte de la uva a veces se utiliza para la elaboración del vino, pero lo más normal es que se deseche a la hora de recoger la uva con un proceso llamado despalillado.
- El fruto: es la propia uva. Está formada por la piel exterior llamada hollejo y dentro podremos encontrar la pulpa y las pepitas.
Pronto os hablaremos más de los tipos de uva y qué se hace con ellos a la hora de elaborar un vino pero, por ahora, esto es todo lo que os queremos contar. Así, no os agobiamos con tanta información.
¡Hasta la próxima!