Así define Jorge Carrión a Sebald y por esa concepción supongo que le vino a la mente una exposición sobre los hilos, las telarañas, que se unen al mundo del escritor alemán. Esos nexos de unión con él, o con lo que él ha vivido o narrado, se pueden visitar en el CCCB de Barcelona. Las variaciones Sebald une a 12 personajes que recrean situaciones visuales y sonoras, sensacionales. Un bonito trabajar para los sentidos, ideal si los tenéis adormecidos por la rutina.

De entre todos los hilos que se unen en Las Variaciones Sebald me quedo con tres. Sin dudarlo y sin menospreciar el resto, pero me tocaron la fibra y eso es lo importante, que te hagan tilín.
Tan sólo entrar, y lo dirá todo el mundo supongo, el emplazamiento Black Cloud de Carlos Amorales no puede dejar a nadie indiferente. A simple vista parecen tan sólo miles de mariposas negras de papel, pero no. Y ahí empieza la magia de la exposición. Se trata, en realidad, de 30.000 polillas de papel, sí sí de papel. Pero no son tan sólo pura decoración, ¡no!, sino que son una alegoría a la muerte desde la belleza más simple aparentemente. Digo aparentemente porque si os acercáis a ellas podréis ver la textura del papel, los cortes asimétricos en sus alas... ¡30.000! Es fascinante adentrarse en el universo Sebald con una entrada como esa, embriagador 100%. ¡Hacedme caso!


Y como no puedo enrollarme con los 9 restantes... Me quedo con Valeria Luiselli. Ponerse los cascos fue cerrar los ojos y escucharla. Quedarme allí sólo con su voz. Valeria es escritora de ensayos a la vez que articulista en periódicos como El País, os he dejado el enlace a esa misma web para que disfrutéis un rato. En Las variaciones de Sebald ha dejado su huella con una selección de sus poemas, junto a fotografías tipo polaroid, notas a mano y su voz recitando los mismos. Cautivadora.
Así pasamos unas horas deliciosas. Creo que os he dejado material para indagar y que habréis apuntado en vuestras agendas que si visitáis Barcelona ¡no os la podéis perder! Llevaos con vosotros el tiempo, las ganas de descubrir, de dejaros arrastrar... ¡Y contadme luego!
