Parece que Alfaguara quiere conseguir el récord de editar novelas que después se adaptarán (si es que no lo tiene ya), pues a finales del año pasado pudimos hacernos con Las ventajas de ser un marginado, de Stephen Chboski. Quizá aún no lo habéis leído, quizá no leísteis ninguna reseña (por si a caso, aquí os dejo la mía), pero de lo que seguro que os disteis cuenta es de que esta novela apareció en más de una lista de lo que fue lo mejor del 2012 en muchos blogs. En la mía, por ejemplo, lo hizo.
Y es que habrá a quien no le haya gustado, pero la mayoría coincidimos en que es una gran historia (una novela que no necesitó de promoción ni promesas falsas para que las reseñas de la blogosfera la pusieran por las nubes).
Este fin de semana se estrenó en la gran pantalla su adaptación, y yo he tenido el placer de poder verla. Me esperaba lo peor, todos sabemos lo que la palabra “adaptación” supone (y no quería echar a perder la imagen idílica que se había formado en mi mente), pero aquí el amigo Dani se encargó de darme el empujón que me faltaba. Así que fui, me senté, lloré, reí, sostuve el aliento y salí del cine con la sensación de que había podido ver una de las mejores adaptaciones de una novela en mucho tiempo.
¿Quizá porque es el propio autor que se convierte en guionista y director, a parte del creador del libro? Yo creo que nadie mejor que él conoce su historia, así que… poco queda que añadir a esto.
Una de las cosas que más me gusta es el uso de la voz en off del protagonista. Es un recurso que se ha utilizado en el film, que no desentona, y que incluso se echa de menos cuando lleva cierto rato sin escucharse; de todos modos Chboski se maneja con los flashes del pasado del protagonista para recrear esas reflexiones que leemos en el libro, e incluso es Logan con sus gestos, sus movimientos y sus suspiros, que transmite todo lo que el personaje debe transmitir.
Porque es que he visto a Charlie en Logan (que me diga alguien que no se le encoje el corazón en la escena del beso entre Charlie y Sam. Una simple caricia y un mínimo gesto del prota y se te parte el alma – véase lo sensiblera que soy –; y el ¿¿“Deja de llorar”?? Se hizo el maaar en el cine). Por no decir que he más que visto a Patrick en Ezra (madre mía, ¿¿alguien más opina que este actor hace un papelazo?? ¿¿1ue es sublime el Patrick que crea??).
La Sam de Emma da el pego, peeero, le saco un pero. Ya de por sí Sam es un personaje poco habitual, no puede ir ahí cualquier chica y ser ella misma (no es una adaptación de una novela juvenil con una chica corriente como secundario), pero a Emma la he visto como… que le cuesta. Forzada? Poco a gusto con el personaje? No ha sabido conectar con él?... no sé, qué opináis, ¿solo yo le he notado así? Quizá quiere hacerse tanto “la dura”, como Sam, que resulta demasiado dura.
Creo que a Chobsky no se le ha escapado ninguna escena importante y que ha sido un “del papel a la pantalla” casi literal.
Y sí, he llorado durante casi toda la película, pero creo que ha sido más problema mío que otra cosa: yo sabía cómo acababa el libro, conocía todos y cada uno de los pensamientos de Charlie en todas las escenas recreadas, y es que la marca que deja esta novela en el corazón del lector no es pequeña. Es de esas pocas novelas que se llevan una parte de ti al cerrar el libro, y creo que ha hecho que vea esta peli con un sentimiento algo exagerado, ya que cualquiera que no haya leído la novela no será hasta el final que “casi comprenda todo” (entre comillas porque el final de la novela es mucho más “traumático”) y no le dará el valor que merece la historia realmente durante todo el visionado.
“Ese momento en el que sabes que no eres una historia triste”