Según los datos del informe 'Entertainment and Media Outlook 2015-2019. España', elaborado por PwC, la industria de la música en España experimentará un crecimiento del 1% hasta 2019, año en el que se estima que alcance los 757 millones de euros, favorecida por el aumento de la venta de música en formato digital, y perjudicada por la caída del consumo en formato físico.
El estudio, que analiza los principales retos del sector de los medios y entretenimiento, prevé que las ventas de música digital crezcan un 10% en los próximos cinco años, al pasar de ingresar 63 millones de euros en 2014 a 103 millones en el ejercicio de 2019. El consumo de música grabada en formato físico, sin embargo, caerá un 6%, y los ingresos se reducirán desde los 87 millones de euros de 2014 a los 64 millones en 2019.
Está siendo especialmente relevante la adecuación al modelo de escucha por streaming, del que provienen más del 70% de sus ingresos digitales. Las discográficas han pasado a alinearse con las plataformas que ofrecen este tipo de servicio, como Spotify o Apple Music, entre otras. No obstante, mientras en otros países europeos el número de usuarios Premium de Spotify supera al número de clientes no suscritos, los españoles aún nos mostramos reacios a pagar por escuchar música.
Precisamente, el uso de los nuevos servicios de streaming, ya sea con publicidad o por suscripción, está suponiendo una disminución del acceso a contenidos de forma ilegal. A esto también está contribuyendo la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual y el Código Penal español, que han incluido penas específicas para quien disponga de un sitio web y facilite enlaces a contenidos no autorizados.
Según señala el documento, el repunte de la industria es el resultado de la adaptación a los cambios del sector por parte de las grandes discográficas que han pasado a controlar toda la cadena de desarrollo de los artistas: desde la generación de eventos en vivo, a las labores de representación, la venta de entradas, el merchandising… De esta forma están sosteniendo un modelo de negocio complejo en el que se espera que, por un lado, la venta de entradas para eventos musicales en vivo crezca un 0% en el próximo lustro. Y, por otro, que los ingresos por patrocinio de estos eventos en ese mismo periodo crezcan apenas un 1%. Alfonso de Castañeda