Revista En Femenino

Las verdades de la vida de madre que muy pocas personas van a contarte

Por Mamikanguro @MamiKanguro

Cuando una está esperando al bebé o sueña con quedar embarazada, tiende a ver la vida de madre color de rosa. La realidad es que si, la vida de madre es hermosa, pero está lejos de ser lo que nos muestran en el cine y en la tele. Las mamás reales sabemos que hay verdades que nadie te cuenta. Acá, algunas de ellas.

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Lo que nadie te cuenta:

  •  Cuando quedás embarazada todos se vuelven “consejeros compulsivos”. A pesar de que estén cargados de buenas intenciones, no dejan de avisarte que no vas a volver a dormir una noche entera, que te vas a quedar sin vida social y no se cuantas catástrofes más.
  • Una cuestión de peso: todos te avisan que lo normal y lo sano es engordar un kilo por mes en el embarazo. La realidad es que esos 9 kilos te los subiste al comienzo del segundo trimestre… ¡y te falta lo mejor! 6 meses por delante en los que vas a subir, al menos, ¡9 kilos más!
  • Cuando nace tu bebé te volvés más popular que nunca.  Llegás a casa con tu bebé en brazos, alterada, cansada, adolorida, con dudas… sólo para encontrarte con una vorágine de familiares, amigos y conocidos que van a conocer al bebé. Los debés atender, ordenar la casa para recibirlos y estar provista de comida … ¡porque no se van más!
  • Todos son especialistas en crianza: acá es donde se pone bueno. Madres, suegras, amigas, hermanas, tías, desconocidas en la calle… ¡Todas! son especialistas en crianza. Te dirán que dejes llorar al bebé por el bien del desarrollo de sus pulmones, que lo cargues, que te tomará el tiempo, que lo hagas independiente… ¡Pues claro! ¡Si ya tiene más de una semana de vida! ¿Acaso pretende estar pegado a su madre y necesitarla como cuando estaba en su vientre!
  • Todos son especialistas en lactancia materna: Tu leche no lo satisface, ese chico tiene hambre, tenés poca leche, sólo 15 minutos de cada lado, te agarró la teta de chupete….. ¡Puf! Son hartantes. En lugar de permitir que mamá y bebé aprendan a conocerse y a complementarse, interfieren, molestan, opinan negativamente. ¿Por qué no te dicen cómo es la posición correcta para amamantar? ¿Por qué no te preparan la comida en vez de mirarte hipnotizados cómo tratás de alimentar a tu bebé? ¿no se dan cuenta que hace días que no comés bien? ¡Eso no! ¡nadie se convierte en asistente de la mamá!
  • ¿No has podido bajar todos los kilos que subiste en el embarazo? No te preocupes, ya te van a hacer ver que estás errada y no tardarán en hacerte sentir mal. “Yo salí de la clínica con menos peso de antes de quedar embarazada” te dirá tu suegra, o “qué lástima, con lo bonita que solías ser” te dirá alguna otra persona por tu “propio bien”. ¡Pero han pasado dos semanas desde mi cesárea! ¡Y bueno, ya deberías estar en forma, mujer! Después de todo, hace 15 días estás encerrada en tu casa, sin trabajar, ¿qué más tenés para hacer que no ponerte en forma? ¡Ah! cierto, un bebé recién nacido y seguramente otros niños que atender…. ¡excusas! ¡puras excusas!
  • Nada como las botellas y las cajas: Gastás un montón de dinero en ese juguete que tanto te han pedido para que terminen jugando ¡con la caja! Lo reciben, lo miran, lo tiran a un costado (y rogá que el perro no lo vea antes que vos que corrés a guardarlo!)
  • La hora de la papilla, la hora del desastre: al fin llegó el momento: tu bebé ya tiene el visto bueno del pediatra para comenzar a comer la papilla. Tenés lista la filmadora, la cámara de fotos, la papilla preparada… y el bebé…. ¡el bebé te escupe la papilla! Ahi vas  de nuevo. ¡Asco! cara de asco y la escupe. No creo que haya una decepción más grande a esta edad… y rogá que no tenga un público ansioso por aplaudirle la primer degustación, porque ahí comenzarán a lloverte las críticas y sugerencias….
  • Tus hijos nunca estarán lo suficientemente abrigados: yo no se si es por la edad, pero para los abuelos, tus hijos nunca están lo suficientemente abrigados como “deberían”. Y vos que navegás en aguas tormentosas entre los chicos que tienen calor y no quieren usar la campera, tu propio criterio (¿me funciona aún?) y la opinión (que no pediste) de los otros. El salir de casa es toda una aventura…

Y vos, ¿qué otras verdades de la maternidad te has enfrentado?


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