Parece que le verano va tocando a su fin y como por aquí ya os echábamos de menos, ¡estamos de vuelta! Si todo va bien este será un curso ajetreado, lleno de cambios y emociones y no queremos que nada de eso ocurra sin contar con vuestra maravillosa compañía.
Y para volver teníamos que traer un libro especial, de esos que tanto nos gustan, que siempre recomendamos y que se cuela de cabeza en “mis preferidos”. Las zapatillas de ballet, de Noel Streatfeild, se ha ganado, sin duda, este lugar.
Hacía mucho tiempo que tenía ganas de leer esta historia y aunque se ha hecho esperar, el empaño por sumergirme en sus páginas bien ha valido la pena.
Sabéis cuánto me gusta la literatura infantil inglesa así que supongo que no os extrañará lo más mínimo que una historia ambientada en Londres y llena de horas del té me haya cautivado pero quiero deciros que no ha sido solo eso. Eso, sí es verdad, la ha hecho aún más deliciosa y agradable pero me ha gustado su trama, su mensaje, sus personajes…
Pauline, Petrova y Possy son tres huérfanas a las que un anciano paleontólogo que siempre está viajando, adoptó y dejó a cargo de su sobrina Sylvia cuando solo eran tres bebés. Han crecido rodeadas de cariño pero también siendo muy conscientes de las dificultades económicas por las que la familia pasa normalmente y cuando las cosas se ponen feas Sylvia, o Garnie como ellas la llaman, decide alquilar las habitaciones que sobran en la inmensa casa de su tío. Será entonces cuando la vida de las tres hermanas Fossil empiece a cambiar y se llene de emociones, una de ellas, asistir a la Academia Infantil de Danza de Madame Fidolia.
Leía hace poco que esta historia no es muy realista y que los problemas se solucionan con excesiva facilidad. No estoy de acuerdo. Partiendo de la base de que es una historia para niños, que tiene que ser fundamentalmente divertida, creo que queda muy claro que las tres pequeñas protagonistas luchan con uñas y dientes por salir adelante, por perseguir sus sueños y por ayudar a su peculiar familia. Es cierto que no se hace hincapié en lo duros que son sus horarios, por ejemplo, o, más bien, se plantean como algo normal y lógico.
Por otro lado, en el libro se nos relata a la perfección, las dificultades con las que se encuentran las niñas y no esconde que ellas pasan por sus momentos mejores y peores y que, incluso, deben aprender algunas lecciones a base de jarros de agua fría.
Con el realismo propio de los escritores ingleses para llamar a las cosas por su nombre, Noel Streatfeild nos trae un relato encantador, con unos personajes encantadores que lo son, entre otras cosas, por sus claros y sombras, lleno de ternura y humor que contó, sospecho, justo como ella quería, sin pensar en qué opinarían sus lectores de este giro o del de más allá.
La acción, que transcurre ágil y ligera nos pasea por escenarios, habitaciones de juegos, talleres mecánicos e incluso platós de cine y en ellos, todos y cada uno de los personajes tiene algo que contar y aportar al conjunto. Me resulta difícil elegir un preferido ya que me he encariñado con todos pero si quisiera resaltar alguno supongo que sería Petrova, que no encuentra su lugar como las demás y a la que el baile o la interpretación no le gustan en absoluto. Me ha parecido tremendamente generosa y dulce a pesar de que la primera impresión que causa no siempre es tan agradable como la de sus hermanas.
No sé si habíais oído hablar de este libro pero, si no lo conocíais y os animáis a darle una oportunidad espero que lo disfrutéis tanto, tanto como lo he hecho yo.
Un abrazo y nos leemos.