Revista Espiritualidad
Ser madre, sin duda es una aventura, pero sobre todo porque desde mi perspectiva, tienes el corazón literalmente viviendo fuera de ti, siempre pendiente de nuestros hijos, ya se de manera pasiva o exagerada.Desde esa perspectiva, muchas veces cuando llegamos al temido desequilibrio, que generalmente ven primero las personas externas, antes que nosotras, comenzamos a contraer las acciones innatas o intuitivas que tienen nuestros hijos, para resolver, explorar o simplemente crear.Te entiendo, enserio. Esto de ¿estarás siendo muy permisiva? ¿no crees que estas siendo muy estricta? pero mira los años que tiene ...¿crees que es bueno que asista? uff ¡cómo manejar tanta expectativa!. En fin, como siempre digo, no hay una sola fórmula correcta para trabajar estos temas, ya que somos seres bio-individuales y por defecto, aprendemos, actuamos y vemos las cosas desde diversos prismas. Todo lo anterior, podría llevarnos a un extremo de temor e inquietud por la seguridad de los demás y claro, aquí entran nuestros hijos.Si eres de las madres sobre protectoras, en la cual toda o gran parte de tu vida giran alrededor de la preocupación, por la seguridad física, material o emocional de tus peques, a tal punto de que estas todo el tiempo pensando ¿y si le paso algo?, castrando la oportunidad de que explore, crezca, aprenda, porque continuamente tienes ese presentimiento... de que lo debes proteger de manera enfermiza, ya que nada le puede pasar, ahogando literalmente su libertad, bueno...respira, todas podemos trabajar de diversas maneras para llegar al equilibrio, a ese que te hace sentir cómoda y permite que el resto de las personas, tengan su metro cuadrado.Cuando ya no nos preocupamos de nosotras mismas, por vivir pensando y preocupándonos en el bienestar del otro, temiendo a que les ocurra una desgracia, es hora de hacer una parada. Definitivamente podríamos estar obsesionadas por temas nuestros como; vocaciones no cumplidas, sueños personales frustrados, etc. Así que si haz llegado hasta aquí y quieres trabajar esto, te invito a que hagas el siguiente ejercicio: En un lugar sin interrupciones y de pie, estírate parándote correctamente, proyectando la coronilla de la cabeza hacia el cielo.Respira profundamente, inhalando y exhalando en 8 tiempos (Inhalas mientras cuentas: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y luego exhalas en 8 tiempos)Estira tus brazos hacia el cielo y bájalos uniendo las palmas (como en señal de agradecimiento) apoyándolas en el pecho.Mantén una respiración pausada y profunda.Proyecta tu imagen como el de una mujer con coraje, confianza, optimismo, libertad y bienestar.Mientras sigues respirando piensa, ¿cómo te sientes? Termina el ejercicio con la misma exhalación e inhalación descrita al comienzo.Anota cómo te veías y qué te falta, para avanzar en una protección que te permita darles el metro cuadrado que requieren tus peques, logrando ser personas diferentes a ti.Cuando una madre se reconoce en esta situación, también puede trabajar la emoción utilizando Red Chestnut, la cual es utilizada en el sistema floral de Bach.Con amor, a todas las madres.Marce.Siempre estaré feliz de conocerte, puedes comentar más abajo, asistir a mis clases, tomar una hora conmigo o bien, contactarme.