Revista Cultura y Ocio

Le petit dejeuner antológico: en torno al poema "El desayuno"

Por Agora
LUIS ALBERTO DE CUENCA: POESÍA DE IDA Y VUELTA. APROXIMACIÓN DIDÁCTICA. 
 LA ANTOLOGÍA
Por Marta Zafrilla

1. La poesía como camino
Se afirma que la poesía es un género minoritario, de difícil acceso para el lector medio; literatura para unos pocos, al fin y al cabo. El tiempo que llevo impartiendo clases a alumnos de Secundaria me ha hecho corroborar todo lo contrario: la poesía es el género que más puede encandilar a nuestros jóvenes si uno sabe guiarlos con mano diestra y se escogen los textos adecuados. Su densidad, su brevedad, la abundancia de recursos retóricos y su habitual universa- lidad la hacen idónea para su reflexión en las aulas. No digo esto de forma gratuita, sólo tras comprobar con qué curiosidad se adentran los alumnos en la lectura de poemas de diversidad de autores, épocas y temáticas.
Si algo me gusta compartir con otros docentes es la experiencia enriquecedora de despertar el interés por la lectura en los jóvenes a través de la creación. Creo sinceramente que mediante la escritura puede incrementarse la pasión por la lectura. Tras conocer los recursos líricos, analizar diversas formas y estructuras y leer bellos versos, animo siempre a mis alumnos a escribir sus propios poemas. De primeras resulta difícil y, dicho con distancia, parece imposible que adolescentes que apenas han leído puedan llegar a crear imágenes poéticas.
Pero he podido comprobar que con paciencia y, sobre todo con mucho entusiasmo, si se brindan las herramientas adecuadas hasta el menos interesado de los alumnos llega a crear lindos fragmentos.
La idea de partida que aquí presento se la copié a Aurora Gil Bohórquez (las buenas ideas siempre hay que copiarlas, sobre todo cuando se ceden tan generosamente). Ella me habló de un sencillo ejercicio de lectura y análisis del poema “El desayuno” de Luis Alberto de Cuenca. Su estructura repetitiva permitía emplearla fácilmente después como base de la creación de poemas propios. Tras comprobar lo bien que funcionaba este ejercicio, decidí hacerlo mío y ponerle entusiasmo a esta actividad para intentar transmitir mi pasión por la poesía a los alumnos de Secundaria del instituto Cañada de las Eras de Molina de Segura.
2. La poesía como ejercicio
El análisis de este poema de Luis Alberto de Cuenca era sencillo. Su temática es accesible y su lenguaje cercano. Sumado todo esto a su ameno tono, resultaba ideal para su lectura con adolescentes. Así pues creé un documento para repartir a los alumnos con dos bloques de texto, el poema original por un lado y la base de su estructura por otro. El texto original, publicado en el poemario El hacha y la rosa en 1993, dice así:
El desayuno
Me gustas cuando dices tonterías, cuando metes la pata, cuando mientes, cuando te vas de compras con tu madre y llego tarde al cine por tu culpa. Me gustas más cuando es mi cumpleaños y me cubres de besos y de tartas, o cuando eres feliz y se te nota, o cuando eres genial con una frase que lo resume todo, o cuando ríes (tu risa es una ducha en el infierno), o cuando me perdonas un olvido. Pero aún me gustas más, tanto que casi no puedo resistir lo que me gustas, cuando, llena de vida, te despiertas y lo primero que haces es decirme: «Tengo un hambre feroz esta mañana. Voy a empezar contigo el desayuno».
Luis Alberto de Cuenca
La estructura que servirá para el ejercicio se presentaba de la siguiente forma:
Megustascuando…,cuando …, cuando …,cuando …y ….Megustas más cuando …y,o cuando …,o cuando …o cuandoPero aún me gustas más, tanto que … cuando …
Si de primeras se intenta dar la estructura a los alumnos para que escriban solos, éstos pueden perderse un poco. De ahí que resulte mejor el ejercicio si comienza a hacerse de forma conjunta al principio, siendo el profesor quien dirija siempre, procurando fomentar la creatividad y orientar la creación. Para ello leeremos varias veces el poema en voz alta, analizando su contenido, su ritmo, las repeticiones, el tono, el humor. Señalaremos el valor poético de las metáforas y resaltaremos su fresco estilo. El acertado tono espontáneo y divertido del poema sirve para eliminar tópicos sobre la literatura y especialmente sobre la poesía, que podremos presentar ante los alumnos como actual y divertida. Advierto que muchos no caen en una primera lectura en la broma picarona de los últimos versos. Es esta una ocasión ideal para animar a la interpretación y crear un ambiente distendido. Cuando nos hayamos empapado bien con su atmósfera poética (pueden leerse antes otros poemas del autor como complemento) comenzaremos el ejercicio.
El profesor ha de llevar siempre las riendas de la actividad y previo a la puesta en práctica de la actividad se establecerá que nadie ha de reírse de las propuestas de los compañeros para así no cercenar la creatividad. Debemos guiarlos dando opción al grupo a dejarse llevar por la inspiración y para ello favorecer la libertad de expresión con tono distendido. Recordemos que este ejercicio debe dejar claro que la escritura (especialmente de poesía) puede ser divertida. Saldrán sin duda propuestas absurdas, sobre todo si se ha sabido abrir sus mentes hacia lo inesperado, pero entenderemos toda propuesta como productiva al haber definido el amor mediante el poema original como la suma de detalles absurdos, el cúmulo de pequeñas cosas que nos enamoran de alguien. No hay que emitir entonces juicios críticos; toda propuesta resulta interesante para el ejercicio, pues de todas las opciones podemos recoger una imagen, alabar el ritmo o servir como apoyo para redirigir la creación colectiva.
El profesor anotará en la pizarra los versos que más le convenzan mientras los alumnos la copian como ejemplo en su libreta. Se irá construyendo así verso a verso el poema, recordando si fuera necesario el texto original para continuar la creación. La unidad debe lograrse releyendo cada verso y eligiendo las alternativas más indicadas. El tema del poema, tan definido, ayuda a lograr la unidad de la creación. El final, si no surgiera ninguna idea que cierre dignamente el ejercicio, puede copiarse literalmente.
3. La poesía como producto
La fructífera experiencia con el texto de Luis Alberto de Cuenca fue más allá que el mero ejercicio de clase. Nuestra querida compañera y jefa de biblioteca Cristina Sánchez logró una visita del autor al IES Cañada de las Eras para ese curso. Pretendí hacer de la visita una fiesta a la poesía y para ello debía producir un evento más allá de la actividad extraescolar o del ejercicio de aula. Se me ocurrió que el vehículo para alcanzarlo sería la producción poética de mis propios alumnos. Así pues, orgullosa no sólo de la creación colectiva sino también y aún más intensamente de las producciones individuales, creí oportuno editarlas como merecía.
Usando un programa de maquetación de textos y jugando con el título “El desayuno”, ideé un menú degustación de diferentes estilos e imágenes que decoraban el conjunto. Al tener editado un folletito a modo de plaquette con sus variaciones del poema de Cuenca, los alumnos comenzaron a apreciar aún más su trabajo, mostrándose orgullosos de sus resultados. Ya no sólo era un ejercicio de clase, pasó a ser un regalo para la novia, un detalle para la madre, un recuerdo para el amigo… Se convertía así el trabajo de creación en un producto impreso que podía tocarse, leerse, regalarse y, lo más importante, su contenido y atractivo aspecto lo convertían en un producto que merecía perdurar en el tiempo, como una auténtica obra de arte.
A modo de ejemplo transcribimos algunos textos que adornaban el conjunto bajo el tema de “El desayuno” y que servían para estructurar el folleto.
Desayuno macrobiótico
  • Batido de versos
  • Muesli con paradoja
  • Anáforas integrales
  • Elipsis de apio

Desayuno anglosajón
  • Té de verso blanco
  • Huevos al endecasílabo
  • Estrofa de frutas
  • Fiambre maldito

Desayuno continental
  • Café con haikú
  • Tostadas con pareado
  • Bollerías sin título
  • Zumo de sílabas

La plaquette fue repartida el mismo día de la visita del poeta al instituto y se le entregó al autor como muestra del acercamiento que, tanto a él como a su obra, se había realizado con los alumnos. No quiero dejar de narrar cómo algunos de los chicos, autores de los poemas recogidos en el folleto, se atrevieron a leer de una manera estupenda sus versos ante Luis Alberto de Cuenca y cómo otros fueron leídos por el propio escritor madrileño, alabando los hallazgos poéticos al concluir las lecturas y reconociendo y enfatizando los toques de humor de los poemas. Me enorgullece pensar que lo que comenzó siendo una práctica de lectura y escritura llegó a convertirse en un recuerdo inolvidable para algunos alumnos (y para mí también, para qué negarlo).
4. La poesía como resultado
A continuación mostramos algunos de los resultados de este ejercicio poético. Podrán comprobar que tratándose de alumnos de quince años los resultados fueron mucho más que aceptables: auténticas joyitas líricas. Lo más importante, más allá de la calidad alcanzada, fue sin duda la complicidad con el verso, la conexión con la expresión poética y la creatividad despertada.
Me gustas cuando ríes,cuando lloras, cuando gimes.Me gustas más cuando comes,cuando con esa gracia natural tuya me sonríes y me guiñas un ojo. Pero me gustas más, tanto que no puedo resistir las ganas de besarte, cuando estás radiante en el desayuno bebiéndote un zumo de naranja al sol, o cuando salimos del cine en una calurosa noche estivalcon la promesa de un nuevozumo de naranja mañana.
Fernando Collado Ruiz
Me gustas cuando me dices que no me quieres, cuando me gritas, cuando dices que casarte conmigo fue un errory al rato te ríes. Me gustas más cuando quiero ir a jugar con mis amigos el partido de los lunesy me haces quedarme en casa viendo una película románticade las que a ti te gustan,o cuando me toca estar todo un sábado de compraspara que elijas el vestido que te pondrás en la boda de tu hermanao cuando por fin un día amaneces contentay me traes el desayuno a la cama, o cuando acabo helado de frío en la callepara que no vuelvas sola a casa del trabajo, aunque esté a cien metros del apartamento, o cuando te gasto una broma y tu respuesta es una marca en la cara durante una semana. Pero aún me gustas más, tanto que me como por dentro, cuando te levantas por la mañana y la primera dulce fraseque sale por tu boca es:"Cariño, prepara la cena, esta noche vienen mis padres”.
Gabriel Gil Jiménez
Me gustas cuando me ganas al parchís, cuando te caes de la cama, cuando niegas mis defectos y te inventas los tuyos para consolarme. Me gustas más cuando oigo tu voz pronunciando mi nombre, cuando sonríes al verme llegaro cuando lloras de emocióno eres divertido incluso para enfadarte conmigo. Pero aún me gustas más, incluso más que el chocolate, cuando me tapas los ojos y me susurras: Enséñame a bailar y seamos más eternos que la música que suena”.
Isabel María García López
Me gustas cuando te callas, cuando no me vuelves a hablar, cuando te vas de mi casay no vuelves a entrar. Me gustas más cuando te enfadasdetrás de una discusión, cuando le gritas al perroque te he roto el corazón. Pero aún me gustas máscuando solo y asustadohuyes a otro lugaresperando mi perdón.
María Garres Sánchez
Me gustas cuando te ríes, cuando entro en tu casa y tu padre me mira y llego tarde a la mía por si al salir tu padre me mata. Me gustas más cuando hace frío y tus caricias y abrazos me calientan,o cuando hace calor y aún así te pegas a mí.Pero me gustas más aún cuando llevamos una tarde solos hablando y me dices si es que no te voy a besar y yo me abalanzo sobre ti.
Enrique Nicolás Meseguer
Me gustas cuando te ríes, cuando me miras con tus ojos castaños, cuando me abrazas, me besas y me das calor en medio de la nevada. Me gustas más cuando me sorprendescon un te quiero al oídoo cuando me sacas una sonrisaen medio de un día griso cuando sustituyes las lágrimas por golosinas y creas el mundo en un instante.    Pero aún me gustas máscuando vamos al cine y entre escena y escenahaces de mi vida un paraísode una sola palabra:amor.
Carmen De Arce Guerrero
Me gustas cuando te levantas por las mañanasy me sonríes con esa cara de inocente. Me gustas cuando salimos con tus amigas y siempre estás mirándome con cara deseosa. Me gustas más cuando te enfadas conmigopor no sacar al perro (tu enfado me gusta). Pero aún me gustas un poco más cuando vamos al ciney tú te comes todas las palomitas y no me dejas nada(eres una leona). Pero cuando más me gustas es cuando después de cenaryo pregunto: “¿Y el postre?” y me respondes: “El postre eres tú”.
Alejandro Espinosa Rodríguez
Me gustas cuando me tomas de la mano, cuando me abrazas con tu sonrisa, cuando levemente hacia mí te inclinasy me acaricias la mejilla. Me gustas más cuando te veo por las mañanasy me saludos y me mandas un guiño, o cuando me sonríes y te sonrío, o cuando perdonas mis estupideces con la mirada. Pero aún me gustas más, mucho más, cuando me abrazas por detrásy me aprietas contra tu pechoy me susurras al oído: Te quiero sin madejas, mi vida es tuya. No me separaré jamás”. Pero mi respuesta aún no te la he dicho.
María Arnaldos Carrillo
Me gustas cuando cantas canciones extrañas, cuando escribes sin sentido palabras variadas, cuando le dices a la gente “pesada”. Me gustas más bailando con falda, aunque también bailando de espaldasy sin mirarme a la cara. Pero aún me gustas más cuando me dices: Te quiero”.
Isabel Mª Martínez Hernández
Me gustas cuando dices que ya no te gusto, cuando llegas tarde y me pones nerviosa, cuando me llamas hermosa y apestosa. Me gustas más cuando me pones excusas tontas, cuando me dices que te gusto, pero que no estoy en mi punto. Pero aún me gustas más cuando me dices: Olvídame, yo no sabía lo que hacía.Olvídame, la culpa ha sido toda mía.”
Ana Vives Lull
Me gustas cuando me pegas pequeñas bofetadas diciéndome “Ains, qué tonto”, cuando miras al cielo y me miras con tu mirada perdida, cuando haces comparaciones criticándomemientras yo me río.Me gustas cuando te tiras a mis brazosy me dices: “Hoy llegas 34 segundos tarde”, cuando ves que me acerco sigilosamente para asustartey me pillas desprevenido con un grito que me asusta aún más a mí. Pero aún me gustas más de lo normal cuando me pongo a hacer volteretas y a tirarme por el suelogritando como un loco: “¡¿Dónde está el gato?!” y tú te ríes haciendo que quede en ridículo de una buena forma. Pero cuando más me gustas es cuando por la mañana estoy en la cama durmiendoy me gritas fuertemente al oído: ¡¿Dónde está mi desayuno?!”
José Antonio García Serrano
 

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Por  Raquel Pelayo
publicado el 29 enero a las 12:05

Había elegido este poema para hacer precisamente lo mismo con mis alumnos de 4º de ESO. Internet, como es habitual, me muestra que la idea no es nueva, pero que sí puede tener éxito. Enhorabuena por los resultados.