En el trigesimo aniversario del fallecimiento del genio del teatro Eduardo De Filippo y y en la cumbre de un grave período de desestima y pérdida de ideales en el país, los hermanos Servillo triunfan en Milán con una obra de impensable actualidad.
Entradas agotadas con espectadores viejos y jovenes, italianos y extranjeros en el historico Piccolo Teatro Strehler por "Le Voci di Dentro" obra escrita por Eduardo De Filippo en siete días, espejo de una humanidad que mira al dinero, que duda de la integridad moral de su hermanos, hijos, mujeres, que tiene miedo de las palabras por que "las palabras no sirven a nada", hasta organizar delictos.
Depues del triunfo a los Premios Oscar y de la gira con una otra comedia de Eduardo, "Sabato, Domenica e Lunedì", Toni Servillo (uno de los ultimos actores en que puede esperar la supervivencia del teatro italiano juntos con Massimo Ranieri y quizas Alessandro Preziosi), hace valiosa la escena con su dirección y su interpretación (y aquella preciosa de su hermano Peppe) desde el 11 de noviembre hasta el 7 de deciembre, en el mismo dia de la feria patronal en Milán y de la prima obra al Teatro Alla Scala.
"He elegido esta obra por dos razones: la primera es la precipitación de la realidad todavia alterada en un abiso mas grande y la segunda es en la confusión del lenguaje entre vigilia y sueño como entre diferentes geneaciónes, la incertidumbre, la sospecha, la tragedia posible en la normalidad de una familia en todos los días", asì explicó Toni Servillo su rapresentación de esta comedia, recordando las primeras pruebas en El Teatro San Ferdinando de Napoles que fue el templo de las creacciones de Eduardo.
La comedia nace desde el error de Alberto Saporito un organizador de fiestas que confunde el sueño de un homicidio organizado por la familia Cimmaruta, proxima de habitación como un hecho realmente occurido y ceba una cadena de sospechas, envidias, hasta cuando no se da cuenta de su equivocación que admite pero a cuyo nadie cree, arriesgando la acusación de calumnia de la justicia, la amenaza de muerte de la familia, (cuyas miembro se acusan recíprocamente) y hasta la traición del hermano que espera su detención para vender todo.
En este contexto hay la figura de un tío que está cansado de hablar porque nadie escucha y que sólo comunica con fuegos de artificio "porque la verdad es difícil que entender". "Escribí esta comedia dura y con un segundo acto rigido dónde el personaje no habla más porque es inútil. Quizás el público no la ha entendida pero tendrá un gran futuro porqué hay la historia de la humanidad", dijo Eduardo ilustrando Le Voci di Dentro.
Eduardo no ha sobrevivido tanto para ver cuánto tenía razón y como fueran amargas y reales las últimas palabras de Alberto Saporito:" ¿Queréis saber por qué sois asesinos? Habéis sospechado al uno del otro... Yo vos no habeis rebelados por esto, sin embargo fuisteis inocentes. Nosotros hemos asesinado el respeto recíproco que limpia nuestra conciencia y sin el que se puede llegar al delito". Al final grandes aplausos, sonrisas amargos y la espera de una próxima vez. Eduardo tiene su nuevo heredero.
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