Revista Arte

Leandro libre – 25s

Por Eltallerdelaeam @elTallerdelaeaM

Aquí tenéis una nota que nos llega a través de facebook, y que nos deja conmovidos, asustados, estupefactos… es la realidad de este momento. La fuerza de la “represión” hacia el impulso social que pide “Cambio”. Es la fuerza del inmovilismo. De la parálisis. Del abuso de poder.

LEANDRO LIBRE – 25S

de Octavia De Cádiz, el El Viernes, 28 de Septiembre de 2012 a la(s) 16:46 ·

No sé por donde empezar. Justo el día anterior, volviendo de la mani sin saber todavía que él había sido detenido, había hablado de “Para la libertad”, la bella canción de Serrat sobre versos de Miguel Hernández. Para la libertad sangro, lucho, pervivo. En eso volví a pensar cuando por fin vimos aparecer a mi primo Leandro por la puerta del Juzgado de Plaza Castilla. Leandro enorme, con sus ojos vivos de dignidad y sed de justicia, golpeado, pero entero. Con sus 19 años y mucho más maduro que la mayoría de nosotros.

La espera fue dura, hacía frío, y justo en el momento en que empezaron finalmente a liberar a 34 de los 35 detenidos en la Manifestación del 25S, comenzó a llover. Pero ya no nos importaba nada. Sólo poder abrazar a Leo y decirle que estábamos muy orgullosos de él.

Su amigo Alex, que estaba junto a él el martes en la mani (y siguió con nosotros esperando la liberación), nos había contado que esa tarde estaban no muy cerca de las vallas y el cordón policial. Estaban cantando su rabia, claro. Como se ve en los videos la policía cargó salvajemente con la excusa de que había agitadores -también se ve en los videos que en realidad se trataba de infiltrados de la propia policía- y detiene a quien puede en su camino. Leandro fue uno de los que quedó encerrado entre los agentes que avanzaron desde el cordón y los que vinieron por detrás, por el Paseo del Prado. Ese es el momento que se ve en la foto de Sergio Pérez de Reuters que dio la vuelta al mundo. Después le quitaron la camiseta y lo arrastraron 300 mts dándole patadas, hasta una furgo en la puerta del Congreso (¿lo habrán arrastrado hasta ahí para poder decir después que quiso entrar al Congreso?). También perdió una zapatilla en el camino. Le pusieron grilletes y lo siguieron golpeando.

No llegaron a quitarle el móvil, desde la propia furgo -en la que los dejaron mucho tiempo- Leandro pudo llamar a su madre -esposado y usando el altavoz- para avisarle que lo llevaban a la comisaría. Erróneamente creyó que irían a Leganitos. Su padre fue para allí y en la Comisaría tuvieron la indecencia de decirle que se quedara tranquilo, que su hijo estaba bien, que dormía en una colchoneta y tenía manta. Leandro ni siquiera estaba allí. Los detenidos estaban en Moratalaz. Pero esto era solo el comienzo de la cadena de desinformaciones que vendría.

Leandro nos contó que antes de encerrarlos llevaron a los heridos a un ambulatorio, donde le curaron las heridas (sobre todo en espalda y brazos).

Una vez en la Comisaría de Moratalaz, los metieron en celdas de a diez. También usaron con ellos las tácticas básicas de tortura psicológica: la luz encendida toda la noche, y al día siguiente, la luz apagada todo el tiempo. No los dejaron ir al baño por horas. De comer les dieron fabada de bote, pero no les daban agua en las comidas, solo podían aprovechar para beber cuando iban al baño. Los abogados no pudieron comunicarse con ellos hasta ayer jueves por la tarde. Entre los detenidos había ancianos y hasta un menor. A Leandro ni siquiera le cambiaron los grilletes por las trabas de plástico. Tiene las muñecas destrozadas. Cuando el abogado por fin pudo verlo lo encontró sin camiseta y descalzo, con marcas en la cara y el cuerpo. No nos dejaron entregarle ropa. Como se cuenta en la nota del Público, los abogados de la Plataforma #15M presentarán una denuncia colectiva en la que exigen responsabilidades por las condiciones de las detenciones y por el maltrato policial. Y la falta de información. No dijeron cuándo ni a dónde irían a declarar. Los llevaron a los Juzgados de Plaza Castilla el jueves a las 16.30hs.

 

Las imputaciones que finalmente hizo la jueza no están individualizadas. Leandro me contó que al principio comenzaron a hacerlo pero que después dijeron ´3 delitos a cada uno y listo´. La jueza finalmente incluye cargos por atentado contra instituciones del Estado. Llamadme paranoica pero es curioso que los traslados se demoraran hasta el turno de esta jueza, que parece apreciar un delito que horas antes la Audiencia Nacional y la Fiscalía habían descartado. Los jueces del turno de mañana también habían protestado contra las autoridades policiales por no definir cuándo serían trasladados los detenidos para prestar declaración (este trámite normalmente se hace a las 24hs).

 

También dilataron el papeleo para la liberación, cuando ya estaba firmado que podían salir. Siempre es mejor hacerlo a medianoche, esperando que la secuencia tenga la menor cantidad de público posible. Pero ahí aguantamos desde la tarde.

En un momento llegó una ambulancia del SAMUR y bajaron cuatro técnicos. En la misma línea, no nos quisieron dar información. Sabíamos que adentro los detenidos estaban deshidratados, que alguno se había desmayado, de modo que todo esto no hizo más que generar mayor inquietud.

Al lado mío había una nena de 7 años que esperaba por la liberación de su abuelo, que salió con un brazo quebrado.

Por fin pasadas las 23, y al mismo tiempo que comenzó a caer la lluvia, empezaron a salir, entre nuestros aplausos y al grito de “Estos son nuestros héroes”. Leandro salió a las 00, con collarín, descalzo y con una chupa sobre su torso desnudo. Lo primero que hizo después de nuestro abrazo fue protestar porque “estos hijos de puta machistas dejaban a las chicas detenidas para el final”. Es verdad, salieron últimas. Después, se preocupó porque uno de sus compañeros de celda que venía de Extremadura tuviera un lugar donde poder darse una ducha y dormir. Sonríe cuando le cuento que en Twitter lo habéis bautizado El increíble Hulk (¿cómo pueden hablar de resistencia a la autoridad cuando se ve a un chico tironeado y golpeado por 10 agentes?). Mira aliviado sus manos, están enteras. Leandro, además de ir al cole, patinar y jugar al fútbol, hace música: su instrumento está bien.

Ya cuando volvíamos a casa rompió a llorar por Manuel, el único de los 35 que había quedado detenido, imputado por una supuesta agresión a un policía en un bar a 1km del bar en donde fue detenido. Manuel, dice Leandro, fue el que más mantuvo el espíritu de todos el grupo durante las largas horas de detención. Mientras escribo, me avisan de que a través de una colecta de la Plataforma #15M ya se juntó el dinero de la fianza y Manuel también saldrá en libertad. Antes de esto, Leandro no conocía a Manuel ni a ninguno de los otros detenidos. Ahora comparten una especie de hermandad indisoluble.

Hoy estoy disfónica de tanto gritar en la puerta del Juzgado, pero quiero dar las gracias a todos los amigos y desconocidos que siguieron y acompañaron esta odisea por Twitter y Facebook, gracias por el apoyo en la difusión de lo que estaba pasando, por los mensajes de amor y solidaridad que me emocionaron y me hicieron ser más fuerte estos días. A los que acompañaron desde la distancia porteña, con un eco terrible de familiaridad frente a brutalidades como esta. Gracias al fotógrafo de Reuters, Sergio Pérez, por la maravillosa imagen que logró captar, en la que se resume toda la impotencia que sentimos frente a la violencia impune de los antidisturbios amparados por este Gobierno infame.

Gracias a los papás de Leandro por su fortaleza y valentía, y por haber criado a un joven íntegro que grita por sus derechos y no se calla.

En la semana habrá reunión con los abogados 15M para ver cómo se sigue. Gracias a ellos también, por su paciencia, amabilidad, generosidad y contención. Leandro descansa en su casa. Yo sigo con mi letanía “España, despierta, por favor. España, despierta, por favor. España, despierta, por favor.” Mañana sábado 29 hay convocada una manifestación pacífica hacia Neptuno a las 18hs. Nos vemos.

Un abrazo,

 

Verónica

 

Retoñarán aladas de savia sin otoño

reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.

Porque soy como el árbol talado, que retoño:

y aún tengo la vida.

AÚN TENGO LA VIDA

 

PD: Leandro es nieto de Solano López, dibujante argentino fallecido el año pasado, autor junto con Oesterheld -desaparecido por la dictadura militar- de la maravillosa historieta “El eternauta”, publicada originalmente entre 1957 y 1959, símbolo de la resistencia y de los héroes anónimos, del héroe colectivo. Leo, tu abuelo también hubiera estado orgulloso de vos.

 


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