Leccion no aprendida.

La peor noticia de esta semana, después de las víctimas del atentado de la Barbarie Islámica en Túnez, probablemente ha sido la reelección de Netanyahu en Israel.

En mi opinión está claro que con un gobierno laborista en Israel hay posibilidades algo mayores para alcanzar la paz con los palestinos, que con Netanyahu, pero las diferencias son solo de matiz porque, al contrario que la gran mayoría de periodistas europeos que creen que la responsabilidad de la falta de acuerdo está del lado israelita, no es que yo opine que los incumplimientos que han impedido la paz han sido siempre provocados por los palestinos, sino que los hechos me dan la razón y son incuestionables. En las tres ocasiones que hasta la fecha se ha estado cerca del pacto, o con los pactos firmados, alguien en el lado palestino se ha encargado de que la paz no llegase nunca. Arafat llegó a iniciar una intifada cuando la tinta de uno de los pactos todavía estaba fresca, mientras los israelitas han demostrado su pasado interés en la paz liberando territorios ocupados, Gaza incluida, para que a los pocos meses fuese ocupada por Hamas. Precisamente por esta razón, y porque quien en Israel quiere la paz no son los políticos sino la mayoría de los ciudadanos,  los israelitas, que hasta entonces habían claramente apoyado las negociaciones emprendidas por el asesinado Isaac Rabín, Shimón Peres, e incluso el radical Ariel Sharón, hartos de incumplimientos palestinos en el 2009 se decantaron por el halcón Netanyahu, y a pesar de los problemas que ha causado su tendencia a responder de manera contundente y excesiva a agresiones, provocaciones y ataques reales o tramposos como la famosa flotilla turca, le siguen votando, porque cuando el otro bando ha dejado bien demostrado que los pactos y acuerdos no sirven para nada y que a demasiados palestinos solo les interesa la solución final mediante la agresión y la guerra, es mejor estar dirigidos por un halcón que por una paloma.

A pesar de que va cayendo y desapareciendo la careta amable del Islam radical que tanto berzotas europeo llego a creerse, y demasiados todavía se la creen, seguimos sin aprender la lección. Para no tener que admitir su error con el Islam radical, ahora el buenismo europeo se ha inventado la inmensa mentira que las barbaridades inhumanas que se están cometiendo en nombre del Islam no tienen nada que ver con la religión, que en ningún caso se trata de que el Islam entendido de manera literal como lo hacen los radicales provoque inmensas barbaridades, sino que unos terribles terroristas usan una bondadosa religión para justificar su locura, cuando la palabra “matadlos” referida a los infieles o a los que se resisten a los designios de Alah se menciona profusamente en el Corán, libro sagrado que obliga repetidamente al buen musulmán a no poder descansar hasta que el Islam domine todo el mundo por las buenas o por las malas, y para completar el cuadro también obliga repetidamente al buen musulmán a que tampoco pueda descansar mientras en un territorio que había estado regido por la Sharía, la Ley Coránica, como Oriente Medio y la mayor parte de España no vuelva a imperar la única Ley válida, el Corán, y el Estado Islámico, entre otros, no hace otra cosa que interpretar todo esto al pie de la letra.

Pero la estupidez buenista en relación con el Islam continúa. Los catalibanes de TV3 emitieron el jueves 19 por la noche un debate sobre el Estado Islámico que no vi porque uno de los panelistas era Dolors Bramón (muy solicitada por TV3) y no quería agarrar un inmenso cabreo oyendo sus mentiras sobre las bondades del Islam, religión que, según ella, no tiene nada que ver con las barbaridades terroristas. En las noticias que empezaron a emitir a las 9, un par de horas antes del debate, y seguramente para calentar el ambiente, dedicaron unos minutos a la rueda de prensa que aquella tarde había convocado Alba Cuevas, la directora de SOS Racisme, la ONG que hace unos años fue condenada en Francia por asociación de malhechores, y que en España tiene cierta notoriedad gracias al buenismo, en la que aparte presentar unas cifras que según ellos demuestran que el racismo ha aumentado considerablemente en Catalunya en 2014, advertía muy seriamente del futuro aumento de la ya muy alta islamofobia por culpa de las mentiras que relacionan las barbaridades terroristas con el Islam, y avisaba que se mantendrían vigilantes ante cualquier brote de fobia a todo lo musulmán. También pasaron una fugaz escena de una manifestación que había convocado SOS Racisme contra la reacción islamófoba, en que, a pesar de los esfuerzos del cámara, se veían muchos más peatones que manifestantes. Al día siguiente intenté localizar la noticia en otros medios, básicamente periódicos y comprobé que pocos se referían al asunto limitándose a comentar brevemente la denuncia del aumento del racismo sin hacer referencia a la islamofobia, con la excepción de El Mundo que tampoco mencionaba la islamofobia, pero aprovechó los datos proporcionados por Alba Cuevas para extenderse sobre el tremendo y profundo problema del racismo catalán, a pesar que los datos aportados por SOS Racismo no se basan más que en información elaborada por ellos mismos, sin ninguna indicación de fuente externa, y por lo tanto nada fiables.

Una vez más el Islam radical nos acusa a nosotros de la más que probable reacción negativa ante las barbaridades cometidas en su nombre, y en vez de demostrar masivamente su moderación condenando los hechos como lo hacemos nosotros, y que solo hacen cuatro musulmanes, la mayoría tunecinos, prefieren la vía, muy propia de islamistas, de la intimidación previa, aplicando la acusación de islamófobo a cualquiera que abra la boca, para lo que cuentan con la inmensa ayuda de la estupidez buenista.

Algunos no han aprendido nada.