Hace poco más de una semana se celebró el primer foro 100xCiencia “Communicating Frontier Science”, en Santa Cruz de La Palma. Fue un encuentro organizado por los 20 centros de excelencia Severo Ochoa centrado en la comunicación de la ciencia que se realiza en estas instituciones. Unió a periodistas especializados en ciencia, científicos y responsables de comunicación que, durante tres días, pudieron presentar sus impresiones (en las diversas sesiones y conferencias invitadas), compartir reflexiones en las mesas redondas y en los eventos sociales organizados. Manuel de León, que acudió como investigador principal del proyecto Severo Ochoa, expone sus impresiones en esta entrada.
Teatro Circo Marte, en Santa Cruz, donde tuvo lugar el encuentro.
El pasado día 9 de octubre se clausuró el congreso 100xCiencia “Communicating Frontier Science”, en Santa Cruz de La Palma, con tres días de duración. ¿Como valoramos este primer encuentro? Si nos atenemos a los objetivos iniciales, los organizadores decían esto:
Este encuentro internacional entre medios de comunicación y centros de excelencia Severo Ochoa está motivado por la necesidad compartida entre los centros de excelencia Severo Ochoa de optimizar sus esfuerzos en comunicación y divulgación para dar a conocer de manera asequible, clara y atractiva sus fortalezas, recursos y resultados en el ámbito de la I+D.
100xCIENCIA se plantea con el objetivo de destacar la actividad investigadora de los centros acreditados con este distintivo en los medios de comunicación nacionales e internacionales, con el propósito último de mejorar la percepción social de la ciencia que realizamos, aportando claridad, accesibilidad y herramientas eficientes de comunicación y divulgación.
Parece ahora el momento de plantearse si este objetivo se ha conseguido o no, o al menos, en que grado. Y se trata aquí de verter una visión personal tras esos tres días en los que los representantes de los centros Severo Ochoa nos reunimos con periodistas científicos y divulgadores, porque los lectores interesados pueden encontrar la opinión institucional en la página web del evento así como una gran cantidad de información con todos los detalles del mismo.
Una primera impresión es que los científicos de los centros Severo Ochoa dedicamos quizás demasiado tiempo a hablar de la excelencia de la investigación de nuestros institutos; más que de la manera en que la comunicábamos a los ciudadanos, lo que en principio era el tema clave del evento. Valga en defensa de esta circunstancia que esta era la primera vez que nos reuníamos en este contexto. Seguramente en una próxima reunión (que esperemos se pueda producir en 2016) nos dedidacremos más a contar como comunicamos esa excelencia. Palabra, por cierto, que algunos discuten, pero que si se repasan las intervenciones verán que es muy acertada para describir la investigación que hacemos. Y estoy convencido que los asistentes percibieron que estaban frente a la mayor parte de la frontera científica de nuestro país (aunque también se hace investigación de excelencia por parte de grupos y equipos de instituciones que no son centros Severo Ochoa).
En lo que se refiere a los debates mantenidos en mesas redondas con representantes de los centros y periodistas y comunicadores, mi impresión es que se mantuvo un tono muy interesante. Los medios de comunicación son los que llevan nuestros logros a los ciudadanos, y debemos por tanto mantener una comunicación constante, una auténtica complicidad. Cada centro Severo Ochoa debería contar con una Oficina de Comunicación (tarea que no debe confundirse con la divulgación), a cargo de periodistas científicos.
En una próxima edición de este congreso, deberíamos centrarnos en aspectos mas concretos de la comunicación, en cuáles son los procedimientos que los centros usamos para que un resultado científico llegue a la calle. Y se deben tener en cuenta las idiosincracias de cada centro, porque no es lo mismo un resultado publicado en matemáticas que en biología molecular, por poner dos ejemplos en los que existe la tradicción del embargo periodístico o no, por la propia naturaleza de la investigación. Una mesa redonda sobre este tema sería muy útil para todos. O, por ejemplo, como compartir buenas prácticas de comunicación y como evitar así errores en esta tarea.
Como productos colaterales pero esperables de esta reunión me gustaría indicar dos: la declaración final de los centros Severo Ochoa sobre la necesidad de invertir en investigación, publicada en esta bitácora hace unos días, y que incluye como novedad sobre declaraciones similares la de solicitar a los ciudadanos que examinen las propuestas de los partidos políticos sobre ciencia antes de depositar su voto (genial el eslogan del colga Joan Guinovart: “Si quieres cobrar tu pensión, vota investigación”); y el debate publicado en Materia sobre la situación de asfixia burocrática que se abate sobre el CSIC así como los ceses y dimisiones de algunos directores de sus institutos, y que ha motivado una solicitud de comparenecia urgente del presidente del CSIC por parte del PSOE.
Finalmente, agradecer a Rafael Rebolo, director del IAC y a todo su equipo, la magnífica organización. Todo discurrió a la perfección, y además de trabajar, pudimos gozar de las bondades de una isla maravillosa.
Una última lección, y esta personal. Si va a visitar los fabulosos telescopios del Roque de los Muchachos, no olvide seguir todas las recomendaciones que le den por activa y por pasiva sobre el “mal de altura”, “apunamiento” o “soroche”. Son más de 2400 metros y las precauciones son pocas, se lo digo, lector, por experiencia en carne propia.
___________
Manuel de León (CSIC, Real Academia de Ciencias, Academia Canaria de Ciencias) es Profesor de Investigación en el ICMAT y miembro del Comité Ejecutivo de ICSU.
Compartir