Avión amerizado en el Río Hudson, New York
El vuelo 1549 de US Airways, una Airbus A320, había despegado del aeropuerto de La Guardia, en New York a las 3:11 pm, el día 15 de Enero del año 2009, con 150 pasajeros y 5 tripulantes.
Los pasajeros de ese vuelo no imaginaban la vivencia que ese día experimentarían.
Nada más despegar, el avión tuvo que amerizar en el helado Río Hudson, cerca de la calle 48, en Manhattan, después de que una manada de barnaclas, aves parecidas a los gansos, impactase contra los motores del avión.
El avión estaba pilotado por el comandante Chesley Sullenberger. Hoy todavía reconocido como un héroe en EEUU. Chesley consiguió amerizar a las 4.00 pm, salvando a todos los pasajeros y a la tripulación.
Imagínate como pasajero de ese avión. Imagínate una gran explosión a unos 1000 metros de altura. Imagínate que oyes el ruido del motor del avión al estallar. Ahora hace "clac, clac, clac ...". Imagínate que despegando, cuando todavía no ha cogido el avión mucha altura, empieza a girar bruscamente. Imagínate que ves por la ventanilla como el piloto apaga el fuego de los motores y alinea el avión con el curso del río. Imagínate sin ni un sólo sonido dentro del avión, como si vivieras en el vacío total por unos minutos.
Imagínate que sólo oyes al comandante diciendo: 15, 14, 13, 12, 11,...., en una cuenta atrás antes de entrar en contacto con el agua. Imagínate en esa situación.
Ric Elias no tuvo que imaginarlo. Era el pasajero 1D ese día en ese avión. Ric recuerda las cuatro palabras que escuchó en ese momento, cuatro palabras que no olvidará el resto de su vida:
"Prepárense para el impacto".
Este es el discurso que dio Ric a algunos afortunados en TED, sobre su pesadilla en el avión. Nos explica lo que se le pasó por la cabeza en esos instantes.
Y tú, ¿estás preparado para el impacto?
No, estar preparado no es vivir con miedo esperando que algo suceda, ni mucho menos vivir pasando la vida preocupados por lo que en cualquier momento nos pueda acontecer.
No, este no es el mensaje.
Se trata, más bien, de aprender de todos esos momentos en los que vivimos un "impacto". Extraer lecciones de esos aprendizajes impactantes porque nos puedan ayudar a comprender lo que, en nuestra vida, de verdad vale la pena. Y distinguirlo de lo superfluo. De lo que no nos aporta verdadero valor. Porque no es verdad que todo vale.
No, ... no todo nos vale.
No hace falta referirnos a impactos muy grandes, de gran calibre, no se trata de que tengamos que vivir, como le pasó a Ric, una accidente de avión, o un acto terrorista, o un viaje accidentado por la selva africana en unas vacaciones.
Se trata, más bien, de aprender de los impactos cotidianos, esos que cada día nos van sucediendo.
Normalmente pequeños o grandes impactos que nos producen un roto emocional. De todos ellos podemos aprender.
En mi opinión cada uno de estos "rotos" provocados por impactos puede tener un aprendizaje particular, único.
Corresponderá a los aprendizajes concretos del hecho que provocó el "impacto" y todas las lecciones extraídas del mismo.
Sin embargo, opino, que todos ellos tienen tres ideas para aprender y que se repiten en todos los casos.
Me explico:
TODO PUEDE CAMBIAR EN UN INSTANTE:
Así es la vida. Eso la hace apasionante. Le llamamos incertidumbre. Nos molesta vivir bajo su yugo.
Pero es lo que hace que valga la pena vivir. Es vivir sabiendo que no está todo bajo control que nuestra vida puede cambiar en un segundo. De ello podemos aprender mucho.
Ric contaba, tras el accidente, que aprendió a no ser nunca más un coleccionista de buenos vinos. Se haría coleccionista de malos vinos.
Es decir, los buenos vinos están para ser bebidos, no para ser guardados "para una ocasión especial"¿Y si esa ocasión especial nunca llega?
Una amiga me contaba que estaba haciendo planes para viajar con su pareja por todo el mundo cuando se jubilaran, él falleció unos años antes de su jubilación.
¿Qué pasó con los viajes que tenían previstos?
El mensaje ya nos lo contaban, aunque fuera por otra razón, nuestros padres:
"No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy".
¡Sabio mensaje!
Entonces a qué esperas: ¡Hazlo!
ELEGIR AMAR PARA SER FELIZ:
- Que pena el uso del tiempo que hacemos con aquello que no nos gusta, que no amamos.
- Que pena el tiempo que desperdiciamos en bobadas con la gente que amamos.
- Generalmente por culpa de nuestro ego. Mucha veces simplemente por querer tener razón.
- Que bien cuando eliminamos la energía negativa de nuestra vida.
- No aporta nada.
- Que bien cuando nos ponemos al servicio de los demás si así lo elegimos.
- Que bien cuando sabemos que nuestra mente, luchadora y en continua defensa, es una mente equivocada.
- Que el éxito de vivir una vida que vale la pena está en el AMOR.
El mensaje es sencillo, no malgastes tu tiempo con aquello que no te merece la pena.
Vivir es usar tiempo, recuérdalo siempre. Por lo tanto, concentrate en lo que verdaderamente es importante para ti. Si es tu trabajo, ok. Si es tu familia, ok. Si es ..., ok.
Entonces a qué esperas: ¡Hazlo!
Y, en cualquiera de los casos no dejes ir lejos de ti a esas personas que de verdad importan en tu vida.
MORIR NO DA MIEDO:
No, pero sí vivir.
Vivir viviendo es el verdadero éxito. Huye de vivir muriendo. Vigílate y si te descubres muriendo un poco en vida, re-ánimate, ponte las pilas de nuevo y sal a la vida a vivir.
Estar vivo es un milagro. Estar vivo es el mayor de los agradecimientos a los que tienes que rendir culto.
Entonces a qué esperas: ¡Hazlo!
...Y la forma de hacerlo es no dejar que TÚ vida pase sin TÚ decidir, pensando, equivocadamente, que todo está ya marcado por un destino.
¡No! El destino está por hacer. Y de ti depende.
Tienes a cada momento la posibilidad de mirar el futuro y de elegir vivirlo de otra forma, si eso es lo que quieres.
Ahora, marinando por el Mediterráneo mientras escribo este post, llegando a Menorca, reflexiono sobre los impactos que he vivido este año.
De ellos aprendo y decido vivir el futuro bajo el signo de:
¡WoW!
Tú sabrás poner palabras a esta exclamación.
Fuente: Blog de Fernándo Botella.