Han sido muchos los escándalos relacionados con la leche de fórmula en China, desde que saltara a los medios de comunicación el caso de la leche infantil adulterada en el año 2008, los problemas se han repetido nuevamente en años posteriores, hasta el punto de que los padres no querían comprar alimentos infantiles producidos en su país, preferían comprar alimentos de importación aún a sabiendas de que eran productos más caros, pero sabían que las regulaciones europeas eran más estrictas y los alimentos contaban con mayor garantía que los producidos en su país. Sin embargo, hoy hemos podido saber que ahora se trabaja para seguir el camino de una correcta regulación, varias agencias gubernamentales se han unido para que la leche de fórmula en China esté sometida a controles mucho más estrictos, capaces de poder insuflar algo de confianza a los padres chinos.
Se ha firmado un documento en el que nueve agencias gubernamentales, incluida la agencia de seguridad alimentaria, se comprometen a incrementar los controles en las empresas que se dedican a la fabricación de leche de continuación. A partir de ahora estas empresas estarán sujetas al mismo sistema de certificación que los productos que desarrollan las compañías farmacéuticas, esto es algo que sorprende, en realidad esta medida debería haberse aplicado hace mucho tiempo. Los fabricantes por su parte van a tener que informar detalladamente sobre los ingredientes y formulaciones que utilizan para elaborar la leche de continuación y, en el caso de querer realizar algún cambio, deberán comunicarlo anticipadamente. Son unas primeras medidas para poder fabricar en China leche de fórmula segura, sobre la calidad, también se han dispuesto algunas medidas.
Las empresas chinas estarán obligadas a utilizar la trazabilidad electrónica en cada fase de la fabricación y aquellas empresas que no sean capaces de poder garantizar la calidad de los ingredientes, o no puedan garantizar que sus instalaciones y equipos cumplen con los estándares requeridos, deberán cerrarse. Por otro lado, también se han tomado medidas con los alimentos infantiles de importación, los fabricantes extranjeros deben registrase en Beijing antes de poder enviar sus productos al país, la normativa contempla además la prohibición de importar leche en polvo a granel, práctica habitual en el país, esta leche es recibida y envasada para su posterior venta.
Aunque no lo parezca, es un cambio profundo en la política de seguridad alimentaria infantil, pero aún deberá pasar tiempo hasta que el sistema esté completamente en marcha, pueda ser fiable y sea capaz de recuperar la maltrecha confianza de las familias chinas. Hablando del envasado de leche de fórmula a granel en China, impedir esta práctica es interesante, ya que algunas empresas del país lo que hacían era registrar una dirección de otro país haciendo ver que la leche que recibían era importada y procedían a su envasado, con esto se descarta la implicación de otros países que sí cumplen estrictamente la legislación y fabrican productos de calidad.
Un ejemplo de este tipo de acciones, una empresa de Nueva Zelanda especializada en fabricar leche de fórmula explicó que vendía una cantidad determinada de leche a las empresas chinas y estas engordaban el volumen recibido multiplicándolo por 10, para introducir su producto como si fuera procedente de Nueva Zelanda. Con esta práctica se obtenía un mayor margen de beneficios ya que como hemos indicado, los productos de importación tienen un coste más elevado. Además se lograba esquivar la poca confianza que los chinos tienen en las marcas nacionales. Hay que decir que esto no ocurre sólo con los alimentos infantiles, son muchos los productos que inspiran desconfianza y por ello los consumidores chinos prefieren adquirir alimentos importados de todo tipo.
A través de Dairy Reporter podemos saber que hace un par de años se cerraron 475 empresas que fabricaban leche de fórmula infantil, actualmente China cuenta con 127 fabricantes que producen unas 600.000 toneladas de leche, ahora van a tener que ponerse las pilas y deberán someterse a una regulación y control más estricto. Poco a poco se producen los cambios para mejorar la seguridad alimentaria, pero queda un largo camino por recorrer, los chinos no van a olvidar tan fácilmente todos los escándalos alimentarios que se han sufrido durante los últimos años, especialmente aquellos que han provocado la muerte de bebés.
Foto | Kodomut
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Leche de fórmula en China, camino de una correcta regulación