Hoy hacemos un postre típico de Semana Santa variando un poquito la receta tradicional. Se trata de una leche frita con leche condensada que está súper buena, si te gusta la leche frita casera de siempre esta versión te va a encantar también.
La leche frita es una receta de abuela muy fácil y riquísima, supongo que la habrás comido cientos de veces pero si no la has probado todavía debes hacerlo inmediatamente porque te estás perdiendo una verdadera golosina. Te recomiendo que pruebes las dos versiones, leche frita con leche condensada y leche frita de toda la vida, estoy segura de que tendrás serios problemas para decidir cual es la mejor.
Ya estamos en Cuaresma y en mi casa hace días que empezamos a preparar dulces típicos de esta época del año. Además de leche frita con leche condensada y leche frita clásica también hacemos arroz con leche, buñuelos y torrijas. Todos son exquisitos pero si tuviésemos que elegir creo que nos quedaríamos con las torrijas, al menos yo. Si te gustan tanto como a mi no te pierdas estas 14 recetas de torrijas para chuparse los dedos.
La receta de leche frita es típica de la gastronomía española, no tiene ninguna complicación sin embargo requiere ser un poco paciente puesto que debemos esperar a que la crema adquiera consistencia para poder cortarla y freírla posteriormente. Para conseguir la textura adecuada debe reposar en la nevera durante unas cuantas horas, aunque para garantizar un buen resultado mejor hacerla de un día para el otro. Esto último es lo que yo hago siempre y lo que recomiendo.
¿Te preguntas como se hace la leche frita con leche condensada? Tengo la respuesta, acompáñame a la cocina, empezamos ahora mismo.
LECHE FRITA CON LECHE CONDENSADA
INGREDIENTES:
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1 bote pequeño de leche condensada (370g)
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500ml de agua
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Piel de 1 limón
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1 rama de canela
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2 yemas de huevo
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90g de maicena (harina fina de maíz)
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Harina y huevo batido (para rebozar)
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Azúcar y canela en polvo (para espolvorear)
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Aceite suave (para freír)
PREPARACIÓN:
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Forrar un molde rectangular con film transparente para facilitar el desmoldado.
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Mezclar la leche condensada con el agua y separar 150ml en un bol. Echar el resto en una cazuela, añadir la piel de limón y la canela y ponerla al fuego hasta que comience a hervir. Cuando levante ebullición apartarla del calor y dejar infusionar 5 minutos tapada.
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Agregar a la leche fría reservada las yemas de huevo y la harina de maíz, batir hasta que la maicena esté disuelta por completo.
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Calentar nuevamente la leche infusionada después de retirar la piel de limón y la rama de canela. En el momento que comience a hervir incorporar la maicena disuelta con las yemas.
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Cocinar, removiendo constantemente para evitar que se pegue, hasta conseguir una crema espesa.
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Volcar la crema obtenida en el molde preparado y cubrir con film transparente en contacto con la crema para que no se forme costra. Dejar que se enfríe a temperatura ambiente y guardar en el frigorífico un mínimo de 3 o 4 horas para que coja cuerpo, mejor de un día para el otro.
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Desmoldar sobre una fuente, retirar el film y cortar porciones al gusto.
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Rebozar cada porción en harina y huevo batido. Freír en abundante aceite caliente (puede ser de oliva suave o de girasol).
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Retirar sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
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Mezclar azúcar con canela molida y rebozar los trozos de leche frita en la mezcla.