Cerca está ya la Semana Santa, así que toca un postre de sartén habitual en estas fechas.
La receta de hoy lleva en la familia muchísimos años. Lo primero que tuve que hacer para subirla al blog, fue convertirla, pues estaba anotada en medidas antiguas, como cuartillo* y cuarterón*. La escribió mi tía Isa, con esa letra pequeña y de piquitos tan característica de su época {nació en el año 1911}. Ni idea de quien se la dio, porque era costumbre anotar al lado de la receta, entre paréntesis el nombre de la persona que te la facilitaba, por la forma en que está redactada parece que alguien se la dictó.
Siempre que estaba moviendo la masa de la leche frita, nos contaba la misma anécdota, y los niños nos partíamos de risa: "Antes de que hubiera frigoríficos en las casas, se sacaba al alféizar de la ventana alguna que otra preparación, en bandeja bien cubierta para que se enfriara antes. Y en su casa había un gato, bien goloso llamado Rubio, que al olor de la leche frita aún templada acudió, levantó la tapa y se puso fino comiendo todo lo que le apeteció. Cuando acudieron al verlo allí subido, ya no había nada que hacer, se quedaron sin el postre. El que lo llevó peor fue uno de mis tíos, porque le encantaba la leche frita y cada vez que se cruzaba con Rubio, lo maldecía por la fechoría".
Siendo niña, en casa este dulce se preparaba exclusivamente el Viernes de Dolores, día elegido para hacer todos los dulces típicos de la Semana Santa. En cuanto mi madre llegaba de trabajar, mi tía tenía preparado los ingredientes y pasaban toda la tarde haciendo repostería. Además de la leche frita, también hacían torrijas, rosquillos y pestiños. Así que ya sabes dónde y qué estaré haciendo el próximo viernes con mi madre. Aunque ya está mayor y se cansa pronto le hace ilusión empezar la tarea, y después llamo a mi hija
Siendo adulta, curiosamente cuando más he comido leche frita ha sido en verano.Y todo, porque en unas vacaciones familiares en casa de mi primo Manolo, se le ocurrió preguntarme si sabía hacerla. Cuando además de darle una respuesta afirmativa, le añadí que la receta era la de la tía Isa, lo hice el hombre más feliz del mundo. Preparaba la masa en la mañana día si y día también y la terminaba para merendar, después de una buena jornada en la playa y la consiguiente siesta. Así nos lució el pelo después, que toda la ropa "encogió" sin darnos cuenta.
He visto muchas recetas por los blogs, casi un calco entre unas y otras. No es que la receta de la leche frita de hoy sea la original, porque todas sabemos que en la cocina tradicional, se impone la mano de cada casa, el toque de la cocinera y el gusto de la familia. Difiere esta receta de las que he visto, en el rebozado y que la harina que utilizo es exclusivamente de trigo. En los tiempos en que mi tía Isa la escribió, creo que no había oído hablar de la maizena, aunque la utilizase para otros menesteres bastantes años después.
Como más nos gusta comerla es templada o a temperatura ambiente, pero nunca fría de la nevera. No preparo grandes cantidades, aunque nos quedemos con ganas. Así tenemos la excusa para volverla a hacer más pronto que tarde, aunque ya sabemos que con esto del blog, las recetas guardan largos turnos de espera y las repetimos cuando se puede, por mucho que nos protesten en casa. De otra forma, no nos daría tiempo a preparar las nuevas que siguen en la eterna lista de las pendientes.
Aquí te dejo nuestra Leche Frita por si te animas a hacerla, no caigas en la tentación de prepararla sin que haya gente en casa, al primer bocado, estarás perdida y no podrás parar.
{16 porciones}
Para la masa:1/2 Litro de lechePiel de una naranja4 Yemas de Huevo L 65 grs Harina Trigo110 Azúcar blanca (yo de abedul)
Para rebozar:1 Huevo LPan RalladoAzúcar blanca ( yo de abedul)Canela molida (opcional)
Para freir:
Un trozo pequeño de piel de limón
3/4 L. Aceite de oliva suave para freir
* Cuartillo: Era una medida de líquidos que equivalía a 1/4 de azumbre, es decir 0.50415 litros.
* Azumbre: Antigua unidad de medida utilizada para el volumen de líquidos, casi siempre para el vino. El azumbre estaba dividido en cuatro cuartillos o dieciséis copas. Ocho azumbres formaban una cántara o arroba mayor, y dos azumbres una cuartilla.
* Cuarterón: Es la cuarta parte de una Libra. Una libra equivale más o menos a 453 grs.
- Ponemos parte de la leche en un vaso, añadimos una a una las cucharadas de harina y removemos.
- No añadir la siguiente cucharada hasta que no veas integrada la anterior.
- El resto de la leche la ponemos en un cazo a fuego muy bajo.
- Rallamos la cáscara de una naranja, sin nada de la parte blanca. Mira cómo queda la naranja tras haberla rallado.
- Dejaremos que la leche coja temperatura unos cinco minutos, que esté caliente pero sin hervir.
- Una vez la leche caliente, añadimos la mezcla de harina a través de un colador por si quedó algún grumo.
- Empezamos a remover constantemente.
- A los pocos minutos veremos que la mezcla empieza a espesar, cada vez más.
- Tendremos al fuego unos diez minutos sin dejar de mover, la harina se irá cocinando y perderá el sabor a crudo.
- Una vez hecha la mezcla, retiramos el cazo del fuego y añadimos las yemas ligeramente batidas. Mezclamos bien y volvemos a llevar al fuego.
- Añadimos el azúcar y removemos unos minutos para saber que con el calor estará disuelta.
- Volcamos la mezcla en moldes. Lo normal es hacerlo en uno de cristal cuadrado. Pero estos de silicona me dan muy buen resultado.
- Y llegados a este punto, te enseño lo que más me gustaba de niña, rebañar el cazo.
- Tapamos y dejamos que temple, después llevamos al frigo unas horas hasta que está bien cuajada.
- Cortamos en porciones, de un centímetro como mínimo, más gruesas si es así tu gusto.
- Preparamos dos cuencos, uno con huevo batido y otro con pan rallado.
- Pasamos por este orden los trozos de leche frita y vamos reservando en un plato.
- En una sartén honda o un cazo, pondremos abundante aceite de oliva a calentar. La leche tiene que flotar, no tocar el fondo, así que utiliza un cazo pequeño pero no seas rácana con la cantidad de aceite.
- Para saber si el aceite está suficientemente caliente, añado un pequeño trozo de cáscara de limón, cuando burbujea con fuerza, está perfecto.
- Empezamos a freir la leche, poca cantidad a la vez para que tengan sitio y se muevan.
- Según van teniendo un color dorado, sacamos y dejamos sobre papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.
- Preparamos un plato con azúcar (yo de abedul) y canela al gusto, rebozamos bien por todas partes. Repetimos el paso con todos los trozos hasta terminar.
¡¡¡Listo!!!
Me encantaría que pudieras ver la cremosidad del interior, una maravilla.
Esto es todo por hoy, nos vemos en unos días.Hasta entonces espero que seas feliz.